sábado, 23 de enero de 2016

LA CHICA DANESA (Página nº 3448)

Estoy acostumbrado a que mis alumnos, en ocasiones, me digan eso de "pues yo vi en una película que...". Como buen aficionado al cine si puedo identificar la película en concreto puedo utilizarla para hacerles comprender que, en general, el cine no suele buscar una fidelidad entre lo que cuenta y lo real y que por tanto solo hay que tomarla como lo que es, una película en la que guionistas y directores pueden permitirse introducir elementos creativos más o menos discutibles. Lo que ocurre es que la capacidad del cine para hacer creíble casi cualquier cosa termina por confundir, distorsionar y relativizarlo todo pero impregnando de posibilidad cuanto allí se ve y muchas veces, aunque trates de desmontar ese equívoco alguno todavía me dice, "ya, pero...", porque sin duda le seduce más aquella libertad creativa que la propia realidad.


Hago esta introducción porque el pasado miércoles estuve viendo en el cine "La chica danesa" que se publicitaba con esa coletilla de basarse en hechos reales, en concreto las vicisitudes de Lili Elbe, nacido Einar Mogens Wegener, y que pasa por ser la primera persona que se sometió a cirugía para cambiar de sexo. La película es, a mi parecer, muy interesante, en la que destaca un ritmo pausado, unas interpretaciones excelentes, una gran ambientación y una difícil carga sentimental que vuela desde un amor incondicional y sufriente a una obsesión individualista, casi enfermiza, y un relato algo edulcorado a que obliga esas aspiraciones a los premios. Pero sin duda una buena película.

Sin embargo soy persona curiosa, desconfiado de las trampas de guión que no dudan en desvirtuar los hechos porque, al fin y al cabo, se trata de un producto que trata de tocar aquellos palillos movidos por análisis de mercado, y por ello, interesado en la verdadera biografía de esta pareja, anduve buscando información para descubrir, ¡cómo no!, que lo que interesaba era el tema central pero que la idealización de los protagonistas reales terminaba afectando al relato auténtico, en fechas, edades, relación de la pareja, simplificando todo con el objetivo de realzar ese estereotipo del amor entregado e incondicional que no llegó a existir, al menos en toda la extensión que allí se refleja.

Posiblemente la historia del cine termine consagrando el idealismo de amor así vendido y olvide una historia mucho más dura, trágica, convulsa de alguien que se prestó a unas operaciones que trataban de dar respuesta a una aspiración legítima pero que terminaron envolvíéndole en una búsqueda absurda alentada por cirujanos que, en esa época, solo parecían querer cumplir sus propias aspiraciones experimentales sin demasiada base científica aún ni con los avances técnicos para tal objetivo. Suele ocurrir, el cine termina traicionando la memoria real, soterrando la experiencia auténtica bajo el escombro estético y comercial. robándoles el alma a los protagonistas verídicos de sus historias aunque les devuelvan a la actualidad.

Me gustó la película, es cierto, pero los hechos reales en que dicen basarse quedan muy, pero que muy, desdibujados, apenas como apuntes esquemáticos.


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viernes, 22 de enero de 2016

SI HAY QUE IR SE VA...PERO IR PA NÁ ES TONTERÍA (Página nº 3447)

No lo ha dicho Rajoy pero lo ha debido pensar. ¿Para qué me voy a someter a la votación de investidura?, habrá cavilado para sí, y ha declinado hacerlo.

Estaba cantadísimo, su mayoría absoluta mal gestionada solo ha logrado sumar enemigos, distanciar puentes, afiliar desapegos. Y en ese escenario o reeditaba la mayoría absoluta o nada tenía que hacer salvo que "las fuerzas no políticas" presionaran los suficiente para desactivar la ambición alocada de Pedro Sánchez, logrando que desde dentro le hicieran la cama Felipe, Susana y compañía, y pusieran a Mariano al frente del calvario que sería para él un gobierno en minoría producto de un montón de abstenciones.

La gente ha votado y el nuevo escenario será todo lo complicado que se quiera pero producto de la voluntad popular, y eso ha dejado a la luz la desnudez de Rajoy, incapacitado para el consenso porque solo ofrece quietismo, petrificación, tancredismo, Y en correspondencia recibe rechazos, múltiples rechazos. Su fracaso político es irrefutable.

Pero también la desnudez de Pedro Sánchez, abocado a su única salida posible, vendido a la ambición personal, colocado a saldo para quien lo compre. Y eso mientras el buitreo camarada se relame por el cainita banquete que le preparan.

Y desnudez la de Pablo Iglesias, tendiendo sus excelentes trampas estratégicas y autopromocionándose para un cargo que preveo no alcanzará pero que casi es mejor porque va dejando mucho cadáver con tanta ansia de tocar pelo.

Y desnudez de Rivera, cómo no, que juega a ser él y su contrario, que corre a ofrecerse según el sol que más calienta, que pretende erigirse en pieza útil y necesaria pero que genera cada vez menor fiabilidad.

Del resto, casi residuales, de nuevo esa desnudez oportunista, a ver "qué se traen entre las uñas" blandiendo sus muchos escaños para tan poquitos votos.

Hasta el Rey ha quedado al desnudo teniendo que ofrecer una votación de investidura a Rajoy sabiendo que era un paripé formal que el presidente en funciones nos ha ahorrado.

¡Venga, otra rondita de contactos, que la pago yo! Claro que si hay que ir, se va...aunque ir pa ná es tontería.


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MUERTE CIVIL DE LA INTELECTUALIDAD Y LA CREATIVIDAD (Página nº 3446)

No sé si me he excedido con el título o, creo, no he estado demasiado preciso, pero me ha salido así. Y es que si jubilarse era una forma de "morir profesionalmente" ahora es casi una manera de que te "maten profesionalmente".

Me explico. Una persona ha de elegir entre jubilarse o no hacerlo... cuando cabe esa elección. En algunas profesiones existe una edad para jubilarte que no puedes prolongar mientras que en otras puedes elegir el momento de hacerlo aun a costa de postergar el momento de cobrar la pensión que hayas ido labrando con tus cotizaciones. Pero, en cualquier caso, una vez que tomes la decisión de hacerlo cualquier ingreso vinculado a una actividad laboral por cuenta propia será penalizada gravemente si excede unos límites que, netos, superen la cantidad fijada como salario mínimo interprofesional. O por cuenta ajena o propia, para quien se jubiló a la edad legal, con el tiempo de cotización exigido para el 100%, que como normal general llevaría a reducir la pensión el 50%. O acogiéndose a una jubilación flexible que permitiría trabajar por tiempo parcial pero reduciendo en ese mismo porcentaje la propia pensión cobrada.

Bien, no es que crea que no debe estar regulado, lo que ocurre es que entiendo que la tabla rasa ha empezado a mostrar algunas lagunas, sobre todo en el campo creativo e intelectual, lo que ha hecho saltar muchas noticias últimamente en los medios de comunicación y que no dejan de plantear interrogantes.

Así, cuando te jubilas, se supone que puedes emprender cualquier tipo de actividad alternativa siempre que genere escasos ingresos o, para evitar problemas, ninguno. Pero si tienes la cualidad de elegir escribir, pintar, esculpir,cantar, actuar, inventar... y si esa capacidad resulta tan excelente que pudiera generarte contratos, ventas, actuaciones, etc... o renuncias a tu pensión, ganada con el sudor de tu frente, o renuncias a tu desarrollo como creador, aunque eso significara pagar tus impuestos por tales ingresos.

La administración te quiere muerto civilmente porque es muy complicado renunciar a una pensión en base al posible éxito continuo en esa faceta y solo algunos podrán arriesgarse, en tanto que la mayoría tendrán que guardar obra o donarla o dejarla en herencia cuando muera para que otros puedan gozarla y rentabilizarla.

Pienso en muchos escritores que publicaron, otros que podrían hacerlo, en edades avanzadas y que son obras sensacionales que nos hacen pasar mejor la vida. Leo que escritores como Antonio Gamoneda, Javier Reverte, Eduardo Mendoza, José Manuel Caballero Bonald, ya han sido tocados o sancionados, en algún caso, por la Seguridad Social, y teniendo en cuenta que la normativa es de hace tres años, a los que se les obliga a no jubilarse jamás, renunciar a su pensión o condenarlos al silencio editorial. Y hablamos de personas que, digamos, acceden a escribir columnas de prensa y que podrían vivir más o menos bien de sus obras, pero que tras ellos hay gran cantidad de gente que escribe por placer, que intenta publicar y que, en el mejor de los casos, podría tener un éxito editorial importante de modo aislado.

O, como digo, jubilados convertidos en pintores, escultores, actores, que podrían alcanzar puntualmente alguna relevancia y ventas que excedieran esos límites, hasta cierto punto muy asequibles.

La creatividad, la intelectualidad, han sido condenadas por el Estado. Jubilarse ya queda para viajes con el Imserso, bancos de plaza mientras echas de comer a las palomas, paseitos, visita al consultorio y luego a la farmacia y cualquier otra actividad que no genere dinero. Eso sí, puedes especular jugando en la Bolsa, invertir en locales y en pisos para cobrar alquileres, etc... porque eso no es trabajo, amigo, y ahí la creatividad y la intelectualidad importa una mierda.


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jueves, 21 de enero de 2016

¡AY, LOS GIN-TONICS! (Página nº 3445)

¿Se acuerdan? Antiguamente se pedía un gin-tonic y era eso, ginebra y tónica, casi siempre Larios y Schweppes, con hielo y una rodaja de limón. No es que supiera hacerlo cualquiera, es que te daban el vaso de tubo con la ginebra, el hielo y el limón y le largaban la botella de tónica para que tú hicieras el resto. Así recuerdo yo los primeros que tomé, en aquellas fiestas del instituto que hacíamos en La Gruta o en Las Brujas.

Hoy hay carta de gin-tonics y pedir uno de ellos es someterse a una ceremoniosa preparación para hacernos creer que ya no puede cualquiera elaborar semejante preparado. Se trata de un ritual perfectamente teatralizado donde hay que mover el hielo para enfriar la copa, tirar de medidor, tomar la cucharilla trenzada, usar las pinzas para arañar suavemente las cortezas de cítricos, añadir botánicos, todo ello en la sucesión natural de ginebra, tónica y aromáticos, para que la copa de balón quede montada y casi te dé apuro comenzar a destrozar la escenografía. Y todo de la mano del autor que pareciera estar haciendo la obra de su vida.

¡Cómo hemos cambiado! Porque no deja de ser esto un reflejo del signo de los tiempos, esa manera de ofrecernos "exclusividad" a cuenta, claro, del bolsillo. Y si aquellos gin-tonics de antaño no eran tal cosa sino una mezcla veloz y descuidada de ingredientes ahora caminamos por una sofisticación desmedida creativamente y en la que uno no termina de saber qué diablos está tomando aunque sepa muy bien.

Claro, soy uno de esos cromañones que pedían gin-tonics. cubatas o güisquis con soda sin que te preocupara qué marca te echaban porque, en general, había de una sola o, con suerte, de dos, y el paladar no te daba mucha ciencia para distinguirlas. Y lo mismo pasaba con los botellines, que se nombraban tal cual y no por la marca porque no había variedad.

Lo que ocurre es que el futuro ha traído prosperidad, refinamiento, tontería y muchísima oferta para todo ello. Y no solo en las bebidas, y me viene ahora todo ese tipo de tratamientos corporales a base de chocolate, vino, oro, cerezas, piedras, etc... Y no crean, que cada tipo de vino resuelve unas cuestiones y ahí también andas pidiendo uno de Sauvignon, de Lambrusco, de Cabernet, de Chianti... y cada poco se incorpora alguna novedad porque ese deseo de exclusividad, de acceder a algo diferente, es el principal reclamo entre tanta competencia.

Pues nada, a tirar de carta de gin-tonics, que por lo menos estimula a leer un poquito, aunque sea dicha carta, que la gente disfrute de la manera que prefiera. Hasta creo que el pack de preparación de los gin-tonics se ha convertido en uno de los regalos estrellas entre particulares para los encuentros en casa. Atrás quedaron los impersonales "cubatas", los "gin-tonics" y toda aquella antigualla que contribuía a pensar poco y a hacer pensar menos al camarero en cuestión, cuando solo bebíamos por beber y estar un rato juntos.

Todo esto, la verdad, por contestar este comentario...ja,ja,ja...para que se quede tranquilo...ja,ja,ja...:

y de los Gin Tonics, que?... jajajajaja.


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miércoles, 20 de enero de 2016

LOS NO-CUMPLEAÑOS (Página nº 3444)

A estas alturas de mi vida comienza a haber tantos cumpleaños que ya no puedo celebrar como aquellos que, aún, tengo la posibilidad de festejar con quienes los cumplen. Vamos perdiendo a seres queridos, bien familiares o amigos, pero somos incapaces de olvidarnos de las fechas de sus cumpleaños, cuando querían tenernos cerca de ellos en tan significada fecha.

Debe ser por ello que me molesta cuando escucho a alguien decir que ya no quiere seguir celebrando sus aniversarios, como si eso pudiera detener el tiempo y olvidando que cada cumpleaños no deja de ser la celebración de una vida que ha de antojarse larga y feliz. No niego que cada cual decida festejar o no, solo digo que no lo entiendo y que me molesta esa huida de la realidad, puede que porque recuerdo a todas estas personas que ya no están con nosotros y estarían encantados de seguir celebrando nuevos años con quienes siempre les quisieron.

Hoy mismo yo debería estar celebrando un cumpleaños y no una pérdida, una ausencia. Hoy, esta noche, tendría que haber estado encantado de compartir mesa, mantel y tarta con un hombre vital, dinamizador, jovial, feliz de acogernos y hacer sentir bien a su familia y amigos, alguien que te hacía desear que llegara este 20 de enero. Y sin embargo recordamos sus muchas virtudes porque nos falta, porque le añoramos, porque es un día que ya no podremos celebrar con él esta fecha, porque ya no tenemos nada que celebrar en un día así.

El paso del tiempo nos va condenando a estos no-cumpleaños, a esa pérdida de afectos, de motivos para estar juntos y disfrutar unos de otros, de alicientes para poner en valor la vida que tenemos y que mejora con su presencia. ¡Cuánto daríamos por poder seguir celebrándolos!, ¡cuánto por seguir marcando esas fechas con ilusión en nuestros calendarios en vez de darnos cuenta de todo lo que hemos perdido sin ellos!


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martes, 19 de enero de 2016

MUCHÍSMO RUIDO Y POQUISMAS NUECES (Página nº 3443)

Así, en "daimieleño", esa cuestión surgida en el último Pleno Municipal a cuenta de, por un lado, la propuesta de recuperar la paga extraordinaria los concejales liberados y el personal eventual en 2012  y, por otro, la moción de IU-Ganemos sobre la pobreza energética. El debate entre los que defendían la devolución (PP) y quienes estimaban que aquella renuncia solidaria y voluntaria no debía dar lugar a recuperar el dinero terminó con un órdago de Leopoldo Sierra, alcalde local, proponiendo crear un fondo social con las asignaciones mensuales que perciben los grupos municipales mensualmente.

Si eso pudo causar ruido el "muchismo" vino de la reacción del PSOE en rueda de prensa y aún más del cabreo de ese partido a cuenta de la información ofrecida por el Gabinete de Comunicación del Ayuntamiento, a través de la web municipal, y que les llevó a sacar un comunicado corrigiendo lo informado, de la cual se hizo eco la propia web daimiel.es.

A todo esto quedaba pendiente una reunión a tres bandas (PP, PSOE e IU-Ganemos) para tratar este asunto del fondo de emergencia que se celebró el pasado viernes, lo que elevaba el ruido un poquito más y creaba cierta expectación en los ciudadanos.

Pues bien, tras el "muchismo" ruido, y como suele ser habitual, vino las "poquismas" nueces en forma de una rueda de prensa del concejal popular Jesús David en la que se vino a decir que los tres grupos rechazaban la creación de ese fondo a cuenta de esas "perras" destinadas al partido y que el problema no era tanto ni la gente afectada lo era en la cantidad suficiente para promover nada, y que visto lo visto si surgía algo más pues se pasaba el asunto a la comisión de Servicios Sociales para darle una respuesta consensuada entre todos.

Yo no sé si los casos son muchos o pocos, si es necesario la creación de un fondo de emergencia o no, pero lo que tengo claro es que, al más puro estilo político, y como título Shakespeare aquella obra suya, todo queda en "mucho ruido y pocas nueces", polémica de bolsillos para afuera y silencio de bolsillos para adentro. 

Tanto...¡pa ná!



Enlaces:







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lunes, 18 de enero de 2016

HABLEMOS DE LOS GIN-TONICS (Página nº 3442)




¡No, hombre, no!, ¡es broma a cuenta del último comentario:


Te juro que en lo que me queda de vida, volveré a probar un Kit Kat...., pero por lo mas sagrado Javi, no hagas una entrada sobre los Gin Tonics


Voy a hablar, de nuevo, de la estupidez, visto desde un ejemplo práctico, para abordar ese tema:

Imaginen, porque sucede en España, ¡cómo no!

La administración, con la legislación pertinente aprobada por nuestros "excelentes" legisladores, permiten que puedan venderse como mascotas, y con la facilidad de un perro o un gato, especies no autóctona que nunca, jamás, podrán ser domesticadas. Por ejemplo, los mapaches.

A esas tiendas de mascotas las proveen empresas de importación de estos tipos de animales que se han percatado de que hay un nicho de negocio en la posesión de animales digamos que originales y que se limitan a cumplir la ley.

Aparecen familias, pero también personas a nivel individual, que toman la decisión de adoptar como mascota a un animal como un mapache, bien para regalo para los niños de la casa o bien para cumplir ese bobo e infantiloide deseo de poseer algo diferente a los demás.

La convivencia es complicada desde el principio pero termina por ser inasumible pues destroza la casa o queda reducido a una pequeña jaula donde ya es imposible que se deje coger si no es arriesgándose a un mordisco a unos arañazos, y teniendo en cuenta que las consecuencias no son inocuas pues termina por ser un estorbo.

La estupidez, a veces, da tregua y para quienes se desprenden de ellos, en ocasiones, se les enciende la lucecita y los llevan a centros especializados. Pero en muchos otros casos los dueños optan por soltarlos en bosques, junto a ríos, en espacios naturales, donde terminarán por alterar ecosistemas, expulsar a otras especies y constituir un problema ya no para el dueño sino para los demás. Otros se escapan, pero la consecuencia es semejante.

Entonces la administración, ya sea nacional, regional o local, tiene que desarrollar programas de captura, de esterilización o de eliminación que cuestan una pasta.

Recopilemos: estupidez legislativa dando normalidad a la exportación y venta de mapaches como mascotas cuando jamás podrán serlo y fomentando un comercio que debería estar prohibido si primase el sentido común; estupidez de familias y personas que por mor de la originalidad adquieren estas falsas mascotas y pasado no mucho tiempo se deshacen de ellas porque se dan cuenta de que no cumplen los objetivos de una mascota; estupidez de una administración que crea un problema innecesario pero que luego, además, ha de gastar muchísimo dinero en campañas para restañar el daño, si es que puede, simplemente por no poner coto a un tráfico de animales innecesario.

La cadena de estupideces es así de grandiosa y es más que sabido que muchísimas mascotas terminan convirtiéndose en un problema y terminan por su abandono, razón de más para legislar contra la importación de aves, reptiles, mamíferos salvajes, etc... para ese comercio mascotero u otras prácticas que, por décadas, se han demostrado disparatadas, ¡pobre cangrejo autóctono!, verbigracia.

Si es que somos muy tontos, pero tontos de costarnos los muchos dineros, tontos de  decir basta, tontos abrumadoramente tontos.




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OLVIDAMOS PRONTO (Página nº 3441)


La escuela la hacen las personas, sus ganas de aprender, el valor de asistir sabiendo que les hará mejores. Los recursos son necesarios, pero a veces no existen o escasean. Y sin embargo cada día se tratan de abrir escuelas en aquellos lugares donde nunca existieron o hace tiempo se cerraron.

La foto es de Linda Vega, o al menos es quien la ha colgado en facebook, pero conozco algo más gracias a mis primos María del Mar y Fernando que el último año y medio están de cooperadores en El Salvador y Nicaragua trabajando para la Fundación Escuelas para el Mundo y abriendo, precisamente, escuelas en las zonas más recónditas para posibilitar un futuro mejor, a partir de una formación básica, a todos esos niños que, hasta el momento, no tienen ninguna oportunidad. Y sé, por ellos, de la dificultad que entraña, los obstáculos de todo tipo que hay que vencer y, sin embargo, la satisfacción de lograr ese objetivo, darle continuidad y conseguir que a partir de ese momento sea un valor importante de la comunidad.

A veces no sabemos apreciar lo que tenemos por aquí, no le concedemos el auténtico valor a una educación universal y gratuita (otra cosa son los costes adicionales), de una formación integral que sobre todo requiere de ganas, ilusión, esfuerzo y colaboración. Y sí, además hay recursos, ayudas, buena conservación de los edificios. Pero preferimos no ver, no comparar, no entender el privilegio y despreciarlo.

La educación es un derecho universal que cuesta ganarlo en muchos lugares mientras en otros, desgraciadamente, ha devenido en otra cosa, hemos desvalorizado la educación como logro y olvidado que nuestros abuelos, incluso nuestros padres si hablamos de los de mi quinta, salían con 8,9 o 10 años de la escuela a trabajar, y eso si habían tenido la fortuna de poder ir alguna vez. No ha pasado tanto, pero olvidamos pronto.


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domingo, 17 de enero de 2016

PAN Y CHOCOLATE (Página nº 3440)

Me sorprende ver ese anuncio de Nestlé que, retrotrayéndonos al pasado con el blanco y negro, reivindica, de nuevo, el pan con chocolate como merienda ideal. Me sorprende porque, cincuenta años después, no parece que hayamos aprendido a comer mejor pero, además, promocionamos comer peor.

Soy de aquella generación de los sesenta y setenta que arreglaban la merienda con pan y chocolate. También de aquellos que sucumbieron a la primera hornada del dulce industrial con los "tronquitos", "tigretones" y "bucaneros", o aquellos bocatas de tulicrem. Y por supuesto de los más jóvenes que pasaron por la consulta de don Eduardo Cuadrado, dentista de la época.

Eso me da cierta perspectiva, pero también llevar treinta años viendo lo que llevan mis alumnos en las mochilas, antes carteras, para tomar en el recreo. Hay de todo, por supuesto, desde los que llevan fruta cortada en los "taper" a los que traen auténticas bombas calóricas. Y aunque en Ciencias Naturales, antes Conocimiento del Medio, se habla mucho de la nutrición, la alimentación, las pirámides de los alimentos y la necesidad de cuidar unos hábitos de salud, e incluso participando en campañas institucionales para la introducción de la fruta en esa merienda de media mañana, suele ocurrir que el producto envasado, ya preparado, es mucho más fácil de consumir y más atractivo y termina por imponerse.

Sin embargo choca que siendo ahora más que nunca conscientes de las cualidades de los alimentos, de tener más información de sus virtudes y defectos, de sus bondades y riesgos para la salud, de tener más información pero, a la par, ser más propensos a someternos a dietas, a hacer ejercicio, a buscar consejo, da la sensación como si el tema solo nos preocupara a partir de la pubertad y hubiésemos olvidado que los primeros años de vida, la infancia, pueden determinar o, al menos, influir de forma importante en el futuro de esas personas.

Soy un apasionado del chocolate, a pesar de mis muchas visitas al dentista, pero llevo años quitándome, reduciéndo drásticamente el consumo porque he entendido que el placer que procura tiene hipotecas para la salud. No puedo borrar lo comido, no sé si con la información que hay ahora de haberla tenido en mi tiempo habría comido todo ese chocolate, esos dulces industriales, ese despiporre calórico que en parte quemaba por mi gran actividad. Pero lo que sí me llama la atención es que en un país donde preocupa el aumento de la obesidad infantil se promociones un producto, desde las televisiones, que la incentiva, que la favorece, que tira por tierra mucho del trabajo de concienciación que médicos y nutricionistas, pero también publicidad institucional, hacen a cada momento. Es como una pescadilla que se muerde la cola, trabajo y "destrabajo" para que el problema permanezca o aumente.

Tengo un buen recuerdo sentimental de aquella infancia del pan con chocolate, la cata de aceite, el bocadillo de mortadela, etc..., por supuesto, pero no me impide reconocer que aquellas onzas de chocolate diaria no era una buena elección y que ese modelo de merienda que se trata de resucitar publicitariamente, junto a la bollería industrial, no es la mejor manera de alimentar a nuestros infantes.



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