Al hilo de esta noticia del El Mundo sobre la Púnica y un caso investigado para la realización de un aparcamiento subterráneo en Ciudad Universitaria, Madrid, realizado por la U.T.E. "Cándido Mateo" formada por las empresas daimieleñas Aglomerados Daimiel y Grupo DICO y que ya veremos en qué queda, pues de momento cabe la presunción:
Me surge una pregunta:
¿Qué fue antes, el corrupto o el corruptor?
Y vuelvo a esa espiral conocida del huevo y la gallina que no suele llevar a una respuesta certera e infalible porque han de darse ambas circunstancias para que estos casos de corrupción administrativa y política que tanto abundan se puedan producir.
Entonces doy un giro a la pregunta:
¿Quién tiene mayor responsabilidad, el corrupto o el corruptor?
Y aquí lo tengo claro, la corrupción existe porque hay quien acepta corromperse. Y eso no significa que excuse o aminore la responsabilidad del corruptor, lo que digo es que aceptar torcer una decisión para favorecer a alguien a cambio de un "regalo" solo se puede producir si quien toma la decisión se pliega a ello. Y si no, no existe posibilidad alguna por más que ofrezcan (ojo, no hablo de maniobras como chantajes, amenazas, etc... sino de intercambio de favores por regalos, dinero, sexo...)
Corromper es sencillo, está al alcance de cualquiera y casi está menos penado. Incluso es difícil de demostrar que alguien acepte un regalo si no hay una relación evidente e indiscutible con el favor devuelto. Pero el corrupto sabe, desde el mismo momento que acepta escuchar y hacer posible el favor, que sin su intervención no sucedería y tendrá bastante más complicado justificar lo recibido.
Ahora me dirán que todo el mundo tiene un precio, que es factible de ser corrompido. Quizá sea por eso que los corruptores abundan conociendo la debilidad humana, su profunda miseria moral colectiva que hace que en un buen porcentaje tengan opciones de éxito.
Me parecen despreciables ambos pero también digo que el sistema está tan impuesto que hay empresarios que durante años se negaron a entrar en ese juego viendo frustrados sus intentos de conseguir obra pública desde la integridad que al final, y solo cuando cambiaron de estrategia y untaron pudieron acceder a adjudicaciones por parte de ayuntamientos y gobiernos regionales. Y tampoco es que eso les salve o les excuse, pero conviene precisarlo.
Y sí, hay gente honesta, empresas honestas, políticos y funcionarios honestos. Demasiado pocos porque un deshonesto tira por tierra el trabajo de cientos de gente responsable, cabal y de fiar y uno termina teniendo esa visión de que la mierda nos ahoga y que todos están bajo sospecha. Pero tengo claro que aunque hubiera millones de corruptores no habría apenas corrupción si no hubiera corruptos, aquellos que aceptan venderse a cambio de algo.
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