Que la política es es gran juego de la mentira creo que no escapa a casi nadie. Entre lo que se dice y lo que se esconde la verdad siempre suele quedar relegada. Eso sí, la "falsa verdad" nos la suelen contar con tal convicción que puede que muchos caigan en el error de creerles.
Para mí la política es eso, el gran juego de los tahures, que queda más elegante que el término trileros pero que, a la postre, su resultado es igual: impostura y engaño.
Los tahures zurdos, Podemos e IU, ya se aprestan a un pacto que puede que les beneficie a ambos pero que suena a inconsistente, a "insincero" que diría Pocholo, del que veo más fácil el acuerdo previo a las urnas que luego, tras las elecciones, su mantenimiento. Una unión de hecho que suena a boda pagada para que uno de los cónyuges adquiera la nacionalidad y luego si te he visto no me acuerdo pero con la ley en la mano y ganando el uno y el otro. Aunque 1 + 1 no siempre da 2.
Los tahures diestros, PP, Ciudadanos y PSOE cuando gobierna, también juegan al engaño, a la apariencia, con el deseo intrínseco de pegársela al personal. Uno juega a hacerle guiños a los funcionarios con una devolución obligada, otro juega a dos cartas porque su fidelidad está en función de los intereses propios y otro juega a presentarse como progresistas y del cambio cuando ya les hemos descubierto las entretelas cada vez que tocaban pelo y hacían parecida política que a los que tanto critican.
Tahures todos, que ya empiezan a decir, al comenzar campaña, que están en mejor situación que en el 20-D, que esperan un mayor respaldo en las urnas y que ganarán las elecciones. Tahures todos que se han pasado cuatro meses culpándo a los demás del fracaso pero siendo incapaces de autocrítica seria cuando todos y cada uno de ellos ha hecho lo posible por reventar acuerdos si no sacaban una ventaja sustanciosa que lógicamente el resto le iban a negar. Tahures todos que hablan de fracaso, de lamentable teatro, etc... sin reconocer su protagonismo absoluto.
El 23-J o cuando sea no va a solucionar nada porque poco pueden cambiar las cosas, por mucho que ya se hable de acuerdos que podían estar cerca de la mayoría absoluta. Y no va a cambiar nada porque no hay generosidad, ni compromiso, ni responsabilidad, ni vergüenza, ni espíritu crítico ni un concepto de que la situación requiere consensos amplios en puntos muy concretos. Y ninguna de estas son virtudes de tahur, ya lo saben, ni de tahures zurdos ni de tahures diestros.
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