¿Se imaginan haber podido ir mañana a votar con una lista abierta donde cada ciudadano hubiera podido elegir libremente a los concejales que hubiera querido, hasta un máximo de diecisiete, entre los sesenta que se presentan y sin distinción de partido?
Hubiera estado bien y uno siente, otra vez más, la oportunidad perdida de que los ciudadanos puedan expresar verdaderamente quienes debieran ser esos diecisiete elegidos y, además, claramente definidos por el número total de votos que obtendría cada uno de ellos a título individual, de modo que quedarían más que claras las preferencias y las confianzas y los propios méritos que ahora quedan enmascarados en listas cerradas, con puestos definidos apriorísticamente y en donde se obliga a respaldar una lista donde, seguro, hay algunos nombres a los que jamás apoyarías en una lista abierta.
Hemos leído comentarios donde la gente alaba al nº 2 del PP casi por encima del candidato a alcalde, gente que discute que Galo encabece la lista de IU-Ganemos hasta el punto de decir que por eso no votará esa candidatura, gente que habla de flojedad en la lista del PSOE pero salvando a algunos, gente que afirma que salvaría a unos pocos de entre los sesenta candidatos, etc... y creo que todos estaríamos de acuerdo en decir que con una lista abierta sería posible reflejar muchísimo más la voluntad de los votantes que podrían poner y excluir a su antojo a quienes prefieren y a quienes no les gusta y hasta definir quién debiera, en cada grupo o partido, ejercer el liderazgo con el aval de ser los más respaldados.
Yo, ya lo aseguro, votaría a una docena de ellos con presencia de candidatos de las tres listas que se presentan y que me parecen gente valiosa o capaz para poder realizar esa tarea. Y sin embargo tendré que elegir una de las listas sabiendo que entre los que hay en ellas algunos carecen de toda mi confianza para hacer bien esa tarea.
Repito, no debería demorarse la reforma electoral para introducir, entre otras cosas, las listas abiertas, las que rompen, en parte, la dictadura de los partidos en la confección de esas listas para hacer y deshacer a su antojo.
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