
Ahora que la gente comienza a acudir en buen número al Salón de Plenos del Ayuntamiento de Daimiel cada vez cada vez que se hace convocatoria plenaria, lo cual es una agradable noticia a mi parecer, resulta que entre ellos parece haberse colado cierto forofismo maleducado. Es lo que me cuentan, la verdad, porque yo nunca asisto personalmente y prefiero hacerlo por televisión o radio, y es cierto que sí que son ahora más las llamadas al orden del alcalde pidiendo silencio.
No sé si será una moda transitoria o este alarde de forofismo rancio e innecesario ha venido para quedarse pero, si fuera así, mejor volver a los cuatro gatos de antes porque, al menos, daba la sensación de que sabían comportarse.
También he leido por ahí que algunos consideran que es premeditado, que se trata de algo así como una estrategia revanchista, aunque me van a permitir la duda por lo inútil del método, puesto que los que seguimos por radio y televisión, y somos mayoría, escuchamos perfectamente las intervenciones y no a esa minitropa maleducada. Y si de lo que se trata es de alterar a los intervinientes y provocar su irritación supongo que no carecen de aguante y tablas para vadear la molestia.
por eso creo que todo es fruto de la necedad y mala educación de esos hooligans políticos que no sabiendo estar intentan hacerse notar en esos actos y que, llegado el caso, debieran ser expulsados de la sala para bien de la sesión plenaria que allí se lleva a cabo.
En realidad sólo cabe decisiones drásticas ante conductas reiteradas como esas y haría bien Leo en no contemporizar en este caso aunque, me dicen, que los ineducados sean simpatizantes y hasta afiliados de su agrupación local. Al fin y al cabo el es el alcalde de todos y la necedad y la mala educación están de más provengan de quienes provengan.