Ayer aparecía en facebook esta fotografía, bajo la presentación de "el mejor equipo por estos tiempos...equipo de futbol racing de la paz alevin":
La leyenda quizá fuera muy optimista porque estaba el eterno rival, "El Carmen", con aquel Paco Madrid que marcaba diferencias, y en los cruces directos he de reconocer que el balance final les fue favorable.
La foto es una de las no muchas que guardo relacionadas con el fútbol, a pesar de pasarme media vida vinculado a este deporte. Y siempre que aparece, ya sea repasando mis viejos recuerdos o, como ahora, colgadas en una red social, me despierta una sonrisa en virtud de los buenos tiempos vividos en mi infancia y la tristeza de ver como algunos, hasta cuatro, ya han desaparecido, siempre en una edad demasiado temprana para considerarlo normal.
La imagen debe de ser del año 75, aproximadamente, cuando la OJE organizó una liga local alevín que iba a permitir jugar en el campo "Ntra. Señora del Carmen". Algunos compañeros del colegio "Infante Don Felipe" tratamos de hacer un equipo, aunque nos faltaba gente porque "El Carmen" ya había reclutado a algunos, y fue Triki, el de pantalones campana, quien ofreciéndose de entrenador nos puso en contacto con gente del barrio del Alto.
Como se ve por aquellos tiempos, antes de que nos consiguieran unas camisetas azules homogéneas, la equipación la ponía cada uno, en la mayor parte de los casos utilizando los típicos pantalones azules y la camiseta de ropa interior. Otros, ¡qué lujo!, con camisetas de propaganda.
Lo cierto es que recuerdo entrañablemente aquellos primeros años competitivos, con Jose Mari Arroyo, portero de buena envergadura y compañero de clase durante años y de juveniles. O a Ramón García-Luengo, el de la camiseta de tirantes, la persona más buena que he encontrado en mi vida, y que murió muy joven por una cruel enfermedad. O Jesús Borondo, otro compañero de clase y durante algún año de pupitre, que también llegó a los juveniles conmigo. O Toni Fernandez Mínguez, un extremo velocísimo y el "dandy" del equipo, vecino y amigo desde los tiempos del chupete y que murió en un desgraciado accidente. O Isidro Díaz de Mera, un pulmón del centro del campo, también compañero de escuela y de juveniles. O Arturo, segundo portero que murió en un accidente laboral construyendo el nuevo hospital de Ciudad Real.
En la fila de abajo está Manuel el Porra, también fallecido desgraciadamente. O Lorenzo García-Muñoz, otro compañero de clase y fútbol, que luego tiró hacia el baloncesto y el tenis. O Juan, Juanillo, constructor, muy buen jugador. O Leo, que también estuvo conmigo en juveniles y era el más talentoso de todos nosotros. O Manuel Ángel Peña, otro artista del balón con mucha clase, compañero de aula, panda y juveniles. O, claro está, el pequeño de los Arroyo, Jesús Miguel, bastante menor en edad y que valía para todos los puestos, o , Andrés. Hay, eso sí, uno del que no recuerdo su nombre, el quinto por abajo, desde la izquierda, algo más joven que nosotros. Y algunos de los que faltaban en esa foto como Loren, Magín o mi amigo Juan Julián, ahora concejal, que ejercía de segundo entrenador.
Yo, por si alguien no se ha dado cuenta, soy el sexto por arriba, desde la izquierda, el delantero centro de aquel equipo, el delantero oportunista, cazagoles, "el terror del área" en todos los sentidos de la expresión.
Eran aquellos tiempos maravillosos y ver las fotos, ya digo, además de la pena por recordar a quienes siendo importantes en nuestras vidas nos van faltando, nos trae la alegría del compañerismo y la ilusión con la que abordábamos cada paso de nuestra vida. Entonces éramos el segundo mejor equipo de alevines que podía encontrarse, un grupo de chavales comiéndose el mundo.
¡Ah, y aquí ya con la equipación azul!:
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