Gustará a mucho o a pocos pero Pablo Alborán es el cantante del momento en España y, desde luego, si se quería un artista rentable y de cierto relumbrón para celebrar los veinticinco años de Daimiel en Concierto se ha elegido bien porque seguramente no hay muchos con el poder de convocatoria del malagueño.
Sin embargo me ha llamado mucho la atención el anuncio de que este concierto tendrá aforo limitado a petición del artista y aunque supongo que eso tendrá reflejo en el caché y el empresario no verá resentida su ganancia por esa condición me pregunto si un cantante capaz de concitar tal expectación como para atraer a gentes de muchos lugares próximos y no tan próximos puede hacer que al agotarse las entradas muchas personas queden sin posibilidad de acudir a un concierto al que desean ir.
No sé si me explico, porque hay quien dirá que eso ya pasa con artistas internacionales que agotan entradas en los grandes conciertos y no pasa nada, pero lo cierto es que el ayuntamiento está programando un concierto para las ferias locales, un concierto para que los daimieleños puedan disfrutar en sus fiestas de artistas conocidos y de actualidad, y podría ocurrir que algunos de ellos se quedaran sin entrada por esa limitación buscada de aforo y no por el aforo del recinto que podría permitir que acudiera cualquiera que lo deseara.
Insisto, aunque no es un artista cuya música me diga mucho, lo considero un acierto porque tiene muchos seguidores y atraerá a mucha gente a Daimiel, pero precisamente por eso no me parece bien esa limitación de aforo que, por cierto, tampoco se ha cuantificado o yo no lo he visto ni oído, y convendría reconsiderar la decisión en función del ritmo de venta de entradas para que nadie, ningún daimieleño, que deseara verlo se quedara sin hacerlo sabiendo que el Auditorio Municipal tendría espacio suficiente para que pudieran estar dentro celebrando cada tema de Pablo Alborán. Y el artista debería pensar también en esto porque cuanta más gente mejor será económicamente para Daimiel.
+*+