No solo hubo la pregunta de las estaquillas y la madera del árbol del Parterre, en cuanto a esas cuestiones en las que quienes las formulan no dicen todo lo que saben ni quienes las contestan cuentan todo lo que tienen que contar. En el pleno municipal del pasado lunes hubo otra de esas preguntas misteriosas en las que el que pregunta esconde sus cartas lanzando una sospecha al aire y quien la tiene que contestar lo hace sin resolver ni airear nada que pueda hacernos saber por qué se le pregunta.
Sí, porque a Leopoldo le preguntaron desde las filas socialistas con quién había ido a Lanzarote, a la reunión de AMUPARNA, la asociación que reune a los municipios con territorio en los Parques Nacionales, si le había acompañado algún miembro del Equipo de Gobierno y también sobre el contenido de las reuniones celebradas, y sinceramente, ni entonces ni ahora me parecieron preguntas inocentes aunque, tal como se formularon, pudieron parecerlo.
Y la respuesta, claro, tampoco es que se ajustara del todo a lo preguntado porque en ningún momento dijo si fue solo o acompañado ni de quien y en lo que respecta a los contenidos dejó una respuesta tipo que tampoco contestaba a nada de lo que perseguía la pregunta.
Es cierto que a mí me han llegado cosas, rumores, que vienen a confirmar la presunta poca inocencia de las preguntas realizadas y la insatisfacción por las respuestas recibidas, pero más que eso me llama la atención este juego que se traen entre los tres grupos en los que dejan a los ciudadanos sin información real porque parece una partida de tahures donde se excluye dar explicaciones del por qué se pregunta según que cosas, con lo que otras veces se alargan en la argumentación, o de la parquedad de las respuestas como tratando de pasar de puntillas sobre el tema preguntado.
Misterios, aunque lo mismo luego asomará por cualquier lugar.
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