sábado, 16 de abril de 2016

ESCLAVITUD INFANTIL (Página nº 3585)

Hoy, 16 de Abril, se celebra el Día Internacional contra la Esclavitud Infantil, algo que queremos creer que nos resulta ajeno, lejano, pero del que el mundo civilizado, ese Primer Mundo económico tiene mucha responsabilidad. Mas que no poder verlo es que no queremos ser conscientes de una realidad que cada año consume millones de víctimas, también en nuestro país, una legión de invisibles que ven sometida su niñez a explotación, a veces sexual, a veces para la mendicidad o la comisión de delitos.
 
Digo invisibles, sí, porque hasta las estadísticas oficiales minimizan el impacto de esta explotación, como si la ceguera administrativa no pudiese aceptar que se produjera entre nosotros. Pero la invisibilidad no implica inexistencia, sino al contrario, puede ser invisible porque sucediendo preferimos no ver o no intentarlo, lo cual es aún más grave porque deja en franca indefensión a todos estos menores explotados.
 
A veces una estrategia para no mirar en corto es mirar en largo. Me explico, lo que nos parece oculto aquí se despliega en toda su sordidez allende las fronteras. Allí niños y niñas recogen chatarra en los vertederos, cosiendo balones o prendas por sueldos miserables, trabajan en la extracción de minerales en condiciones infrahumanas, son prostituidos para saciar el hambre depredador de los delincuentes sexuales, explotados por las mafias para delinquir o mendigar, reclutados como soldados para sus derivas guerrilleras, etc... pero nos lo muestran tanto como para terminar por banalizar ese horror, naturalizarlo como algo que es normal que pase en esos países pobres, miserables, como si se lo hubieran buscado. Se nos llenan tanto los ojos con aquellos abusos, de los que nos sentimos distanciados en las soluciones,  que ya ni deseamos mirar a nuestro alrededor y con ello condenamos a aquellos pero también a estos que tenemos cerca, en nuestro país.
 
Efectivamente mucha gente trabaja para revertir todo esto, mucha gente de gran valía, desde los mismos países o a través de voluntariado, pero el problema es de tal gravedad que todo ese trabajo es insuficiente y hay que reconocerse como pasivos a muchos gobiernos y gran parte de la población, lo que hace necesario ya no solo colocar este día internacional en el intenso calendario reivindicativo sino mentalizar y movilizar a cuanta más gente mejor para ir avanzando en esta lucha con esa forma de esclavismo moderno que se ceba, principalmente, con los más vulnerables, como son infancia y la mujer.
 
Hay que ver, observar, denunciar, pelear, exigir actuaciones, cambiar las condiciones, rebelarse. Solo así puede cambiar la realidad de tantas víctimas.


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¿Y POR QUÉ NO? (Página mº 3584)

Esa es la cuestión: ¿Por qué no introducir una casilla en la declaración de la renta para que los contribuyentes puedan pedir que ese dinero se destine a la investigación para luchar contra el cáncer u otro tipo de enfermedades (esto último lo añado yo) dada la situación lastimosa en la que está la investigación en España y la importante incidencia social de estas enfermedades en la vida de los españoles?
 
 
Por supuesto no se me ha ocurrido a mí sino que recojo una petición en la plataforma change.org elevada por Inocencio Alarcón Peña, padre de una niña fallecida con cinco años y tras cuatro años y medio de lucha contra esta enfermedad. La petición se dirige a los ministerios de Sanidad y de Hacienda y sería tan sencillo como introducir una casilla más, junto a la de fines sociales y la de asignación tributaria a la Iglesia Católica.
 
Es palmario que la petición no sería necesaria si en España existiera una apuesta pública por la investigación, existiera la financiación oportuna y se favoreciera el buen trabajo de los investigadores, todo sin merma de la investigación privada existente.
 
Desde aquí solo propongo apoyar una petición que me parece loable, justa y necesaria y que ya he firmado, pero que está abierta a que quien quiera, ya van casi 62 firmas, pueda respaldarla pinchando en este enlace:
 
 
No hablo de prioridades, hablo de voluntades y la gente podría expresar, a través de esas casillas a marcar, su voluntad sobre el destino de unos fondos que, en este caso concreto de la investigación sobre el cáncer, bien merecerían la pena y ayudarían en el desarrollo de tratamientos para evitar el sufrimiento de muchísimas personas, casi un tercio de la población española que a lo largo de su vida desarrolla algún tipo de cáncer y que si antes casi te condenaban hoy, cada vez más, pueden llegar a curarse con una detección precoz y un tratamiento adecuado.
 
¡Ánimo, firmad si estáis de acuerdo y pensad que es posible que podamos decidir a qué dirigimos esa parte de dinero de nuestros impuestos cuando se nos ofrezca esa opción!


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viernes, 15 de abril de 2016

LA CORRUPCIÓN NO ES MEJOR O PEOR SEGÚN PROCEDA DE LOS NUESTROS O DE LOS OTROS (Página nº 3583)

Me hace gracia que a estas alturas se quiera justificar la corrupción de unos, los propios, con la de los otros, los contrarios. Eso solo demuestra simpleza, en el peor de los sentidos, majadería, necedad, un consuelo de tontos muy tontos que prefieren elegir entre distintos tipos de mierda la más familiar.
 
Me hace gracia que a estas alturas se quiera diferenciar el grado de corrupción como si eso restara importancia al hecho corrupto, y la mentira también lo es, como la apropiación indebida, el tráfico de influencias, el cobro de comisiones, la prevaricación, el tráfico de influencias, etc... Eso solo demuestra falta de criterio y objetividad, perversión, ignorancia, doblez moral.
 
Me hace gracia que a estas alturas se quiera justificar a unos sobre otros en función del número de procesos abiertos o juzgados como si esto fuera un subasteo a ver quien ofrece más corrupciones. Esto solo demuestra zopenquismo, papanatería y entarugamiento mental.
 
Me hace gracia que a estas alturas se quiera defender lo indefendible alegando que todos, en sus circunstancias haríamos lo mismo, que nadie está libre de caer en esa trampa. Eso solo demuestra que somos peores que ellos porque admitiríamos que no lo hacemos porque no tenemos sus circunstancias.
 
A mí la corrupción de unos y otros me parece despreciables, desde la mentira de Soria a los ERES de Andalucía pasando por todo el arco parlamentario o político y por todos los tipos penales o inmorales de corromper y corromperse, porque supone un desprecio a los ciudadanos, en muchos casos un fraude a los ciudadanos, en muchísimos casos un robo a los ciudadanos.
 
Es más, creo que quienes se prestan al juego de excusar a los propios por los ajenos es un mal ciudadano, una vergüenza andante, porque es igual de víctima de esos corruptos que los que están al otro lado del espectro político ideológicamente, y en vez de plantear una exigencia ética solo propician que todo siga igual haciendo creer que hasta en la corrupción hay una categoría moral cuando son todos los corruptos el mismo tipo de gentuza despreciable que debiera ser castigada con el desprecio público y una condena penal de mayor dureza en la mayoría de casos que la que reciben ahora.
 
Pero ya saben, no es así, seguimos votando a los menos malos, entendido subjetivamente, avalando que todo siga así, igual.
 
¡Pero no os da vergüenza!
 
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jueves, 14 de abril de 2016

EL TANQUE QUE QUEDARÁ EN BALSA, PERO AL MENOS YA ES ALGO (Página nº 3582)

Anunciaba Jesús David Sánchez de Pablo que este lunes se había aprobado el expediente de contratación para construir la tan ansiada balsa de tormentas, una infraestructura que denominó como esencial y que justificó como un esfuerzo necesario porque no se puede mirar para otro lado. Muy bien, aunque llevamos más de una década mirando para otro lado aún cuando ya era igual de proritario y esencial y podía haber evitado diversos episodios nefastos de contaminación.
 
Evidentemente no voy a culpar de ello a quienes por fin van a hacer algo al respecto, aunque sea al quinto año de mandato, porque al menos han tenido el acierto de abordarlo para que antes del 2016 esté construido y en funcionamiento. Los ojos tienen que irse más lejos, justo cuando hubo más recursos para hacer no una balsa sino un tanque de tormentas que era justo lo que se necesitaba y lo más adecuado para Daimiel pero al parecer, por lo que se ha ido desgranando en diversos plenos de los últimos años, la incompetencia y la dejación de anteriores equipos de gobierno, entonces de signo socialista, han terminado por convertir el tanque en balsa, que al menos ya es algo más que lo que fueron capaces de parir los anteriores, pi-r, osea nada en absoluto.
 
Me lo ha recordado este episodio de Cospedal a cuenta del crédito de los 115 millones que el BBV concedió a la Junta para las obras del nuevo hospital de Toledo y que según la noticia que enlazaban hoy en un comentario terminó siendo gastado en, ¡cágate perrito!, publicidad institucional y subvenciones casi en vísperas de las recientes elecciones autonómicas, lo que de por sí ya huele que apesta. No diré que sea ilegal, porque lo desconozco, pero desde luego sí que fue inmoral y terminó cambiando un hospital imprescindible ( que espero se concrete en un retraso más antes de que pueda ser finalmente operativo) en propaganda y subvenciones, una mezcla típica de la captación desesperada de votos que ni tan siquiera les sirvió para volver a gobernar.
 
Y es que lo del tanque de tormentas, y vuelvo a decir lo que en varias ocasiones se han comentado en los plenos, tuvo hasta el dinero para realizarse pero quienes gobernaban decidieron dedicarlo a otros asuntos y aparcar un proyecto sencillamente imprescindible que luego derivó, como ya he señalado, en diversos episodios de contaminación casi cada vez que una lluvia abundante alcanzaba nuestra localidad. Vuelvo a decir que puede que sea legal cambiar el destino de un dinero asignado a un proyecto para cubrir otras cosas pero que me da un tufo de inmoralidad que no puedo evitar, y la consecuencia de, además de dichos episodios contaminantes, haber perdido un tanque de tormentas para tener que conformarnos con una balsa de tormentas.
 
Al menos si esto ayuda a resolver los problemas que su ausencia ha provocado en esta década larga lo daremos por bueno y podremos valorar que, del poco margen inversor de este ayuntamiento, al menos hayan salido proyectos que preserven el medio ambiente.
 
(Foto de Pedro Antonio Gutierrez tomada de la web tablasdedaimiel.com)
 
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ADIVINA (Página nº 3581)

¿Cuántos rosales hay en la Avenida de los Rosales de Daimiel?





































miércoles, 13 de abril de 2016

¡AUPA ATLETI! (Página nº 3580)

Y perdonad este ataque puntual de forofismo.

"Lo siento, me he equivocado y no volverá a ocurrir" (salvo que ganen la Champions League)

¿De qué me suena esto?



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EL ENÉSIMO CASO AISLADO (Página nº 3579)

A  mí me hace mucha gracia cuando desde los partidos, a cada presunto hecho corrupto descubierto, se le coloca esa coletilla justificadora de ser un hecho aislado y la insistencia de que es una minoría porque la gran mayoría de los que se dedican a la política son muy honrados (y mucho honrados, añadiría yo con sorna). Ahora toca Granada, con un alcalde y una concejala de Urbanismo detenidos tras una larga investigación, porque claro, lo extraño es que detuvieran al concejal de Infancia o al de Bienestar Social cuando hablamos de corrupción económica.
 
A los partidos les gusta simplificar, para los afectados son casos aislados si se compara con los casi ocho mil municipios y las decenas de miles de concejales. Para la oposición la multiplicidad de casos  convierte en asociación criminal al rival. Pero lo cierto es que sin llegar a uno u otro extremo los ciudadanos empezamos a estar hartos del enésimo caso aislado que ya no lo es, y si entendemos la importancia de esto veremos que las cifras pueden ser interpretables pero en todo caso escandalosas.
 
Al parecer en este caso de Granada el delator fue un funcionario el mismo día de su jubilación que, armado de documentos, puso en la pista a la policía. Es fácil pensar que muchos funcionarios pueden haber detectado comportamientos improcedentes o delictivos en otras administraciones pero han callado por miedo a su situación laboral y a las consecuencias de una denuncia así, más en un país que castiga soberanamente a los que no se callan. Podemos considerarlo deshonesto pero comprensible desde el punto de vista humano que prefieran el silencio a la delación.
 
Por muchos concejales que haya solo son unos pocos los que tienen acceso a decisiones compatibles con la transmisión de información privilegiada, facilitación de pelotazos urbanísticos o económicos, o decisiones que puedan ser compensadas por terceros en dinero o especias. Por lo tanto comparar las cifras de pillados con el número total de concejales es bastante tramposo, aparte de que es muy difícil de demostrar esa otra forma de corrupción pasiva, la de saber y callar, que no implica recibir dádivas pero sí saber que se están produciendo estas corrupciones.
 
Por otro lado los medios policiales y judiciales son bastante limitados, requieren de mucho tiempo, necesitan de sólidas pruebas complicadas de conseguir, todo dentro de un sistema absolutamente garantista que nos hace entender que son muchos más los casos posibles de corrupción que los que terminan por esclarecerse y juzgarse, y muchísimos más de los que finalmente implican una condena de esos corruptos.
 
Por eso a mí, las cifras alcanzadas en España me parecen escandalosamente altas y no me convence hablar del enésimo caso aislado porque, entiendo, la corrupción ya me parece endémica, con partidos incapaces, por acción u omisión, de reducirla y aún menos de acabar con ella, con leyes insuficientes y castigos con un tratamiento de levedad comparada con otro tipo de delitos. Por eso proliferan los corruptos, por eso el enésimo caso aislado es la constatación de que no son aislados, son sistémicos, son la consecuencia lógica de la corrupción moral que anida en la política y la falta de respuesta legal que no actúa para disuadir.
 
La España política es pura corrupción. Con más medios policiales y judiciales aflorarían bastantes más casos. ¿Políticos honrados? Claro que sí, pero que mala suerte que en los puestos importantes el porcentaje sea tan bajo, justo donde la corrupción resulta más lucrativa.
 
Saquen cuentas, ¡una m... casos aislados!
 
Por cierto, ¡Soria, dimisión!. Ya lo pedí en esta entrada por inepto. Ahora, además, por mentiroso:
 


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martes, 12 de abril de 2016

EL TIEMPO ES COMO UN CHICLE...QUE NUNCA ESTIRA NI ENCOGE A NUESTRO GUSTO (Página nº 3578)

Es curioso esto del tiempo, ese intento de amoldarnos a nuestro ritmo tan imposible que solo suele provocar inquietud, decepción, ansiedad, desesperación y todo un cúmulo de sensaciones generalmente negativas para nosotros. Todavía no hemos entendido que debemos doblegarnos a su ritmo, dejar de crear expectativas en torno a algo que no dominamos y que solo nos procura frustración. O deseamos que el tiempo pase cuanto antes, si se trata de algo negativo, o ansiamos que no transcurra, cuando nos encontramos bien, sabiendo como sabemos que ambas cosas son imposibles y que con ello acentuamos ese grado de insatisfacción que termina por crearnos un problema.
Me parece bastante llamativo ese afán humano de crearse problemas donde no los hay, de pretender ir contra la lógica y chocarse una y otra vez con una realidad tan terca como inmutable. Y lo digo yo que me reconozco en quien pretende acomodar el tiempo al propio interés aún sabiendo de lo absurdo que resulta y lo desigual de una batalla claramente perdida. Quizá más ahora, incluso, cuando los tiempos de recuperación marcan un ritmo claro de mejoría y la cabeza se te adelanta unas jornadas pretendiendo que todo se acelere, desaparezcan las molestias y todo vuelva a su ser. Es una forma de debilidad, de fragilidad, por no aceptar que las cosas suceden a su debido tiempo sin que podamos intervenir.
Otra cosa es que ese mismo tiempo lo contemplemos como un chicle, que notemos cómo, a veces, en ambientes gratos, todo parece transcurrir demasiado deprisa porque estamos disfrutando de una compañía, una conversación, un viaje, y en cambio, ante situaciones desagradables que toca abordar, sintamos la pesadez de un tiempo que no corre, que no nos aleja del problema, del disgusto, del dolor, como si el paso de los segundos, los minutos, las horas, los días, se hubieran confabulado contra nosotros para ahondar el malestar. Al fin y al cabo ahí radica la subjetividad de cada uno, por supuesto, paro la forma de combatir esas sensaciones termina siendo la de comprender que el tiempo siempre va a someternos, que en realidad no es tal chicle sino un espacio incuestionable ajeno a nuestra voluntad y que comprendiendo que es así debemos abstraernos a él o, en el peor de los casos, acomodar nuestro ritmo a ese discurrir para evitar que nos afecte.
Y esto es así al punto de que, cuando ya hablamos de años, de esos años cumplidos, solo si somos capaces de concentrarnos en vivir cada momento podremos evitar que nos ocupe esa gestión nefasta de lo que hicimos o dejamos de hacer o, incluso, de lo que nos queda por hacer, que solo nos come tiempo inútil y nos devuelve esa sensación frustrante o de agobio que en nada nos ayuda. Voy a cumplir en unos días cincuenta y cuatro y solo me preocupa sentirme lo mejor posible cada día con quienes me hacen mejor, con quienes me importan en la vida, con quienes se toman unos segundo para pensar en mí. Nada de lo de antes va a cambiar por dedicarle mi tiempo de ahora, nada va a ser muy distinto por pensar lo que pueda pasar más adelante. El tiempo no debe ser un rival, solo un acompañante necesario con el que conviene llevarnos bien y al que no doblegaremos. Y si fuera un chicle estoy convencido de que no nos iría mejor.


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¡ QUÉ DESPERDICIO...DE PAPEL ! (Página nº 3577)

No lo había visto hasta hoy, entre otras cosas porque el reparto del Daimiel Noticias nº 90 buzoneado en Semana Santa no ha llegado a mí, y no es la primera vez. Pero el caso es que me he acercado al médico y he podido echar un vistazo a esas setenta y dos páginas de buen papel y, con sinceridad, tras visionar el contenido me ha dado por pensar qué desperdicio de papel, tanto por lo prescindible de casi todo lo visto ahí como porque a estas alturas sea necesario hacer semejante gasto cuando ya es accesible descargarse el pdf y evitar que miles de hojas y tintas se gasten en un número que no aporta nada de nada y que funciona más como escaparate ombliguero. Aunque claro, es para lo que fue concebido hace ya décadas, en ese trasunto de autobombo gobernante interrumpido por las páginas de los partidos que, en esta ocasión, tampoco dejan de ser más de lo mismo, un "¡mecachis, qué guapo soy y qué bien que lo hago, y qué malísimos son los demás".

No es la primera vez que lo digo pero es que a cada número me da la sensación de que más inútil resulta editar en papel una revista que es un compendio de huecograbado de la web municipal y un mini-reportaje inocuo para tirarse el moco, y es que ya va siendo tiempo de que el papel se use con criterio y no se malgaste en cualquier cosa que, luego, para chasco ni termina en el contenedor azul pues, no de este número pero sí de otros, me he encontrado en los contenedores orgánicos, lo que tomo como cierto insulto antes de creer que sea fina ironía.

 
Y aquí el enlace a los pdf de las últimas revistas, sin gasto alguno de papel:
 
 
 
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lunes, 11 de abril de 2016

CORREOS, UN SERVICIO QUE FUNCIONABA Y HOY NO LO HACE (Página nº 3576)

Al hilo del siguiente comentario:
 
Ya que se habla de la administración y lo que debería hacer, desde aquí insto a quien corresponda que el servicio de correos funcione con las debidas condiciones.
Hace unos meses se jubiló un empleado de correos, que realizaba correctamente su labor, y no digo que los que hay en la actualidad lo realicen mal, sino que el reparto a veces se hace cada semana o mas, desconozco si es por falta de personal, pero si es así que a quien corresponda reclame mas personal para Daimiel
 
tengo que decir que tiene toda la razón del mundo, hoy es un servicio penoso donde se reparte, a lo sumo, al menos en mi barrio, un par de días a la semana y eso con suerte.
 
Puedo contar muchas experiencias, algunas surrealistas, pero me llevaría mucho espacio. La última, eso sí, dos cartas enviadas el mismo día desde el lejanísimo Ciudad Real para felicitar las navidades. Un par de días después llegó a mi domicilio una de ellas. La otra, a un familiar, un mes después y porque uno de los trabajadores de Correos la encontró por la oficina y tuvo el detalle, muy de agradecer, de acercarla al domicilio porque conocía a la persona que debía entregarse, aunque ni le correspondía hacerlo ni era su zona.
 
Ni que decir tiene que son muchos los motivos de queja, a nivel personal, al punto de que, como ya conté alguna vez, hasta en dos ocasiones fui a quejarme a la OMIC por la situación y recibí, después, sendas respuestas desde la oficina central de Ciudad Real reconociendo problemas de bajas y notando en los siguientes días que mejoraba el servicio, aunque no duró demasiado la alegría.
 
Después me cansé, la verdad, sobre todo porque cada vez menos utilizo el correo convencional y fuera de facturas, extractos bancarios y publicidad no hay mucho más. Eso sí, tras días sin nada puedes encontrarte un buzón saturado por lo acumulado en el reparto.
 
Y es que hablo de una situación sostenida en el tiempo. Si ya llevo casi cinco años con este blog y las entradas que dediqué a Correos correspondían al Diario Improbable (2007-2011) pues ya se pueden hacer una idea de que no es un problema puntual sino directamente crónico, producto de la política de la propia empresa, que ha dilapidado el prestigio de un servicio que funcionaba bien, con aquellos carteros que entregaban en mano, que te leían el nombre del anverso de la carta aún sabiendo que eras tú y que velaban porque las cartas llegaran a quienes tenían que llegar.
 
Ahora no, y siento decirlo, porque posiblemente sea de lo que peor funciona en Daimiel, aunque me temo que ni nos consuele saber que el nuestro no es un caso aislado y que, en general, en muchos sitios deja bastante que desear. Hablar de ello me cabrea enormemente y solo puedo corregir el mal humor recordando aquel chiste que preguntaba por qué todos los buzones amarillos de Tomelloso estaban coronados por montones de preservativos usados. ¡Es que como pone Correos...!, y lo mismo es el mejor uso que se pueda hacer de ellos.

buzon correos

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DEJAR LOS MUERTOS EN PAZ (Página nº 3575)

Supongo que debe ser fácil cuando los muertos no son los tuyos, cuando no hablamos de nuestros familiares perdidos en fosas comunes porque son los familiares de otros los que hayan allí enterrados. Pero puedo entender perféctamente que quienes tienen a seres queridos en algún lugar desconocido, como despojos de una guerra demencial, como todas las guerras, aspiren legítimamente a que se puedan recuperar esos restos, a saber de ellos y poder decidir lo que hacer después.
 
No entiendo por qué, después de tres cuartos de siglo, este tema suscita tanto debate y polémica. No la guerra, que podría entenderlo, sino la situación de todas esas víctimas enterradas a bote pronto en cualquier lugar y que para sus allegados es una herida sin cerrar.
 
Para mí todas las guerras se pierden desde el mismo momento en el que no encuentro sentido en ellas, pero una vez producidas lo que se necesita es cerrarlas y superarlas devolviendo la dignidad a todas las víctimas, sin dejar que los olvidos y las miserias terminen prevaleciendo y continuando el escarnio sobre muertes siempre evitables. Sin tener que hacer un espectáculo de ello me parece justo, pero también natural, que las familias puedan recuperar los restos de sus seres queridos, que puedan cerrar sus personales heridas, que puedan sentir que terminada esa guerra que multiplicó muertes, la mayoría inocentes, las profundas diferencias que la provocaron se van restañando y no se ceban en los perdedores, sean los que sean. Y para ello se necesita que el Estado facilite, ayude, ponga los medios para esta causa y, de alguna manera, que lidere esta iniciativa.
 
Yo, aviso, no tengo ningún muerto por encontrar ni enterrar. No lo he tenido. Pero tengo claro que mantener esa distancia, esa dejación, esa apatía, incluso esa negligencia para mantener la situación de abandono no es propia de un humanismo que debiera prevalecer siempre y que obliga a ser justos, a empatizar con los demás, a entender que lo mejor es tratar de restañar cuanto antes las heridas que no nos devolverán a los muertos pero no socavaran su dignidad de víctimas generalmente producto de unas circunstancias de las que no fueron responsables.
 
Es verdad, cuando escucho decir que hay que dejar a los muertos en paz me da la sensación de que solo hablan de los muertos de otros, como si los cosificaran, pero esos muertos tienen nombre y apellidos, familiares que no piensan en ellos como un número, y así es muy difícil creer que se les deja en paz ignorándolos y dejando que sigan allí donde estén, bajo toneladas de tierra desconocida. Quizá si dejarlos en paz consistiera en encontrarlos y devolverlos a sus familias ese concepto de paz fuera más aceptable, otra cosa puede ser lo que quiera ser menos paz.
 
 
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domingo, 10 de abril de 2016

SALVANDO EL CULO A LAS ADMINISTRACIONES...¡ A TODAS ! (Página nº 3574)

 
Desde el inicio de la crisis se han ido multiplicando las actividades solidarias para recaudar fondos con los que ayudar, tanto aquí como a proyectos en el exterior, a aquellas personas cuya situación apremiaba a un esfuerzo que no llegaba de quienes, en realidad, debían recibirlo. En Daimiel creo que fueron los colegios quienes primero comenzaron a incluir entre sus actividades recogidas de alimentos, mercadillos solidarios, recogida de juguetes y material escolar, festivales solidarios, desayunos solidarios, etc... También las academias de baile, las cofradías, las asociaciones, empresas y ongs, entre otras, se fueron sumando con numerosas actividades que buscaban, como digo, recursos económicos o materiales para dar respuesta a una realidad, la situación de una parte de la sociedad, cada vez mayor, afectada por la crisis y sumidas en un grado de vulnerabilidad verdaderamente importante.
 
Como comprenderán no tengo más que alabar el titánico esfuerzo de todos ellos por proponer, estimular y desarrollar todas esas actividades solidarias y por supuesto valorar la actitud de gran parte de la población colaborando de distintos modos en que todas esas actividades solidarias terminen siendo exitosas. Puede que sea algo de lo que, como sociedad, sí podemos enorgullecernos viendo la buena acogida y respuesta que las personas dan cada vez que surge una oportunidad de colaborar.
 
Sin embargo, no nos engañemos, las administraciones son las que están obligadas, ¡sí, obligadas!, a dar respuesta a los problemas de las gentes que han quedado en situación de desamparo, de precariedad absoluta, y es evidente que lo que ofrecen nunca es suficiente ni aparentan hacer el esfuerzo importante que las situaciones de emergencia social demandan. En el fondo esa actitud solidaria, incondicional, del asociacionismo, los colegios, las cofradías, etc... les van salvando el culo, tapan los innumerables frentes a los que las administraciones, desde la local a la estatal, no sabe o no quiere dar respuesta.
 
Ocurre algo similar con el voluntariado, un arsenal de trabajo desinteresado puesto al servicio de los demás y cuyo valor es incuestionable. En eso los ciudadanos de nuestro país son todo un ejemplo a valorar y su labor solo merece elogios. Pero de nuevo queda a la vista que las administraciones salvan el culo de sus obligaciones, ¡que sí, de sus obligaciones!, a partir de todas estas personas que ponen su tiempo y trabajo en función de quienes puedan necesitarlo y que de no existir mostraría hasta qué punto hay una falta de prevención, recursos y respuestas desde las administraciones, esas que son las que deberían planificar y responder a todas las situaciones planteadas pero que siempre se muestran insuficientes cuando se les demanda grado de compromiso y recursos.
 
Insisto, agradecimiento total a los promotores de actividades solidarias y al voluntariado social, pero las administraciones, que saben que se han incrementado notablemente este tipo de actos para recaudar recursos debería entender que eso se produce porque la situación  es extremadamente grave y que está obligada, por sí misma, a hacer mucho más de lo que hace sin esperar que los demás le salven el culo, aunque lo hagan.
 
 
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