Me parece increible y no pienso que ésta sea una forma de fomentar la cultura si lo que se pretende es obstaculizar el desarrollo de una actividad entre aficionados al teatro.
Resulta que el Ayuntamiento, a través de su concejal de Cultura, ha hecho saber a un grupo daimieleño, y supongo que no será al único, que piensa cobrarles treinta y dos euros por cada hora de ensayo que realicen para preparar sus obras.
Puedo entender que a un grupo profesional se le establezca un régimen de alquiler o cesión retribuida del Teatro Municipal pero no me cabe en la cabeza que a un grupo aficionado, que saca tiempo de sus obligaciones para dedicarlo al teatro y es sobre todo voluntarista se les castigue con semejante tasa o canon o alquiler. Cabe imaginar que preparar cada nuevo espectáculo en personas no profesionales implica, calculo, sesenta, cien, ciento cincuenta horas de ensayos, para que la obra tome cuerpo y esté en situación de representarse con éxito.
Al parecer el hecho de que este grupo, para su formación, venga pagando un sueldo o gratificación para recibir la dirección de un profesional les coloca a todos ellos, al entender del Ayuntamiento, en el campo profesional y no es capaz de entender que lo que va a conseguir imponiéndose ese precio público abusivo de 32 euros la hora es estrangular la pírrica economía de ese grupo de daimieleños que pelean con ilusión por sacar adelante su afición.
No se trata de que no paguen nada sino de que no encuentren obstáculo para desarrollar esa faceta personal y colectiva que el Ayuntamiento de Daimiel debiera amparar con cierto mimo cuando se trata de gente de la localidad volcados con su pasión por el teatro y que no hacen un negocio a costa del consistorio.
Y lo peor es que, posiblemente, no sea éste el único grupo afectado y que la imposición de esa cantidad por hora de uso vaya a castigar a otros colectivos locales que vienen necesitando usar el Teatro Ayala u otras instalaciones y que posiblemente realicen actuaciones pagadas pero que ni de lejos convierte su estatus en el de profesionales viviendo de su arte.
¡No puede ser!, ¡rectifiquen este atropello! Es necesario que asesen y reconsideren esa decisión y antes que poner obstáculos a su actividad estimulen el trabajo de estos paisanos favoreciendo su actividad. Y no es de cajón que lo gratis quede reducido sólamente a lo ofertado por el propio ayuntamiento daimieleño cuando hay gente de aquí capaces de desarrollar propias iniciativas.
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