Hace tiempo escuché a un guardia civil que trabajó en Daimiel que lo que pasaba en este pueblo no era normal. Y yo me sorprendí, claro, porque uno no tiene consciencia de que nuestro pueblo sea especialmente conflictivo o generador de problemas. pero visto desde fuera, desde unos ojos que han conocido otros municipios desde un trabajo como el suyo, no le quedaba duda alguna de que en Daimiel, contra las estadísticas aireadas por las autoridades, hay gran cantidad de incidencias que le hacen reseñable.
Puede ser que uno también sea condescendiente en el análisis pero cuando me entero de que ya van dos semanas consecutivas con quema de contenedores, de que una de las diversiones de estos cenutrios es tronchar árboles y atentar contra el mobiliario público, entonces no me cuesta visualizar esta vandaliopolis en la que algunos marmolillos pretenden convertir nuestro pueblo ante la indiferencia y desidia de quienes debieran velar porque no fuera así y el quietismo y silencio de los propios ciudadanos.
Nos hemos acostumbrado a pensar que, en aras de la diversión, vale todo y todos son los derechos y que no cabe ninguna obligación. Los disculpamos neciamente diciendo eso de que "son jóvenes", "tienen que divertirse", "beber es normal", "van cargados y no saben lo que hacen", "nosotros también tuvimos esa edad", etc... y la impunidad, esa maldita impunidad tan dañina, va creciendo y atemperando la reacción contra estos energúmenos. Se repone y ya está, no parece haber otra respuesta.
Enlaces.
http://daimiel.cuadernosciudadanos.net/totem/2011/06/16/el-daimiel-vandalo-hoja-del-diario-no-34/
http://daimiel.cuadernosciudadanos.net/totem/2007/10/07/esos-hijos-de-la-gran-hoja-del-diario-n-285/
