Circulaba estos días por whatsapp imágenes de este tipo que, desgraciadamente, tienen que ver con la realidad. Nuestros mayores, muchas de aquellas personas de elevada edad o con dependencia, que en muchos casos ni se molestarían ya en intentar votar por propia iniciativa, son conducidos a los colegios electorales, sobres en mano, sin ser en ocasiones conscientes de lo que contienen dichos sobres o incluso de qué van a hacer en concreto en el sitio al que les llevan. Cierto que en ocasiones han sido religiosas que regentaban residencias asistenciales, pero no nos engañemos, los propios familiares o incluso los trabajadores de residencias no tuteladas por religiosos, incluso voluntariado vecinal, han jugado con la voluntad de estas personas para depositar un voto cuya decisión no les correspondía en absoluto pero que usurpaban disfrazados de gente altruista y desinteresada.
Hoy mismo se publicaba la denuncia de un hombre de ochenta años que está en una residencia asistencial de mayores gestionada por la Junta de Andalucía denunciando que no se le habían entregado todas las cartas de los partidos que incluían los sobres y papeletas electorales que llegaban a su nombre y que, además, había encontrado en el contenedor de reciclaje de papel numerosas cartas de Izquierda Unida- Unión Popular y del Partido Popular, lo que de ser verdad introduciría nuevas variantes de ese tipo de argucias que se emplean con personas que no siempre, como este hombre, pueden percatarse de lo que está sucediendo.
http://arahalinformacion.com/anciano-denuncia-la-residencia-donde-vive-marchena-no-le-facilitan-las-papeletas-votos-todos-los-partidos
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Yo recuerdo que en las Elecciones Municipales de 1991, en las que no pude votar y residía en Puerto Lápice, hubo un trajín de personas llegando a casas de la gente más mayor para llevarlas a votar. Eran los que se acercaban personas vinculadas a los partidos peleando por una alcaldía tan disputada que apenas hubo una diferencia de cinco votos entre el PSOE (336) y el PP (331). Recuerdo que se habló muchísimo en los días siguientes en aquel pequeñito pueblo, cruzando acusaciones mutuas sobre esa forma de actuar que incluía a ancianos dudosamente capacitados para votar.
Pero no hay que remontarse tan lejos en el tiempo. En las pasadas municipales ya hubo diversas renuncias, como pueden verse en este vídeo:
Y tampoco habría que irse tan lejos en el espacio, pero lo triste, además de grave, es que quienes debieran velar por las personas más vulnerables sean las que cometen estos actos delictivos, eso sí con bastante impunidad, porque el voto no ha dejado de ser, desde el punto de vista legal, libre, secreto, personal e intransferible.
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