Este pasado viernes fue un día muy activo políticamente.
El PSOE presentaba la tercera edición de su presentación de candidatura, en esta ocasión la fetén, la que se realiza en un acto público, con invitación a los ciudadanos, invitados especiales y con los medios para registrar esta puesta de largo. La primera, si recuerdan, fue cuando dieron a conocer los nombres de los veinte candidatos. La segunda fue un acto en la Casa del Pueblo, para los militantes, y quedaba la última, no sé si innecesaria porque ya todo el mundo conoce al menos las caras a través de la cartelería y las redes sociales, pero que tiene el puntito de que se hable de nuevo de ellos siendo arropados por una exministra como Rosa Aguilar, por cierto fustigadora de las políticas socialistas desde IU un ratito antes de que Zapatero la convenciese.
Izquierda Unida presentaba, en su enésima reunión asamblearia, "su tesoro", el borrador del programa electoral construido, al parecer, a partir de las propuestas de los miembros de la candidatura y el espacio abierto en las redes sociales a cualquier ciudadano. El borrador, claro, es solo eso, pero a estas alturas del cuento entre borrador y el definitivo, a menos de un mes de comenzar la campaña electoral, puede tener pocas variaciones.
Y mientras Ciudadanos da el paso o no de presentar lista en las municipales daimieleñas, a 72 horas de cerrarse el plazo, nos enteramos de que, quien se proponía como candidato a alcalde por esta formación, Juan Carlos Sendarrubias, ocupa el séptimo lugar de la lista electoral a las Cortes Regionales por Ciudad Real.
Para colmo, y completando el día, a falta de que yo desconozca otras noticias políticas locales de este viernes, nos aparecía el famoso alcalde fantasma, ese Carlos Rivas que nos regalaba la Tribuna de Ciudad Real y que corre hasta el riesgo de ser votado por algún despistado o decepcionado de las candidaturas reales.
El 21 de Abril ya tendremos la idea clara de quienes concurren. A partir de ahí si los días previos han sido intensos, polémicos, habrá que prepararse para ún último mes frenético.