sábado, 23 de abril de 2016

LA REPÚBLICA INDEPENDIENTE DE "MIS GÜEVOS" (Página nº 3596)

España tiene una monarquía parlamentaria pero, en realidad, lo que aquí funciona sistemáticamente es esa República Independiente de "Mis Güevos" personal que se traduce en ese pensamiento cerril de que uno está por encima de las leyes, los modos y las formas y nada puede poner límite a las propias decisiones.
 
La base de este pensamiento es "mi libertad", no la libertad, solo la mía, la de cada individuo como base de actuación. Ese hacer lo que nos sale de los cojones es solo la manifestación verbal de este pensamiento cerril que entiende que las leyes solo son una barrera molesta, una limitación a nuestra libertad ilimitada, algo que sistemáticamente debemos pasarnos por el forro aunque intentando, eso sí, que no nos pillen.
 
Es evidente que esta forma de entender las cosas siempre choca con los demás al encarnar ese pensamiento egocéntrico donde el resto queda subordinado. Asoma, por supuesto, esa chulería, esa jactancia pueril, esa fanfarronería que se traduce en la recurrente proclama de que nadie va a venir a decirme a mí lo que puedo o no puedo hacer o esa otra de que con mi libertad hago lo que me sale del nabo, tan españolísima como estúpida.
 
Eso explica a la perfección que en España las leyes sean una imposición que hay que tratar de esquivar, porque no hay un concepto social de que las leyes no solo nos protegen sino que apuntalan la convivencia. Por eso es fácil explicar, también, que los comportamientos contra esa convivencia apenas causen molestar social y que estemos acostumbrados a la laxitud disciplinaria, a la flojera policial ante esas maneras asociales. Aparcar donde a cada cual le da la gana, abandonar las heces de los perros en la vía pública, montar botellones en parques públicos donde está prohibido, circular con bicicletas por dirección prohibida o en zonas peatonales poniendo en riesgo a otros, llenar fachadas de pintadas, etc... son solo una muestra mínima de lo que sucede y de la inhibición habitual de quienes deberían censurarlo. Ya ni entro en comportamientos aún peores a lomos de esa mentalidad cerril, sí cerril, que no me cansaré de repetir.
 
Porque ya saben, vivimos en la República Independiente de "Mis Güevos", un concepto precario de convivencia extendido en éste nuestro país. Todo al final tiene su lógica explicación ya que, desde luego, lo que no parece tener es remedio.
 
 
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viernes, 22 de abril de 2016

VOTAR A LOS DIECISÉIS (Página nº 3595)

Es cierto que el Parlamento Europeo viene haciendo una llamada a armonizar las condiciones de los procesos electorales en Europa y que la recomendación de bajar la edad para poder votar a los dieciséis años está presente en ese corpus intencional pero, nos nos engañemos, al debate político español llega a partir de cierta aritmética electoralista interesada desde la izquierda que está convencida de que esos nuevos ochocientos mil votantes serían, en su mayoría, voto progresista, de mayor posibilidad movilizadora y, por tanto, capaz de decantar hacia la izquierda los resultados electorales que hoy, más que nunca, parecen equilibrados. Y a esa idea contribuye también que los partidos más de derechas (PP, Ciudadanos y PNV) sean los que se hayan opuesto parlamentariamente a esa propuesta.

¿Para qué nos vamos a extrañar que en la política nacional, y en algún caso nacionalista, más que la intención real prime el cálculo electoralista? Siempre, o casi siempre, ha sido así, puntadas con hilo interesado por encima de la conveniencia o no para el total de la ciudadanía. ERC apuesta claramente porque está convencido de que en esos chavales del descarado adoctrinamiento educativo contra la "España que les roba" está la opción de una mayoría social para sus fines independentistas. Para los partidos de izquierda a nivel nacional la oportunidad de darle un vuelco político al país con gente más concienciada con términos como la justicia social, la solidaridad o la igualdad, suficientes para el objetivo de sacudirse a una derecha sustentada por una sólida base de votantes de edad avanzada.

Yo tengo mis dudas numéricas. Por lo que conozco y he visto en mi entorno muchos nuevos votantes han pasado de estos procesos decepcionados por un mundo político lleno de corrupciones, intereses, enchufismos, falta de empatía con los intereses de los nuevos votantes. Seguro que un buen porcentaje de esos ochocientos mil posibles votantes de 16 y 17 años pasarían, del mismo modo, de votar, porque no son tontos y ya han ido descubriendo que el sistema está tan viciado que no votar o votar en blanco les supone una opción más que aceptable y preferible. ¿El resto es de izquierdas? Puede que una mayoría sí, fruto de cierto idealismo y de la exposición a valores universales que los centros educativos y la sociedad propone y que puede calar mejor en una ideología progresista. Pero muchos otros apostarían por partidos de centro o de derecha, sin lugar a dudas, y el efecto buscado quizá no sería tan notorio como se pretende por los partidos de izquierda, aunque puede ser que fuera suficiente para esos intereses de cambio en España o de independencia en Cataluña.

¿Pero se debe rebajar el voto a los dieciséis? Yo tengo mis dudas, y no porque considere que no estén capacitados, sino porque entiendo que fijar una edad diferente según qué cosa o derecho no me gusta. Estipular los dieciséis años como edad legal unificada para todo, desde trabajo, edad penal, edad con derecho a voto, a conducir, etc...me parece lógico como objeto de debate pero no acabo de ver este afán interesado de fijar distintas edades según conveniencia interesada y establecer esa gradación sin un criterio aparentemente lógico.

No estoy, pues, en contra de que se rebaje la edad a los dieciséis años para votar siempre que se iguale a esta edad todo. Sí estoy contra el trampeo partidista, contra ese juego calculador que pretende hacernos creer que los chavales y chavalas son maduros para según que cosas a los dieciséis y para según que cosas a los dieciocho. Y sobre todo estoy a favor de un debate honesto, sosegado, con una consulta popular o referendum si hace falta para escapar, al menos un poco, a ese viciado debate político de calculadora electoralista.

El Congreso inicia el trámite para rebajar la edad de votar a los 16 años


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jueves, 21 de abril de 2016

EN BUENAS MANOS (Página nº 3594)

 
Cuando uno está enfermo o ha de ser operado la mejor sensación que puede tener es la de estar en buenas manos. Tal es la dependencia de todo ese personal sanitario que la confianza en su labor, en su saber hacer, es el mayor capital con el que contamos para afrontar esa otra realidad, la de una salud mermada. Y aunque no son muchas las ocasiones que he tenido, afortunadamente, de verme en esa situación, y aunque lleve unos meses algo complicados, lo cierto es que en todo momento he sentido que, de verdad, estaba en buenas manos.
 
No soy desconfiado. También soy dócil, obediente, a órdenes y consejos médicos. De alguna manera soy un buen paciente, nada nervioso y poco dado a darle a la cabeza más allá de las certezas que pruebas y resultados van aportando al diagnóstico. Creo que se debe, precisamente, a esa confianza, a entender que me he puesto en manos de gente competente, entregada a su trabajo, que en el fondo busca el mismo objetivo que yo, mejorar mi salud.
 
No es que haya tenido siempre buenas experiencias, alguna vez he tenido la evidencia de un error, pero casi siempre por un exceso de celo y no por dejación, y nunca he sentido que a pesar de ello hubiera la mejor de las intenciones y el objetivo de llegar al diagnóstico correcto. Ni jamás me ha hecho desconfiar de sus cualidades, de su profesionalidad, tal vez porque entiendo la complejidad de todo ese proceso de identificación del problema y lo difícil que resulta simplificarlo para el paciente, que suele querer algo concreto, rápido, para saber qué le está pasando.
 
Entiendo que en todos los campos laborales hay gente de gran competencia pero somos especialmente sensibles cuando lo que está en juego es nuestra salud, y por eso quiero destacar hoy esas buenas, buenísimas manos a las que me encomendé en estos procesos de enfermedad por los que he pasado y ver que esa sensación de confianza en ellos no solo ha mermado sino que se han reforzado.
 
¡Gracias, por millones, a todos ellos!

INFRAUTILIZADOS (Página nº 3593)

 
Nos hemos acostumbrado a que, en los años del boom inmobiliario, las administraciones se lanzaran a construir infraestructuras absurdas, sobredimensionadas para la población donde se erigían, innecesarias incluso y solo justificadas desde un punto de vista de la egolatría de los gobernantes. Y después, claro, muchas de ellas quedaron a medias con la crisis, o se cerraron por falta de financiación, quedando como meros monumentos del dispendio y rastro del agujero económico de ayuntamientos y otras administraciones. Las televisiones se han hartado de mostrarnos reportajes de este tipo.
 
Sin embargo hay otros casos igual de hirientes. La de edificios en perfecto funcionamiento a los que se vació de contenido y se dejó al abandono, olvidados y solo expuestos a la ocupación o el expolio. Con suerte, por decir algo, que quedasen custodiados por algún tipo de vigilancia privada.
 
Bien, en estos días he pasado cerca de la conocida popularmente como "Granja Escuela" y que tuve el gusto de visitar en los últimos años de funcionamiento, luego de dejar de ser instituto, acompañando a grupos de alumnos. Y debo confesar la tristeza que me produce ver semejante edificio inutilizado, sin ningún contenido ni aparente proyecto de recuperarlo para el uso ciudadano.
 
Lo peor es que, incluso en los últimos tiempos de estar abierto fue la propia administración regional quien fue vaciando de contenidos ese uso, que desde la Junta se fue intentando ahogar toda actividad para justificar el cierre, que fue premeditada la intención de liquidarlo en cualquiera de sus posibilidades de hacerlo factible para el disfrute de los ciudadanos.
 
Es una auténtica pena ver una de las mayores y mejores infraestructuras de Daimiel en esas condiciones de abandono, ni siquiera ya por lo que ha representado para Daimiel sino por lo que podría representar en el futuro con un buen proyecto para hacer viable su utilización y recuperarlo como bien en uso para nuestra localidad.
 
¡Cuánto despropósito este de construir para nada o cerrar lo construido para nada también!

Por cierto, foto encontrada en flickr de la edificación anterior, realizada en 1955:
 
 Daimiel: Granja Escuela | por Centro de Estudios de Castilla-La Mancha (UCLM)
 
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miércoles, 20 de abril de 2016

AHORA SE ENTIENDE MEJOR (Página nº 3592)

 
 
Sí, ahora se entiende mejor la decisión del Gobierno de regalar una amnistía fiscal en unas condiciones  excepcionales a todos esos defraudadores que, desde mucho tiempo antes, habían corrido a sacar su dinero`para no tributar lo que les correspondía. A la luz de listas Falciani y Papeles de Panamá sabemos que muchos de los evasores encontraron la oportunidad de oro para regularizar a bajo coste su delito continuado, tanto en la tributación de ese 10% que ya se han hartado de decir que no fue tal sino acaso un 3%, como en la prescripción de cualquier responsabilidad penal haciendo tabla rasa. Es decir, el Gobierno perpetró el mayor lavado de dinero negro de la historia al hacer pasar por caja en condiciones ventajosísimas a toda esa gentuza que había escapado a la hacienda pública en sus obligaciones fiscales.
 
Y es que no nos olvidemos que estamos hablando no de quienes tenían bienes declarados en el exterior sino en quienes habían acumulado bienes utilizando toda esa ingeniería fiscal para esconderlo a la tributación en España. Es decir, esos ricos insolidarios, tramposos, entrenados en la delincuencia fiscal de la mano de sus bufetes y asesores especializados, y a los que el Gobierno colocó una alfombra de plata para pasar un poquito por caja y decirles que aquí no pasa nada garantizando que ningún juez pudiera ya perseguirlos por sus delitos contra la Hacienda Pública y de paso contra todos los españoles decentes que sí tributaban lo correspondiente y que, proporcionalmente, han pagado mucho más que aquellos con ingresos mucho menores.
 
Una de las defensas de quienes han ido apareciendo en estas listas y papeles, tipo los Pujol o Rato, ya han proclamado que se acogieron a aquella amnistía fiscal y que en esa parte son intocables, pues Papá Montoro, el adalid de estos pobrecicos, les puso en bandeja esta trapacera inmunidad.
 
El trofeo que Montoro esgrimió, ya saben, fue una recaudación extra que terminó siendo mucho más exigua de lo que prometieron inicialmente, porque como ya digo ni ese 10% fijado de inicio, ridículo, fue real en el balance final y como se ha admitido por economistas y algunos partidos ya el 3% sería una cifra mucho más real.
 
Es normal que me duela cada euro que me retienen o pago de impuestos porque ya hemos descubierto que nuestros euros tienen mucho más valor sobre el montante de nuestros ingresos que esa miseria arañada a los delincuentes fiscales reconvertidos, por mor de una amnistía fiscal, en contribuyentes ejemplares. Y además, claro, con la confidencialidad que les otorgue un blindaje contra el conocimiento público del nombre de estos evasores, con muchos de los cuales las administraciones públicas seguirán contratando seguramente.
 
Luego dirán que como la decisión la tomó el partido con mayoría absoluta eso significaría que la inmensa mayoría de españoles pedía y quería esa amnistía, que es el razonamiento que algunos usan habitualmente según les conviene aunque ni estuviese en sus programas electorales.

Ahora se entiende mucho mejor, pero mucho, mucho, mucho mejor. ¡Si es que va a ser verdad que merecemos lo que tenemos!


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¿PERO QUÉ CLASE DE ARGUMENTOS SON ESTOS? (Página nº 3591)

La verdad es que el tema entre taurinos y antitaurinos me cansa bastante, sobre todo porque los argumentos de unos y otros son tan reiterativos, tan previsibles y explotados que ya ni merece la pena darse una vueltecita por ellos y menos cuando el encastillamiento resulta tan evidente que solo sirve para que unos y otros se echen en cara ese montón de lugares comunes que repiten como papagayos.
 
Lo que ocurre es que, leyendo la reseña de daimiel.es sobre la rueda de prensa dada por la Peña taurina de Daimiel y el novillero local Carlos Aranda me ha llamado la atención, esta vez sí, una argumentación de éste último que me ha dejado sorprendido, casi anonadado, sobre todo por pueril y poco sólida.
 
Dice Aranda que con la subvención se consigue que “el espectáculo sea de la mayor calidad posible, y yo como ciudadano que paga sus impuestos en Daimiel quiero que con mi dinero se ayude a esto”. Qué gracioso resulta que se apele a los impuestos pagados en Daimiel para reclamar ese gasto de las arcas municipales, como si pagar dichos impuestos legitimase cualquier petición. ¿Acaso los antitaurinos no pagan sus impuestos en Daimiel y eso no legitima su opinión de que no se gaste en eso? Uno paga sus impuestos porque es una obligación y a día de hoy no tiene capacidad de decidir a qué quiere que se dedique ese dinero porque no es finalista ni se ha pedido opinión a la ciudadanía para cada uso. Por tanto que protaurinos o antitaurinos paguen impuestos poco tiene que ver con la finalidad que se les dé.
 
También dice que la subvención es insignificante y que no va a impedir que haya toros en Daimiel. Puede que los antitaurinos pretendan eliminar los toros a partir de quitar la subvención pero hay otros que simplemente piden que no haya tal subvención sin impedimento de que haya toros. En cualquier caso en algunas localidades donde se ha eliminado la subvención curiosamente se ha retirado la empresa y por tanto dicha aportación municipal no debe ser tan irrelevante. No sé la de Daimiel, esos 15.000 euros directos, que pueden ser insignificantes para una corrida pero a lo mejor no lo son para otros usos.
 
Luego está lo que dice de faltar el respeto a los aficionados al toro o lo de que no se confunda la libertad de expresión con la provocación, como si el protaurino tuviese la autoridad moral de su lado. En estos debates creo que se faltan al respeto unos y otros y la provocación, si la hay, puede venir de ambos lados aunque me parece que lo que incomoda, generalmente, es que otros piensen distinto, bien desde la defensa de la fiesta o la defensa de la protección de los toros.
 
No sé, espero que tenga mejores argumentos delante del morlaco y que llegue a ser la figura que quiere ser en el mundo de la tauromaquía, pero en cuanto a los argumentos expuestos la faena ha sido flojilla, de devolverle el toro a los corrales después de los tres avisos, porque es legítimo que le guste el toreo y vivir de ello, siendo una actividad legal, pero no estaría mal argumentos de mayor enjundia y solidez.
 
De los argumentos de IU-Ganemos, María Antonieta Martín de Almagro y la Peña Taurina nada comentaré porque son el argumentario perenne y sobado que acostumbran a plantearse unos y otros y con razón o sin ella, según cada punto planteado, no volveré a argumentos ya mil veces tratados incluso en este blog o el anterior, Diario Improbable.
 
Enlace:
 


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martes, 19 de abril de 2016

MATONISMO MUNICIPAL O EL TRISTE ARTE DE PERDER LOS PAPELES (Página nº 3590)

Viendo imágenes como ésta u otras varias me alegro infinito de que en los plenos municipales de Daimiel, pese a algunos episodios de tensión dialéctica, nunca presenciemos hechos tan lamentables como los sucedidos, por ejemplo, en Castilblanco y protagonizados por Manuel González, concejal de IU, perdiendo los papeles gravemente y expulsado de la sala como mal menor.
 
Tengo para mí que un representante político ha de, sobre todo, saber estar, contenerse, debatir sin dejarse llevar por histerismos y salidas de tono, y el caso de este edil de IU solo es una muestra de matonismo, esa sensación de que las cosas se dirimen por la fuerza y no por la inteligencia para caer en la bravuconería, la amenaza y la falta de control.
 
No sé lo que tardará en dimitir, que debiera ser ya, pero la virulencia y agresividad nunca proceden en un debate que ha de ser político y no personal, porque ahí no están para dirimir sus cuestiones personales sino para solucionar, o al menos intentarlo, los problemas de los ciudadanos que les han votado para eso.
 
¡Menuda caterva!¡Estos sí que no nos representan, que no nos debieran representar nunca! Necesitamos más integridad, más saber estar, más responsabilidad, más compromiso. El matonismo es uno de los peores desprecios a los conciudadanos junto a la corrupción.





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GUÍA RÁPIDA DE DAIMIEL EN EL DIARIO "EL PAÍS" (Página nº 3589)

Aquí os dejo enlace a una Guía Rápida de Daimiel para visitantes que publicaba el diario "El País" bajo el título "En un húmedo lugar de Daimiel" concebida para 24 horas muy bien aprovechadas:
 
 
Yo, la verdad, cuando visito otras localidades nunca planteo un itinerario tan intenso pero es bueno que desde un medio de tanto alcance se ofrezca una vez más Daimiel como destino para visitantes y yo no sé si casualidad o no, pues esta guía se publicó el viernes, la noche del sábado había en Enosentidos cuatro mesas ocupadas por turistas y todos pidieron la famosa mini-hamburguesa de buey con parmesano y cucurucho de patatas fritas que se recomendaba en esa información. Y es que llamó la atención de uno de mis amigos, en ese momento compartiendo mesa conmigo, que se sorprendió de que todos pidieran lo mismo.
 
En cualquier caso bien está que Daimiel concite la atención de los medios de tirada nacional y anime a mucha gente a acercarse a nuestra localidad para descubrir, también, otras alternativas interesantes a las que se ofrecen en esta guía rápida para una visita de mayor duración.



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lunes, 18 de abril de 2016

EL NEGOCIO DE LA ESPIRITUALIDAD (Página nº 3588)

El otro día veía en RTVE el programa "Comando Actualidad" sobre el llamado negocio de la espiritualidad y haciendo hincapié en ese negocio entroncado en el curanderismo, la brujería, la mal llamada medicina alternativa, la videncia, el biomagnetismo, las constelaciones familiares, etc... y llego a la conclusión de que las personas somos absolutamente vulnerables a la estupidez y predispuestos al engaño simplemente porque entre la tontería, la moda y la falta de espíritu crítico nos cuelan cualquier cosa.

Lo siento, no creo en absoluto en la "espiritualidad" que nos tratan de vender una pandilla de golfos apandadores que nos tratan de embelesar con su ridículo lenguaje, sus extravagancias, sus modernísimas o arcanas técnicas según convenga, porque en el fondo saben lo flojitos que somos para enfrentar sus supuestos poderes con la razón y la realidad.

Hace unos años escuche a una paisana decir que compraba una vela para ayudar a estudiar a su hija y que tenía que tenerla siempre encendida, siendo sustituida por otra vela cuando fuera a consumirse, y así cada quince días. ¿No era mucho más barato y racional ponerse delante de los libros, elaborar esquemas con las ideas principales y estudiar?, ¿ a santo de que espíritu, ente o poder una vela va a modificar algo en el que uno no pone nada de su parte y se encomienda a no se sabe qué?, ¿de verdad no es de risa que creamos en la intermediación de no se sabe qué mediante un pago previo?

Pues bien, millones de personas y muchos millones de euros alimentan este fraude, y lo digo en alto y con toda las letras, F-R-A-U-D-E, mientras terminamos por banalizar y despreciar después a médicos y enfermeros, a psicólogos y psiquiatras, especialistas en salud física y psíquica. o a otras profesiones a las que le restamos credibilidad introduciendo ese elemento ¿mágico?, ¿espiritual?, ¿telúrico? que, es curioso, suele estar en manos de personas sin formación alguna aunque dotados de una diestra lengua para confundir y rentabilizar las inseguridades y la torpeza y aprovecharse de la laguna legal que hay en España.

Vale que en la Antigüedad, la Edad media, incluso los siglos recientes colara pero inentendible a estas alturas, ni la pamplina ni dicha laguna legal para prácticas, la mayoría de ellas, fraudulentas y solo rentables para los que tratan de colárnosla.

El programa:

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LO QUE NOS CUESTAN LOS SERVICIOS MUNICIPALES (Página nº 3587)

Aunque trato de acceder a la lentísima fuente original de datos, el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, la información procede de La Tribuna de Ciudad Real, que publicaba hoy el coste por ciudadano de algunos servicios municipales y la comparativa entre las principales localidades de la Provincia, siempre con datos aportados por los propios ayuntamientos y, como se advierte en el artículo, sin que medie validación alguna. Por otro lado se hace referencia a los gastos producidos en 2014 y es la primera vez que se realiza.
 
Dicho esto los servicios municipales que se comparan son gastos de alumbrado, de agua, de limpieza viaria y de Policía Local.
 
En cuanto al alumbrado viario Daimiel gastó poco más de 700.000 euros, suponiendo un coste por ciudadano anual de 37,59 euros. Encabeza Tomelloso, con un coste por persona de 46,69 euros, y a la cola La Solana, con 21 euros de gato por cada habitante.
 
En cuanto al consumo de agua Daimiel gastó algo más de un millón de euros, con un coste por daimieleño de 54,95 euros. Por contraste en Ciudad Real capital cada persona asumió un coste de 74,5 euros y en Puertollano, la localidad más barata, alrededor de 3 euros únicamente.
 
Para limpieza viaria Daimiel destinó, por persona, 9,80 euros. Alcázar de san Juan encabeza el gasto por ciudadano con 75 euros mientras que Tomelloso es el municipio con el coste más barato, 4,70 por persona.
 
En lo relativo al coste de servicio de la Policía Local, Daimiel dedicó 1.400.000 euros, lo que da un coste por daimieleño de 77 euros. Manzanares es la ciudad con mayor coste individual ya que a cada ciudadano le cuesta 86,6 euros. Al otro lado de la lista el más barato por persona se da en Miguelturra, con 47,80 euros per capita.
 
A mí, la verdad, lo que me llama la atención es el contraste que se produce aunque no se explique a qué se debe. Pero aquí lo dejo, como curiosidad y como información.

 
 
 
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domingo, 17 de abril de 2016

ENTRE TODOS LA MATARON Y ELLA SOLA SE MURIÓ (Página nº 3586)


 

(Foto tomada del blog "Arquitectura Popular Manchega", del daimieleño David Cejudo)


Me animaban hoy a escribir para que insistiera con la situación de la Venta de Borondo. ¿Para qué?, pensaba, si aquí no hay ninguno de los implicados que quieran hacer algo por su conservación y salvo la pelea de David Cejudo, la atención de algunos medios y la reiteración de la Asociación "Hispania Nostra" por incluir este edificio en la lista de patrimonio en peligro de desaparición nadie mueve ficha.

No lo hace nuestro Ayuntamiento, ni a través del Alcalde ni de las concejalías de Cultura o Turismo. No se les escucha. Absolutamente callados. Vale que no es su competencia pero debería importarles la pérdida patrimonial y cultural que representa un edificio declarado como Bien de Interés Cultural a nivel regional. Si el ruido y la atención mediática puede servir de algo nadie como el propio Ayuntamiento de Daimiel para concitar esa atención demandando soluciones, alertando de la situación, reclamando su conservación y restauración y denunciando el abandono a que se ha sometido la edificación por dejación de los propietarios y silencio de la administración regional. Y voy a decir más, choca el silencio cuando ahora el gobierno de la comunidad autónoma ni tan siquiera es de su color político, lo que les ha paralizado en otros momentos y circunstancias.

No lo hace la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que estos sí tienen competencia directa para hacer cumplir la ley, ya que ésta dispone los instrumentos legales para actuar cuando los propietarios se inhiben y permiten el abandono y deterioro de un bien protegido jurídicamente. Lo de la Junta, en concreto lo de la Consejería de Cultura, es una auténtica vergüenza. Ellos otorgaron el BIC a la Venta de Borondo, ellos tienen la obligación de cumplir la ley y ellos tienen los medios reales para salvaguardar este valor patrimonial en el peor de los casos, pero ya estamos en el peor de los casos y la Consejería mira hacia otro lado y va a permitir el derrumbe de un edificio sin mover un dedo.
 
No lo hacen los propietarios de la Venta de Borondo. Entiendo que tener una propiedad catalogada como BIC puede ser un marrón para ellos si no les interesa una restauración que posibilitara un negocio detrás, como haber montado algún alojamiento rural, pero la ley les obliga y si no son capaces de afrontarlo pueden ceder la propiedad a la Junta por un periodo largo de tiempo, o renunciar a dicha propiedad o que se les expropie.
 
Y no lo hacemos los ciudadanos, que nunca hemos sido capaces de entender la fuerza de la comunidad para hacerse valer y cambiar las inercias. Si por la mayoría de daimieleños fuera ya no existirían las Tablas, ya no tendría el valor que tiene Navaseca, ya no quedaría ni rastro de las motillas ni ya quedaría esperanza para la Venta de Borondo, porque en general vivimos ajenos al patrimonio, no hacemos nada por él y cualquiera, desde fuera, es capaz de apreciar el valor y la importancia mucho mejor que los ciudadanos de un pueblo que no se moja por nada y solo pequeños grupos de daimieleños o, a veces, solo daimieleños a título personal honran al sentido común de avalar y reclamar lo justo para ese patrimonio de valor.
 
Entre todos la mataron (la matamos) y ella sola se murió. A la Venta de Borondo le queda muy, muy poco. Y lo peor, es que ni nos lamentaremos, como sociedad, de que desaparezca.


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