Leo que la Comisión Islámica Española (CIE) ha solicitado adaptar el calendario de exámenes, destacando la llamada popularmente "selectividad" al Ramadán, que durante los tres próximos años coincidirán con gran parte del mes de junio y primeros días de julio, y la verdad es que de nuevo me asalta esa duda entre la conciliación y la laicidad y termino por decantarme por esta última por diversas razones:
Atender una solicitud puntual, enmarcada en un tiempo concreto, no parece una concesión imposible, provenga de quienes provengan, pero lo cierto es que nos movemos en un terreno complejo porque la decisión de modificar fechas afecta claramente a todo el proceso ulterior, y en el caso de la "selectividad" lo que viene a continuación es un proceso largo, complicado, que en ocasiones se prolonga, para la asignación de plazas en universidades, incluso a los primeros días de octubre. Eso por no señalar que el propio calendario del curso que aboca a dicha prueba de acceso a la universidad ya está muy condicionado por la propia prueba y no casa estar sometido aun calendario cambiante como en este caso el Ramadán. Y en este caso no hablamos de una fecha inhábil sino todo un mes, en una incidencia que afectaría a la totalidad de estudiantes para conciliar la situación de un porcentaje mínimo de estudiantes musulmanes , lo que me parece que hace la petición inviable.
Aún más inabordable cuando los calendarios de estas pruebas selectivas y procesos son diferentes en calendario y procedimientos entre las propias comunidades autónomas, lo que ya sin este tipo de condicionantes provoca suficientes conflictos para el propio desarrollo.
Pero además de la consideración de ser una solicitud puntual queda en el aire que marcaría un precedente complicado porque no olvidemos que las sensibilidades religiosas presentes en España son cada vez más y sus posibles exigencias casi inabarcables a poco que se abriera la espita para atender demandas en función de esas creencias. En tanto la laicidad es una, iguala, establece un equilibrio lógico en las relaciones administrativas, formaliza un sistema que filtra estas peculiaridades, cada vez más notorias.
Sinceramente, en un estado laico los procesos administrativos debieran estar lo más ajenos posibles a las particularidades de todo tipo, a la intromisión de estos elementos religiosos de todo tipo y que responden mucho más al ámbito privado y personal, totalmente respetable pero que no debería interferir en decisiones que afectan a la totalidad al margen de sus creencias, y no solo las religiosas.
Habrá quien diga que ya interfieren, desde siglos, que aparecen en la propia confección del calendario laboral o el escolar, pero la tendencia debe ir, en mi opinión, justo en la dirección de racionalizar calendarios de modo que se vaya desprendiendo de esos condicionantes y no en la dirección opuesta de introducir nuevos elementos condicionantes para adaptarse a la presencia de otras sensibilidades religiosas o de cualquier otro tipo.
Creo que no prosperará la petición, que recuerdo que no afecta solo a la "selectividad" sino que se extiende a todo tipo de exámenes, y además estoy convencido de que no debiera prosperar., con todos mis respetos a las creencias existentes.
***