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lunes, 21 de marzo de 2016

DÍA MUNDIAL DE LA POESÍA (Página nº 3544)

Aunque estoy incluido en una antología de poetas castellano-manchegos nacidos tras la Guerra Civil, editada por el Servicio de Publicaciones de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha bajo el título de "Mar Interior" y hasta aparezco como tal en el volumen II de "La Tierra Iluminada", un diccionario literario de Castilla-La Mancha, publicado también por la Junta y con un trabajo impresionante de Francisco Gómez Porro, lo cierto es que solo me sentí poeta unos pocos años, tempranos, y para los veinticinco, aunque seguí escribiendo, me parecía excesivo considerarme así por el mucho respeto que tengo a la poesía, que no es tanto hacer versos como ser capaz de dar luz, brillo, belleza, a las palabras intentando explicar tus sensaciones, la forma de entender y explicarse uno mismo, al menos con el concepto que yo tenía en ese momento.

Hoy se celebra el Día Mundial de la Poesía, un espacio personal que trasladamos a los demás pese a que, casi siempre escribimos para nosotros mismos. Y es curioso porque la poesía siempre tiene sus lectores, gente que busca afinidades, emociones, imágenes, sin que el autor sea demasiado relevante salvo que puedas encontrar en sus líneas lo que andas buscando. Es más, la mayoría nos son tan desconocidos que permite que podamos desconectar de todo prejuicio innecesario antes de dejarnos seducir o rechazar lo que leemos porque nada nos ata ni nos compromete.

Creo que es la primera vez que hablo de una celebración así, incluso que dedico un mínimo espacio de tiempo a releer mis versos. Algunos son de hace tres décadas pero me reconozco en ellos, pervivo en ellos, y acaso es lo verdaderamente importante de esa escenografía de urgentes que tomó forma de libro antes de volver al silencio.

Decía Miguel Galanes:


       "Las palabras
son el ruido tras la fuga de aquellos nombres"


Yo siempre perseguí poner nombre a las sensaciones, siempre tan fugaces, y una de las partes titulada "Museo de Fugas" no era sino un intento de esbozar una poética que explicara qué buscaba escribiendo, y aquí dejo un pequeño poema de esa intención:


       "Otros pájaros tiñen la aurora con sus nombres,
musitan labios de espuma tras un vuelo
que corta el aire
                          y luego desaparecen
en un golpe de párpados brevemente violento."


Lo cierto es que la poesía fue una necesidad mientras buscaba ser feliz. Desde que lo soy la poesía me visita ya de vez en vez, como una vieja amiga que no quiere que me olvide jamás de ella y que sabe que siempre es bien recibida.


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sábado, 26 de diciembre de 2015

ASÍ QUE PASEN TREINTA AÑOS (Página nº 3410)

Fue la Nochebuena del año pasado, viendo a la Basement Band en la Plaza de España.  Nos pusimos a hablar y me preguntó si yo tenía alguna foto de aquel recital poético que hicimos treinta años antes, cuando, la verdad, Daimiel casi era un páramo cultural y un grupo de estudiantes montamos "La Tarima", de corta pero intensa trayectoria. Álvaro no pertenecía al grupo pero provenía de la Asociación Cultural "Aljibe" y queríamos para aquel recital a un guitarrista, así que nos pusimos en contacto con él y no dudo en sumarse al proyecto y dedicarse en cuerpo y alma en darle la personalidad musical que queríamos para aquel primer envite que abordábamos.

El recital llevó el título de "Dile a la noche que venga" y recorría los textos de Federico García Lorca. Fue el 20 de diciembre de 1984, a las ocho de la tarde, en el Salón de Plenos del Ayuntamiento, y nos hicimos fotos antes y durante dicho acto, de las que curiosamente Álvaro no tenía ninguna. En esa conversación, en la que me comprometía a conseguirle alguna de ellas, descubrí que treinta años después nos seguía uniendo el recuerdo feliz de aquellos días de ensayo en el local del Hospitalillo, el vínculo que queda entre quienes comparten algo verdaderamente importante en aquel momento, el peso de la memoria que articula una amistad que siempre queda atrapada en esos retazos que nos devuelven a un tiempo atrás pero que han quedado fijados porque marcaron, de algún modo, nuestro ser.

Porque sí, cada recuerdo importante, ese que la memoria no desprecia relegándolos, va ligada a rostros concretos, a vivencias y anécdotas rebelándose contra el olvido, y aquel recital atrapa un montón de rostros importantes en nuestra vida porque formaron parte de lo mejor de nuestro patrimonio sentimental y aún hoy, tras el tiempo discurrido, son muy presentes en nuestros sentimientos y afectos.



He tardado un año justo en cumplir. El pasado día 24 de diciembre, otra vez en la Plaza para escuchar a la Basement Band, me acerqué a Álvaro con un sobre azul y tres fotografías de aquel recital. Son treinta años, ya treinta y uno, que han pasado por nosotros de una forma obvia en lo físico pero, de alguna forma, generosos en lo vital. Posiblemente ya somos algo diferentes de lo que se ve en la imagen, que he querido difuminar para la ocasión, porque hemos ido creciendo, madurando, asomados a un mundo que entonces empezábamos a atisbar. Pero tenemos el recuerdo limpio de estar allí, disfrutando de lo que nos gustaba, poesía y música, felices de sacar adelante aquel proyecto que nos hizo mejores y nos vinculó, aún más, en el tiempo.

Álvaro ya tiene sus fotografías, pero me consta, por lo hablado, que los recuerdos, como el resto, los hemos conservado siempre.


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jueves, 19 de febrero de 2015

CUANDO LA POESÍA SE ENCUENTRA (Página nº 2967)

Nunca me he querido presentar como poeta, a pesar de que durante años tuve una intensa actividad poética y hasta se me incluye en la antología de poetas contemporáneos editada por la Junta de Comunidades ("Mar Interior"-2002) y hasta formo parte del Diccionario Literario de Castilla-La Mancha que elaboró Paco Gómez-Porro ("La Tierra Iluminada"-2003) y que editó la propia Junta también. No me siento poeta, aunque alguna vez lo fui. 

Cuento esto porque hoy he conocido al daimieleño Luis Illescas y me ha hecho recordar que muchas personas, como yo entonces, como ahora él, como tanta gente, llegamos a la poesía de parecida forma, encontrando la poesía, también la prosa, como una forma de dar expresión a lo que vivimos, sentimos o recordamos. Llegamos por esa búsqueda introspectiva que nos arroja a las palabras, los ritmos, los versos intentando descifrarnos y construir desde la poesía el valor de nuestras vivencias, sentimientos y sensaciones.

Luis ha llegado a mi como yo llegaba en mis primeros años de poesía, con mi carpeta de poemas, la ilusión contenida y la necesidad de consejo y orientación, porque los primeros pasos son siempre complicados, dubitativos e imprecisos. Pero no lo olvidemos, son nuestros propios pasos, y ese ya es un valor por sí mismo porque el hecho de enfrentarse a un folio en blanco, con una idea por expresar y la búsqueda de un lenguaje propio para darle cuerpo ya tiene un mérito especial.

Me ha resultado extraño ser yo quien tuviera, ahora, que ofrecerle algunos consejos, pues siempre fui más abierto a recibirlos que a darlos, sobre todo porque creo que el universo personal ha de fluir con naturalidad, dejarse llevar más por la intuición y, sobre todo, buscar esa íntima satisfacción que te depara la escritura. Mi consejo, por supuesto, va en ese camino, que no se deje encorsetar por la métrica y se entregue al ritmo, al suyo propio, que se deje llevar hasta encontrar ese ritmo que facilitará mucho su escritura.

Yo, que escribo poesía muy de cuando en cuando, sin ningún deseo de hacerla pública, y que me prodigo en sonetillos satíricos solo por entretenerme, admiro a las personas que encuentran en la poesía un espacio de confort, de ilusión, de satisfacción personal, gente que como Luis se encamina entre las palabras y quiere expresar cosas. No soy yo quien quiere interferir, prefiero que camine desde la intuición y el placer por escribir, que lea mucho, que goce con cada proceso de creación. Yo fui muy feliz haciéndolo y aún, cuando releo lo escrito, me siento bien con toda aquella obra que produje porque ahí estoy yo, como era entonces, y aún me reconozco en aquellos crípticos poemas que seguramente solo unos pocos, como yo, sabemos descifrar. Solo espero que Luis Illescas Herrera sienta lo mismo cada vez que de sus manos nazcan unos versos.

Un saludo, Luis. Confía en ti.


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jueves, 24 de abril de 2014

EN BUSCA DE LA FELICIDAD (Página nº 2499)

El lunes pasado, mientras disfrutábamos dando una sorpresa a unos buenos amigos, resultó que terminé siendo yo otro de los sorprendidos, y es que en el desarrollo de la sorpresa que habíamos ideado para ellos se leyeron tres poemas que inmediatamente reconocí como míos a pesar de estar escritos hace casi veintiséis años y que seguramente no había releído yo mismo en la última década.

No pude evitarlo, además de la sorpresa me asaltó la emoción y agradecimiento porque el resto de amigos decidieran que esos tres poemas servirían para un momento tan emotivo como el que celebrábamos en ese momento y que no era otra cosa que el tributo de amistad que queríamos ofrecerles a quienes ya tienen tanta importancia en nuestras vidas.

Y entonces pensé en aquella febril actividad creativa de mi adolescencia y primera juventud que me llevó a publicar aquel triple poemario en un solo volumen o a los varios textos más que aspiraban a publicarse y que guardo celosamente en casa. Y también recordé que cuando me planteaba la razón de dejar de escribir casi siempre aparecía la sensación de que, encontrada la felicidad e instalada en ella, ya no sentía necesidad ninguna de seguir escribiendo porque para entonces hacerlo ya no servía para desentrañar mis sensaciones sino un mero ejercicio de escritura que restaba todo el valor que yo antes encontraba al escribir.

Desde entonces, de veinte años para acá, apenas habré escrito treinta poemas, tan íntimos que nunca verán la luz. Si, cambié la poesía por la felicidad, y espero no volver nunca a los versos si eso significa dejar de ser lo feliz que he llegado a ser durante todo este tiempo.

Por eso, cuando la Junta de Castilla-La Mancha editó hace unos años "Mar Interior. Poetas de Castilla-La Mancha", una antología de poetas castellano-manchegos nacidos después de la postguerra hasta el inicio de los 70, antologado por Miguel Casado, en la que fui incluido, y donde hay nombres muy importantes, lo agradecí entusiasmado aunque, sinceramente, apenas merezco esa consideración de poeta que solo sentí unos pocos, escasos años, mientras perseguía ser lo que soy, alguien feliz, tan feliz que me reconozco en esos poemas leídos por mis amigos porque marcaron el camino y fueron importantes entonces para sentirme hoy así.



¡Gracias, amigos, por el detalle, que vosotros también sois parte importante de mi estado de felicidad!

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martes, 15 de enero de 2013

YA PODEMOS DISFRUTAR DEL LIBRO DIGITAL DEL ACTO REIVINDICATIVO "MÚSICA Y PALABRAS PARA SALVAR LAS TABLAS" (Página nº 1576)



El pasado 16 de diciembre se celebró un acto organizado por "Salvemos Las Tablas ¡Ya!" bajo el título "Música y palabras para salvar Las Tablas" y en la que además de recogerse firmas para exigir un plan rector para el parque nacional y degustar un chocolate caliente tuvimos oportunidad de escuchar música y completar un itinerario poético vinculado al humedal daimieleño.

Ayer me enviaban los enlaces para disfrutar del libro digital que con tal motivo se ha elaborado y que consta de dos partes diferenciadas. La primera recoge las fotos del evento, tanto la de las actividades realizadas como otras que recogen la belleza del entorno en el que se desarrollaron y que cedieron algunos de los participantes. La segunda aglutina los poemas leídos para la ocasión por los distintos poetas que se sumaron a la convocatoria y con las preciosas ilustraciones de Higorca Gómez Carrasco para ofrecer un poemario sentimental de nuestras Tablas.

Y como lo mejor y casi único que yo puedo hacer, además de haber participado y disfrutado de esa mañana de diciembre, es compartir esos enlaces y hacer más accesible su visionado y lectura, pues aquí los dejo esperando que sea de vuestro agrado y os suméis a las nuevas convocatorias de un colectivo que quiere lo mejor para ese espacio hermoso y singular de Las Tablas, siempre en peligro:

Libro de fotos:


Poemario ilustrado: