No sé por qué ocurrirá pero nuevamente algunos comentarios se enfocan casi a querer hacer creer que los daimieleños están contra la empresa Alvinesa y sus trabajadores y plantean la cuestión como si todo fuera cuestión de permitir la permanencia de las actuales instalaciones junto a la estación de trenes o su desaparición. No sé si tergiversar lo expuesto es intencionado o fruto del error, pero conviene precisar ciertas cosas:
La primera es que aún no se ha discutido en el pleno la cuestión y entonces conoceremos más detalles del asunto ya que no ha habido pronunciamiento público previo.
Que el contenido de la entrada, en la que me atreví a adelantar que se pedirá un aplazamiento hasta 2016 o más se basa en lo que he conocido en estos meses y sobre lo que ya escribí desde febrero sobre esa información, que se podía leer en los enlaces puestos al final de dicho texto. Y que en función de eso también adelanté mi opinión de que tal aplazamiento va a salir adelante.
Que ese aplazamiento demuestra, en mi opinión, que ni el Ayuntamiento ni la empresa se tomaron demasiado en serio los plazos y que el propio convenio firmado era tan favorable a los intereses de la empresa que nada parece obligarles legalmente a cumplir esos plazos drásticamente y que este trámite plenario casi es un formalismo. Y en esto diría, con seguridad, que la responsabilidad corresponde a quienes redactaron aquel convenio, presentado como la resolución definitiva del problema de Alvinesa en el casco urbano, y que realmente sólo parecía una declaración de voluntades a medio y largo plazo.
Que se va a asumir este aplazamiento sin modificar el convenio, lo que hace que esta misma situación pueda volverse a producir al finalizar el nuevo plazo y alargar sine die la resolución.
Que nadie cree que, a estas alturas, las emisiones de Alvinesa en su localización periurbana sean inocuas ni vapor de agua, algo que ha reconocido la empresa en las reuniones con los grupos municipales aunque no lo haya hecho público. Pero es que, ademas, basta vivir en ese barrio para saber que no hay nada de inocuidad en ellas.
Que para nada he hablado en contra de la actividad industrial de Alvinesa y sí de su ubicación, por lo que no entiendo que algunos lo tomen como un ataque a los trabajadores o sus condiciones laborables sino a la necesidad de resolver un problema deslocalizando, en el paraje próximo donde ya funcionan otras instalaciones deslocalizadas de la empresa, la actual ubicación de la zona más antigua y que era el objeto exclusivo del convenio firmado entre el Ayuntamiento y Alvinesa. Es más, el valor, para Daimiel, de Alvinesa y las empresas que previamente ocuparon esa zona convirtiendo, junto a otras, a esa zona de la localidad en la más dinamizadora industrialmente en el último siglo y pico, y el peso laboral que ahora puede tener para Daimiel creo que no escapa a nadie pero tampoco se cuestiona. Lo que se pide es que se cumpla el convenio, en todo caso, libremente firmado por las partes.
Yo quiero que Alvinesa siga en Daimiel, quede claro, pero en su nueva ubicación. Y si mejora instalaciones, aumenta producción y plantilla, será bueno para todos. Y si puede ser antes que después, todavía mejor. Lo demás no lo he dicho yo ni quiero que se ponga en mi boca suponiendo intencionalidades o afirmaciones que nada tienen que ver con el asunto.
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