sábado, 9 de abril de 2016

SIN MIRAMIENTOS (Página nº 3573)

Gran Bretaña censura una campaña de Gucci por la "delgadez enfermiza" de la modelo
 
Tras leer que en Inglaterra se ha retirado una campaña de la firma Gucci por la extrema delgadez de la imagen  tengo claro que se puede y debe legislar para que lo extraordinario de la medida termine siendo una total normalidad, y es que siempre he pensado que la sociedad, incluso la global, debe ser educadora y por tanto ha de preocuparse también por corregir los estereotipos y modelos que se transmiten desde aquellos espacios con mayor capacidad para influir y crear tendencias.
 
No hablo de censuras, en todo caso de límites. No nos engañemos, la creatividad de la moda puede ser la que sea pero desde hace tiempo están enviando claros mensajes estéticos en los que tallas imposibles terminan mostrando un ideal de belleza no solo inalcanzable sino claramente dañino para la salud porque, y dejémonos de hipocresía, nada es inocuo y su impacto real es significado como para llevar a muchas personas, sobre todo en edades tempranas, a modificar hábitos alimenticios tratando de seguir esos cánones estéticos. Y no solo la moda, la propia televisión, el cine, la música, la publicidad, tiende a establecer una estética que no es la de la mayoría de la población ni mucho menos e incluso ahonda en ese tipo de tópicos que terminan causando rechazo en quienes no se adaptan.
 
Nos guste o no estamos llenando las Unidades de Salud Mental de los hospitales de un montón de niños, abocándolos a una farmacología tremenda, cuando muchos de los problemas se derivan de modelos de imagen estúpidamente promocionados desde los medios y la moda como si se tratase de la normalidad e incidiendo sobre personas vulnerables a ese tipo de mensajes. Y a mi parecer esas Unidades de Salud Mental son necesarias pero se ven desbordadas por situaciones que en una sociedad educadora de valores, corresponsable, debían disminuir en gran número, y por tanto nunca son la solución cuando existe manera de acotar estos modelos, legislar en favor de esa vulnerabilidad y ser capaces de entender la responsabilidad que se asume desde esa posición de influencia para reconducir esos conceptos estéticos hacia la inclusividad y el raciocinio.
 
Una cosa es que se vaya difundiendo, cada vez más, una actitud más enfocada al cuidado del cuerpo, a la búsqueda de los saludable a través de una correcta alimentación y un sano ejercicio, y otra bien distinta esa posición esteta que esclaviza hacia modelos irracionales y que perseveran en mostrarnos unos cánones que solo conducen a un desequilibrio entre salud y belleza y que deja un buen número de cadáveres morales que terminan con muchas personas sufriendo sus consecuencias.
 
De verdad, creo que hay que legislar sin miramientos, con el norte único de preservar la salud física y mental de las personas, poniendo un límite racional a esta cruel estupidez de la imagen como única referencia y sometida al capricho enfermizo de quienes quieren imponer ese mundo irreal que no se compadece con la normalidad.
 

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viernes, 8 de abril de 2016

Y EL ÁRBOL APARECIÓ....¡BUENO, OTRO! (Página nº 3572)

Caminaba yo, este jueves, por la Avenida de los Deportistas, después de mucho tiempo, y me encontré esto:
 
 
Efectivamente, aquel árbol talado que llevó a alguien a escribir sobre el pavimento "¿Y el árbol?" y su flechita indicando el hueco dejado por el ejemplar, ya ha sido repuesto, lo cual me alegra y deja la pintada como un curioso caso de miopía, para quien no sepa la historia, al punto de que un nuevo graffiti en rosa chillón debiera poner: "¡Aquí!, ¿no lo ves?"
 
Ayer, al tiempo, aparecía este comentario:
 
Aunque no tiene relación con esta entrada,y como dice el refrán “al César, lo que del Cesar", en relación a la entrada del pino de la Calle Ancha (creo que había alguna más, y tenías gran parte de razón), ahora el Ayuntamiento ha empezado a reponer muchos de esos árboles en algunas calles como la C\ Jesús, así que me alegro que empiecen a reponerlos.
 
Es cierto, algunos se han ido reponiendo, aunque no el de la calle Ancha u otros muchos cuyos huecos ya fueron cubiertos de cemento, baldosas o alquitrán, como puede verse en la calle de los Molinos, Dehesa u Hotelitos, por citar solo unos ejemplos de espacios con árboles que ya no se espera vuelvan a tenerlos.
 
Dice otro comentario:
 
"Que no hombre... que no": que los arboles son para el campo, y los parques.
 
La verdad es que no estoy de acuerdo, me parece que no todas las calles están adaptadas para tener árboles y por tanto no defiendo que estén allí pero sí creo que hay viales daimieleños donde pueden estar perfectamente, y deben, y lo que suele fallar es la elección de los tipos de árboles que deben poblar esos espacios urbanos que no son parques ni zonas ajardinadas pero que merecen tachonar su recorrido con ejemplares que se adapten a las características de esas calles y avenidas.
 
En cualquier caso apuesto por los árboles. Me he criado en un barrio con árboles, casi una curiosidad en el Daimiel de los sesenta pues salvo en los Hotelitos, el último tramo de la calle Estación y la calle Ancha prácticamente no existían (excluyo parques y plazas) aunque curiosamente sí se daban en el interior de muchas casas típicas del pueblón manchego que era nuestra ciudad en los sesenta y setenta.
 
¡Ah, y además de apostar por los árboles apuesto porque se cuiden como deben, que esa es otra!
 

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¡ SIEMPRE EL HIJOPUTISMO LOCAL ! (Página nº 3571)

Al final siempre asoma el hijoputismo local, el de esa minoría ignorante, despreciable, abusona, malnacida, que deja a su paso un rastro de incivismo, mierda, contaminación. No es que no sepan lo que está o no está bien, es que no les importa restregarnos su hijoputismo y destrozar lo que sí tiene en cuenta la mayoría de daimieleños, gente en general cívica, ordenada, respetuosa con los demás y con el entorno.
 
Pongo esto a partir de las fotos que Francisco Rio ha puesto en facebook, en el grupo "Me GuStA...DAIMIEL":
 
 
Da igual que ya estemos en 2016, que se hagan campañas, que se pongan sanciones, que en teoría exista mayor sensibilidad medioambiental, el hijoputismo local parece entroncado en una pequeña parte de la población que parece disfrutar haciendo daño.
 
 
A veces me encantaría que existiese esa suerte de justicia poética, que a estos hijoputistas les amaneciese la casa propia cubierta por toneladas de mierda y escombros, primero para que todos supiéramos de quienes se trata y segundo para que además de la fuerte sanción les quedara un buen rato de trabajo para retirarlas. ¡Sería cojonudo que la "recompensa" a sus acciones fuera así!, seguro que otro gallo cantaría si a quienes se dedican a estos actos vandálicos e incívicos les cayera la del pulpo en forma de las mismas acciones, multiplicadas por diez, que ofrecen en su puñetero y prescindible paso por la vida.
 
 
Lo siento, no lo soporto, no puedo entender la mala baba ni el desprecio a los demás que hay en actos como esos. Esto ya no es cuestión de educación ni de exclusión social ni de pobreza, es puro hijoputismo, del que sale de dentro.
 
 
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jueves, 7 de abril de 2016

SIESTAS DE TRES HORAS...¡¡¡¡!!!! (Página nº 3570)

Lo he intentado, por aquello de dejar el tópico sobre España en todo lo alto y para darle la razón a la prensa internacional pero no ha sido suficiente con la intención, he fracasado en el intento de dormir una siesta de tres horas, esas que dicen los medios europeos y americanos que son las habituales. No sé si el fracaso se ha debido a no seguir la ceremonia del pijama y orinal que defendía Camilo José Cela o simplemente a que no hay narices, desde una vida más o menos ordenada, a sobar tres horas seguidas ni aunque te metas un diazepan.

Resulta curioso que una de las pocas propuestas aceptables de Mariano Rajoy, que pasaría por racionalizar los horarios laborales allá donde se pueda, pues no todos los trabajos podrían adaptarse a esa buena intención, termine dando como titular que el Presidente en funciones quiere cargarse la siesta española, quizá la mejor aportación de nuestro país junto a la dieta mediterranea, siesta que, por cierto, la gran mayoría de la población de España no puede disfrutar en la práctica y que responde más a ese juego de tópicos que nos pinta dormitando en el espacio que va entre comer e ir a los toros y restarle horas al dormir nocturno por nuestra sempiterna fiesta flamenca.

Tampoco es que vayamos a quejarnos por la atribución de tópicos, mejor la alegría festera y el siestorro que la estupidez pistolera de los yanquis, la monotonía triste-cervecera de los británicos y alemanes o el alcoholismo anticongelante de los rusos, que en la carrera de tópicos salvo italianos y cubanos casi salimos bien servidos.

Ya en serio, la racionalización de los horarios, la búsqueda de modificaciones que favorezcan la conciliación laboral y familiar, son cuestiones que aparecen como asignaturas pendientes que siempre se esbozan pero jamás se concretan ( y esto si no es un tópico español ya se ha vuelto una costumbre despreciable, prometer para luego no hacer) y estoy con Mariano Rajoy, toca darle una vueltecita a esto de los horarios laborales, ponernos al día y pensar que no todo es trabajo...ni siesta de tres horas, sino que debemos entender que los criterios que se persigan para determinar la extensión de la jornada de trabajo deben pasarse por el cedazo de la racionalidad y la eficiencia pero también por el de favorecer conciliar vida privada y laboral para que ambas sean igualmente satisfactorias.

Y aquí, entre nosotros, mi siesta se ha quedado en 43 minutos, después de una mala noche, una más, producto de la incomodidad para dormir por el tema de la operación. Ni acercarme.
 
Por cierto, tengo foto real de mi siesta de hoy, pero he preferido recurrir a Van Gogh, por pura estética y ahorraros la imagen.

La siesta

PATRIOTISMO ES PAGAR IMPUESTOS (Página nº 3569)

No nos engañemos, el ejercicio de patriotismo suele tener mucho de postureo y muy poco de compromiso, por eso de los que presumen de patriotas hay que desconfiar casi siempre, como hay que hacerlo de aquellos que mientras reivindican determinadas cosas realizan acciones que parece van encaminadas a otros intereses o, al menos, contradicen esos posicionamientos.
 
Patriotismo es pagar los impuestos que nos corresponden, incluso considerando que puedan ser excesivos o mal empleados después, porque existe una capacidad correctiva desde los gobiernos para modificar los impuestos y retenciones pero, desde luego, lo que es incuestionable es que los servicios públicos no se pagan solos, que todos debemos contribuir fiscalmente y que debe existir una proporcionalidad en función de los ingresos.
 
Llama la atención, entre los "papeleros" de Panamá, personajes públicos haciendo llamamientos a la defensa de lo público, de la sanidad y la educación pública, montando empresas que sospechosamente parecen buscar formar de escabullir el pago de impuestos. O  personajes relevantes acumulando subvenciones públicas, provenientes de los impuestos de todos, mientras crean empresas sospechosas de escaquearse fiscalmente. O personas en la línea sucesoria de la Corona Española hablando de patriotismo o protagonizando caridad mientras administran sociedades opacas que son difíciles de justificar si no es por otra cosa que la evasión de impuestos.
 
Me decía una persona que cualquiera, en su situación, habría hecho lo mismo, y la verdad, hay que ver el daño que produce dar por bueno que la altura moral de cualquiera solo está sometida al nivel de ingresos, como si todos, per sé, fuéramos delincuentes fiscales potenciales y solo la escasez de recursos mantuviera a salvo nuestra honradez.
 
Huyamos de los patriotas que, en realidad, hacen del patriotismo, en su caso patrioterismo, una máscara, una burla. Pagar impuestos, los que corresponden, es ser patriotas, es querer contribuir al país, es entender que nada se hace sin el esfuerzo de todos. Pensamos en lo que nos quitan pero, en el fondo, todos quisiéramos que nos quitaran más porque eso significaría que nuestros ingresos son mucho mayores. Claro que esta debe ser la mentalidad del pobre, ¿verdad?, porque la de los adinerados nunca va en función de todo lo que ganan sino en la parte que les hacen tributar,ya ven la gran diferencia, porque además suelen despreciar los servicios públicos porque no los usan, aparentemente, y creen legítimo que todo lo que ganan les corresponde y los impuestos son una intromisión imperdonable.


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miércoles, 6 de abril de 2016

ME RÍO POR NO LLORAR (Página nº 3568)

Hay quien dice que tengo fijación con atribuirle todas las responsabilidades a los políticos pero es que estoy necesitado, tal vez, de encontrar dignidad en la política y leyendo ciertas cosas me da la sensación de que raramente voy a conseguir encontrar dicha dignidad en ellos.
 
La última es conocer que el PP regional ha elevado una serie de enmiendas a los presupuestos generales de Castilla-La Mancha entre las que se encuentra esta:
 
"se encuentra la propuesta para que no se congelen las partidas para la educación concertada y que se ejecuten inversiones en centros de educación infantil y primaria de Yepes (Toledo), Daimiel (Ciudad Real), Albacete, Hormigos (Toledo) o Villamanrique (Ciudad Real), entre otras localidades."
 
¡Vaya, cuatro años de gobierno donde ni se contemplaba esa inversión y ahora, desde la oposición, una enmienda con nombres y apellidos!
 
No es un problema del PP, ¡ojo!, no nos engañemos, es una práctica general de los partidos que han gobernado y pierden posteriormente el poder. Reclaman a los demás lo que no hicieron ellos y de haber seguido gobernando Cospedal lo mismo esta enmienda pidiendo inversiones para un centro de Daimiel la hubiera presentado el PSOE.
 
Ya sé que ahora habrá quien diga que lo importante es que se pida esa inversión, que el colegio nuevo de San Isidro hace falta, que es una reclamación de décadas, etc... No discuto eso, me asombra el uso hipócrita de esas reclamaciones en función de que se gobierne o no, y bajo la lógica de que es más fácil conseguir las cosas desde el gobierno llama la atención que el empeño se ponga siempre desde la oposición.
 
Y toca a todos los ámbitos. A nivel local fue vergonzosa la presentación de mociones sobre la estación de Renfe en Daimiel por un partido y otro cuando estaban como oposición y su posición real cuando ostentaban el poder, independientemente del alcance limitado de las mociones. No interesaba la estación, interesaba su uso político, como ahora, ese deseo real de obligar al otro a posicionarse para ocultar que, en el fondo, el tema no era ni interesante ni prioritario ni se iban a comprometer.
 
Hay ejemplos en todos los ámbitos administrativos, de todos los colores, porque es una práctica habitual de las formaciones políticas a las que no les asoma ni una pizca de vergüenza defender una cosa desde el poder y la contraria desde la oposición. Da realmente asco porque marca el nivel precario del debate político y la poca dignidad de los políticos que tenemos.  El desprestigio es tan total que acabamos viendo con normalidad lo que no lo es. Puede que en cuatro años cambien las tornas y veamos enmiendas de la oposición, quizá PSOE o PODEMOS, reclamando inversión para un nuevo colegio en Daimiel, y mientras tanto el nuevo edificio de San Isidro en el limbo, solo como artillería demagógica de este asqueroso juego político que los indignos se traen entre manos y que solo logra aumentar el número de indignados.
 
Enlace:
 

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¡QUE NO, QUE NO SON BENEFACTORES! (Página nº 3567)

No sé por qué aún hay gente que contempla las empresas implantadas en la localidad como benefactoras. Apelan siempre a que generan puestos de trabajo, dan de comer a muchas familias, enriquecen la economía local, como si se tratase de la beneficiencia. No, las empresas arraigan en Daimiel, como en otros lugares, porque encuentran las condiciones que buscan a través de los incentivos, las subvenciones, las exenciones, los precios del suelo, etc... y no es que me parezca mal, se trata de un negocio que requiere de mano de obra, que busca una situación geográfica, unos terrenos en las mejores condiciones, un tratamiento fiscal mejor y todo tipo de elementos persuasivos para ubicarse pero no deja de ser un negocio y no una obra de caridad.
 
Quiero decir con esto que podemos estar muy gustosos de que las empresas elijan Daimiel para localizar sus instalaciones y producciones pero que no lo hacen por Daimiel ni por los daimieleños, salvo algunas, las menos, originarias de la localidad, y de la misma forma que llegan otras se han marchado sin más vínculo y afectividad por nuestra población en cuanto han encontrado mejores condiciones e incentivos en otros lugares del país o en otros países.
 
Me cansa mucho escuchar ese gregarismo agradecido que parece obligado a la genuflexión ante estas empresas, como si todo lo que proviniera de ellas fuera excepcional y de verdad creyésemos que tienen un apego especial por nosotros. Preferimos ver los puestos de trabajo que sus condiciones, el número de puestos directos e indirectos que la situación en las que se desempeñan esas tareas. Si de verdad tuvieran algún lazo de compromiso con la ciudad entenderíamos que con la gran cantidad de parados que hay en Daimiel y capacitados para esos trabajos no especialmente cualificados no hiciera falta contratar gentes de otros lugares pero asistimos a numerosas contrataciones de foráneos, que tienen el mismo derecho, por supuesto, pero que no ayudan a la problemática de unos conciudadanos pese a que el esfuerzo e incentivos del ayuntamiento para conseguir que las empresas vengan a nuestros polígonos busca, sobre todo, que haya una menor tasa local de parados, que es la verdadera rentabilidad social que ayudaría a Daimiel.
 
Está muy bien que fábricas y empresas se implanten en nuestra localidad, da igual que sean de aquí o provengan de otros lugares. Está muy bien que se estimule ese tejido económico. Pero no son benefactores, que no nos engañen, ni tampoco nos distraigan con sus grandes números para ocultar los pequeños, los que de verdad influyen en la economía local, que son los salarios, las contrataciones de paisanos, esos que compran y consumen aquí. Ni que se nos olviden las condiciones en las que se realiza el trabajo, a veces muy precario en todos los aspectos. Su función es ganar dinero, generar negocio, y me parece fantástico, pero nada más, sin alardes de identificación con la localidad, sin especial afecto a Daimiel, sin asomo de una particular empatía. No les atribuyamos lo que no les corresponde. Están aquí por rentabilidad y punto, y no entremos ni tan siquiera en lo que estiman como rentabilidad, en la que no encontraremos seña de identidad con Daimiel y sus gentes sino mero mercantilismo, como quizá tenga que ser, pero mayor razón para dejar de contemplarlos como benefactores, como mucho que podamos sentirnos beneficiados directa o indirectamente por efecto de sus objetivos de rentabilidad.


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martes, 5 de abril de 2016

¿QUÉ PENSARÍAN...? (Página nº 3566)

Imaginen una de esas películas americanas en las que alguien, contra todo pronóstico, consigue sacar a la luz lo que está sucediendo:
 
¿Qué pensarían si en apenas un año casi media docena de trabajadores tuvieran cáncer de testículo?
 
¿Qué pensarían si esa incidencia se diera en personas muy jóvenes?
 
¿Qué pensarían si todos ellos trabajaran en la misma empresa?
 
¿Qué pensarían si en ella se trabaja con sustancias peligrosas supuestamente bajo medidas absolutas de control de riesgos?
 
¿Creen que pasaría desapercibido en la propia empresa, las inspecciones labores, el sistema nacional de salud, si a cualquiera que lea esto estoy seguro que la palabra "normal"  no le encajaría de ninguna forma algo así?
 
Pues bien, seguro que nunca pasaría en una película española pues ni tan siquiera la realidad sea inspiradora para algo así.
 
 
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lunes, 4 de abril de 2016

PUES NO HE VISTO EL PLENO (Página nº 3565)

La verdad es que tenía intención pero a la misma hora estaba pasando consulta con el cirujano que me operó el lunes pasado y cuando he llegado a casa, a eso de las nueve y cuarto, ya había finalizado, algo previsible con tan sucinto Orden del Día.

El caso es que tampoco traía el cuerpo para prestarle atención al Pleno Municipal porque mi pensamiento estaba en las palabras del cirujano al decirme que había estado preocupado por mí debido al aspecto de mi vesícula y la falta de una sintomatología previa que se compadeciera con el tamaño de la piedra, y que esa preocupación solo había desaparecido cuando la patóloga que informaba de la muestra descartaba la posible opción de un tumor.
 
Es curioso, yo pensando por qué diablos no me daban la piedra, como a casi todo el mundo que conocía y en estos días de post-operatorio trabajaban sobre el análisis de mi vesícula y la formación litiásica parduzca y ovoidea para determinar que no existía tal tumor.
 
Ni que decir tiene que las palabras del cirujano, que en broma me decía que entre los de la misma quinta teníamos que cuidarnos mucho más, me ha dejado esa sensación de alegría, de emoción, donde apenas esperaba la simple confirmación de estar recuperándome bien y la extracción de algunas de las grapas de este nuevo mapa sobre mi abdomen. Es difícil describir los sentimientos cuando ves que la fortuna te sonríe, que escapas a algo difícilmente asumible que puede cambiar tu vida de golpe.
 
Qué poco me ha importado llegar tarde al pleno. La euforia estaba en otro lado, el de la vida, el de la salud, el lado en el que sabes que todo va bien.


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¡PUES, VENGA, RESIGNACIÓN! (Página nº 3564)

Es un comentario recurrente, ¡qué le vamos a hacer!:
 
Las cacas de los perros no OS molestan? O el cochecito con la megafonía a toda mecha? O las motos a escape libre? Aver si va ser Daimiel el peor pueblo de España."
 
Ya saben la lectura: ¡resignación!, ¡hay que conformarse con lo que tenemos!, ¡conviene dejarse llevar y no criticar nada porque habrá sitios peores!
 
Así es Daimiel, y claro está, los daimieleños en general. Acrítica, conformismo, condescendencia, pleitesía, mansedumbre. prohibida la crítica, prohibido cuestionarse las cosas.
 
Hay robos, ¿pero acaso es el lugar de España con más robos?
 
Hay vertidos, ¿pero acaso no suceden en otros sitios e incluso peores?
 
Hay suciedad, ¿pero es que somos el pueblo más sucio del mundo?
 
Hay incendios donde se acumulan residuos peligrosos, ¿pero eso solo pasa aquí?
 
Y así podíamos seguir un buen rato, siempre minimizando lo que aquí sucede en función de que habrá otros muchos sitios con mayor incidencia.
 
Para qué detectar problemas, para qué intentar buscar soluciones, para qué querer una ciudad mejor si hay ciudades peores que pueden servirnos de sedante, justificar la inacción y perpetuar los males sin ninguna mala conciencia.
 
Daos con un canto en los dientes que no estamos tan mal comparados con otros.
 
En vez de comparar nuestra situación con quienes están mejor, gestionan los problemas de modo más eficaz, van resolviendo las situaciones, aquí parece ser que miramos al suelo. Resignación, ante todo resignación, que podíamos estar peor que estamos.
 
¿Qué queda?, ¿rezar, a ver si las cosas cambian?, ¿callar y confiar en que las cosas sucedan porque sí?, ¿negar los problemas porque eso solo trae preocupaciones?
 
Nunca, jamás, se ha progresado a partir de la mansedumbre, el silencio, el seguidismo, la transigencia y la delegación incondicional. El cretinismo, incluso, nos hace retroceder. Solo cabe cuestionar las cosas, fiscalizar, exigir, proponer, impulsar, buscar soluciones eficaces a los problemas, aspirar a vivir en el mejor lugar posible aunque sepamos que jamás lo conseguiremos sin intentarlo y si eso nos lleva a resolver siquiera alguna de las cuestiones problemáticas que suceden ya estaremos dando un gran paso.
 
Si por el contrario te aferras a pensar que hay sitios peores, con mayores problemas, este blog te está haciendo perder el tiempo lastimosamente. Mejor elige algo más adecuado para la resignación y el conformismo, que los hay a cientos y te evitarán el malestar de leer lo que aquí se dice. Incluso, si te da por leerlo,  piensa que hay blogs incluso peores para que nada afecte a ese devenir resignado y manso que te lleve, por el camino más fácil, a un mundo feliz.


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LOS PAPELES DE PANAMÁ (Página nº 3563)

¿Quién puede creer que los gobiernos mundiales tengan interés real en acabar con los paraísos fiscales y la opacidad? Ahora salen a la luz parte de los muchísimos clientes en los llamados "Panama Papers" o "Papeles de Panamá", en los que ya se cuantifican a numerosos políticos, entre muchos otros, y es como asomarse al abismo moral de esta sociedad donde hemos encomendado a los zorros el cuidado de los gallineros.
 
Habrá quien diga que esto es legal, al menos en aquellos casos donde existe una declaración veraz y un conocimiento exhaustivo de dichas cuentas, aunque ya se sabe que otros muchos lo hacen de forma claramente ilegal, pero no nos engañemos, el objetivo que persigue es no tributar o hacerlo de modo insuficiente, y eso ya me parece inmoral a todas luces frente a quienes pagamos religiosamente todos los impuestos. La legalidad, en este caso, es interesada, favorecida, facilitada por el mero hecho de permitir el funcionamiento de todo tipo de paraísos fiscales y que es posible por la cooperación, la permisividad o el interés de aquellos países que se alimentan de esta trampa legal y de la actitud reprochable de los países que sabiendo que supone una fuga real en sus economías no endurecen las condiciones para asfixiar estos instrumentos fraudulentos y terminar por hacer desaparecer tanta ingeniería fiscal que termina favoreciendo a los ya favorecidos, y cuya relevancia explica las actitudes condescendientes de esos países para no hacer apenas nada para acabar con la situación.
 
Dan asco, vivimos en un mundo de rateros, de insolidarios, de tragaldabas y sinvergüenzas aupados a sus propios intereses. Los paraísos fiscales solo han sido posibles desde la incompetencia, o peor, las complicidades del poder con los poderes económicos. No encontrarán mi nombre en los Papeles de Panamá, ni los de la inmensa mayoría de ciudadanos del mundo. Sí estarán los de la morralla moral del planeta, esa "creme de la creme" donde a todo lo peor le llaman élite y que llevan siglos burlándose de los demás bajo la impunidad que les da el poder y su prostituido concepto del dinero.
 
Ya ven, algunos, en el colmo del descaro y la sinvergonzonería, hasta se inventan amnistías fiscales para salvar al culo a tanto despojo moral. Así nos va.
 
 Añadido:


 
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domingo, 3 de abril de 2016

OTRO VERTEDERO PARA DAIMIEL (Página nº 3562)

Lo cuenta La Tribuna de C-Real y hace referencia a la autorización, por parte de la Junta de Castilla-La Mancha, de un nuevo vertedero en las instalaciones de Alvinesa Alcoholera Vinícola. Se trata de un vertedero de baja peligrosidad para el tratamiento de los residuos procedentes de la producción de ácido tartárico.
 
En el artículo se especifican las características del nuevo vertedero, sus dimensiones y capacidad y otros aspectos que tendréis que buscar por vuestra cuenta ya que la ley me impide hasta enlazar la propia noticia cuando se trata de un medio AEDE por aquello de la tasa google.
 
A mí, particularmente, no me incomoda la creación de un vertedero más o menos, sobre todo cuando la información habla de que ha pasado todos los controles preceptivos para su autorización. Lo que me enerva es conocer que, luego, los organismos que han de supervisar y controlar el correcto tratamiento de los residuos no hacen bien su trabajo o que las propias empresas relajan sus controles, como hemos sabido que ha ido sucediendo con lo que pasaba en Alquimia y que ha dejado a la luz la incompetencia de casi todos, empresa y administración, por acción la primera y por omisión la segunda. Y la certeza de que no se trataba de un caso aislado porque en nuestro país, cada vez que sucede un accidente o una tragedia, asoman demasiados flecos de incompetencia administrativa y malas prácticas empresariales en lo relativo a la gestión de residuos ya sean poco o muy peligrosos.
 
Pues ya lo saben, en Daimiel ya tenemos un nuevo vertedero. Y esperemos que los responsables estén a la altura que se les demanda, porque solo así no tendremos que acordarnos de lo dicho.


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