A Galo el Pleno Extraordinario del pasado lunes le produjo un cabreo impresionante que, según se ve, aún le duraba varios días después y que le llevaba a dar un repaso al resto de concejales ajenos a su formación en unos términos que tampoco suelen ser habituales así, en tropel, y si no cojan la crónica de daimiel.es:
"ha tildado de "cínica y farisea" la actitud del Ejecutivo local, arremetiendo contra "el alcalde del yo no sé y yo no puedo"; una portavoz que "se le ha pillado en varios renuncios"; una concejal de Servicios Sociales "incompetente"; un concejal de Hacienda "prepotente y soberbio", y un resto de concejales "casi de adorno, que no cuentan para nada". Reproches que también extendía a la "complacencia" de los concejales del PSOE con el equipo de Gobierno, acusándoles de "no saber hacer la o con un canuto en las comisiones"."
Como puede verse ha habido para todos, sin excepción, en una variedad de calificativos y descalificaciones sin precedentes, como para decirle eso de "¡te habrás quedao descansando!"
Aunque sigo sin haber podido escuchar el Pleno lo cierto es que por algunos comentarios y la crónica de la rueda de prensa de IU el malestar de estos últimos ha debido de ser de órdago para explicar expresiones como esas o leer esa declaración amenazante advirtiendo de que "se aprieten los machos porque han elegido el peor enemigo posible", que tampoco es que sepa en qué se sustanciará ni a qué deben de temer especialmente.
Ya sabemos que Galo usa un discurso a veces encendido pero tampoco suena ahora a arrebato sino a enojo e irritación, al parecer por la noticia por lo que considera ataques injustificados a uno de sus miembros y/o también a ese pasteleo, como lo llama, de PP y PSOE abrazadísimos en dichos presupuestos.
Pienso que dado que transcurrirá más de mes y medio hasta el próximo pleno municipal es probable que el cabreo aminore o se disipe. De no hacerlo asistiremos a la estrategia que desarrolle IU a partir de ese momento para que sepamos por qué han de apretarse los machos y en qué consistirá ser el peor enemigo posible. Aunque mejor para todos, supongo, sería que todo quedara en un calentón indignados porque se pretendan poner en liza cuestiones personales para la descalificación política o esos compadreos que ahora denuncia Galo, porque poco podemos ganar los ciudadanos de este enfangamiento perenne de nuestros concejales que casi siempre termina de forma gruesa y descalificante.
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