A mí me lo contó un amigo, vecino del barrio, Loren, casi como despecho al enterarse él mismo. Ya para entonces lo venía sospechando pero he de reconocer que mis batidas por las habitaciones buscando pruebas fueron infructuosos dada la capacidad de mis padres para esconderlos y el silencio infranqueable de mis hermanos que, los muy..., contaban que ellos los habían visto en persona.
Saberlo no fue muy decepcionante quizá porque la satisfacción de comprobar mis sospechas comentadas veló el impacto y puso en su sitio aquella obsesión de los Magos por ponerme ropa de todo tipo o errar en algunos de los regalos que venían sin haberlos yo pedido. Pero también sirvió para que valorase mucho más el ingenio y esfuerzo para conseguirme algunos de los que sí deseaba.
La primera navidad que ya supe el asunto fue un poco incómoda porque viendo los apuros de mis padres para disimular una historia que ya sabíamos todos en casa me dieron ganas de decirles: "¿Os cuento un secreto?, ¡que los Reyes sois vosotros!" y así aliviarles de aquella impostura.
Lo que no pensé, en ningún momento, en aquellos días era lo que iba a ocurrir después, mi conversión propia a Rey Mago, a custodiar ese secreto ante mis sobrinos mientras andaba yo en la tarea de buscar los regalos que luego les sorprenderían mientras se creyeron aquella mágica historia.
Son ya muchos los años que llevo desempeñando esta regia labor, tramando regalos, encontrando escondites que, a veces, olvido hasta casi el último segundo, preparando envoltorios y tratando de acertar. Ya no hay secretos con casi nadie, sabedores todos de quienes son sus Reyes Magos particulares, aunque desde hace algunos años uno suma a su condición "real" la de amigo invisible, y aquí el secreto sí que juega un papel importante.
Y mientras camino por Daimiel, Ciudad Real o Madrid con mis regalos a cuestas me cruzo con una incesante multitud de Reyes Magos, como yo, urgidos de encontrar algo con lo que satisfacer la ilusión de quienes esperan en la noche de hoy o el amanecer de mañana encontrar un detalle tuyo que es, sobre todo, una declaración de lo mucho que nos importan y les queremos.
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