sábado, 27 de febrero de 2016

¿QUÉ SITIO DE DAIMIEL ES TU FAVORITO? (Página nº 3505)

Bueno, parece una pequeña encuesta pero lo que ocurre es que me produce curiosidad conocer qué lugares concretos de Daimiel son de mayor valor para quienes, entre los que lean este blog, quieran opinar. Dicha curiosidad se debe a que, desde el punto de vista personal, yo también pienso mucho en la ligazón con sitios concretos que vinculo a mi vida por que los considero significativos y creo que, de alguna manera, cualquier daimieleño tiene en su cabeza y en su corazón, por diversos motivos, rincones entrañables que, también ocurre, en algunos casos incluso han desaparecido o se han transformado.

En mi caso concreto hay varios sitios, aunque señalaré dos concretos:

El primero, mi barrio infantil, los conocidos "Hotelitos", con todo ese entorno del Parque del Carmen, el campo de fútbol, la Cooperativa y los huertos que rodeaban aquellas cinco calles. Creo que buena parte de lo que soy se lo debo a haber nacido allí, a los amigos de un barrio entonces joven y siempre entrañable, al ambiente de camaradería y afecto de las familias que allí vivieron y que hicieron del barrio casi una casa común. Tengo casi todos los recuerdos de infancia ligado a ese espacio físico y cientos de anécdotas que solo tienen sentido conociendo aquel "escenario", a pesar de que algunas cosas fueron cambiando o desapareciendo.


El segundo el Parterre, porque cuando fui a la Escuela Piña, estudiando 4º de E.G.B., aquel aulario donde se levantó la actual Casa de la Cultura, me descubrió un espacio de recreo donde hice nuevos amigos, donde descubrí que había mundo fuera de esos mismos "Hotelitos" y donde a partir de aquel momento sucedieron muchas de las mejores cosas de mi tardía infancia, mi adolescencia y primera madurez.

Ya digo que hay otros, quizá vinculados a recuerdos más puntuales o afectos a intereses personales o aficiones, pero nada como aquellos dos lugares, y aunque podría concretar aún más y señalar rincones concretos de cada uno de ellos me obligaría a contar más de lo que quisiera en estos momentos hacer.

Así que ahí tiendo el guante por si alguien quiere contar qué lugares concretos de Daimiel son aquellos por los que sienten especial apego y de paso vamos descubriendo nuestro propio "Daimiel", el lugar que nos vincula y nos une.

Gracias de antemano a quienes participen de este lugar común.

UN MILLÓN Y MEDIO...DE VISITAS (Página nº 3504)



Creo que es en lo único que soy millonario,salvo que haga recuento de células o de palabras escritas en el blog. Pero hoy Daimiel Diario ha alcanzado la cifra de 1.500.000 visitas en menos de cinco años de existencia y como me parece una cifra desorbitada para un blog personal de temática mayoritariamente local pues me apetece dedicarle una entrada.

Me pregunto, en ocasiones, qué puede llevar a que tanta gente pueda interesarse por un blog personal que, precisamente por eso, solo recoge la opinión de una persona lanzada al aire. Y lo cierto es que desconozco la respuesta y no sé si importa porque, en todo caso, cada cual tendrá su motivo.

El caso es que ahí está la cifra, según el propio contador de la plataforma blogger, y eso es lo reseñable.

¿Y quienes leen este blog?

Pues según la misma plataforma estos son los sitios:


Supongo que de la mayoría de esos países, aunque en algunos sé que tengo lectores fieles, las visitas tendrán que ver más con el azar que con el interés, pero aquí lo dejo.

Y ahora perdonarme el autobombo, que no me pasa todos los días.

¡GRACIAS A TODOS LOS QUE ALGUNA VEZ ENTRARON EL DAIMIEL DIARIO, MUCHAS GRACIAS A LOS QUE DECIDIERON PERMANECER!


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viernes, 26 de febrero de 2016

CUANDO LA HISTORIA NO IMPORTA (Página nº 3503)

Leo en elconfidencial.com como el Ayuntamiento de Ávila, junto a la Junta de Comunidades de Castilla-León, decidieron sepultar la mayor necrópolis musulmana de Europa, en perfecto estado de conservación, para que nada les estropease el desarrollo especulativo de una zona destinada a la construcción de chalets y algún supermercado, amen de tratar, según narra la noticia, de borrar cualquier vestigio musulmán que pudiera resultar incómodo. Y lo hicieron agarrándose al único informe, entre todos los emitidos, que cuestionaba el valor del descubrimiento arqueológico para merecer ser considerado Bien de Interés Cultural.

Lo curioso es que fueron muchas entidades las que se interesaron por protegerla tras realizarse varias catas e iniciarse el proceso de conservación, Entre ellas la Universidad de Oxford o el Ministerio de Cultura de Francia, pero Ayuntamiento y Junta cometieron uno de esos disparates incomprensibles tan a la española, de esos que se cometen al calorcillo de la especulación inmobiliaria y que se permite arrasar con lo que sea de manera impune.

Por cierto, el alcalde de Ávila entonces era nuestro paisano Agustín Díaz de Mera, luego elevado a los altares de la clase alta política del partido, que sustituyó en su momento a Ángel Acebes como primer edil de la ciudad castellana.

Ahora se da a conocer un documental sobre este lamentable episodio bajo el título de "Maqbara" pero la historia saca a la luz, de paso, el tratamiento que las administraciones hacen del patrimonio. Cierto es que para los arqueólogos el mínimo resquicio es digno de conservación y tal vez la extensa historia de nuestro país no pueda obtener recursos para conservarlo todo pero, a cambio, los políticos nos acostumbran al desdén, ya no solo con la racanería en el otorgamiento de las figuras de protección sino con el desinterés y desprecio a muchos de los que ya han obtenido esa designación como P.I.B., y baste ver la situación de la Venta de Borondo para darse cuenta de que sus intereses van por otro camino y que el patrimonio, fuera de la foto, interesa más bien poco aunque es justo el patrimonio lo más valioso que un país como el nuestro puede mostrar al mundo.

Pero ya saben, los estupendos chalets y el Mercadona, como cita el artículo, lucen muy bien sobre la destruida necrópolis. Podían haber ido en cualquier otro sitio, pero donde va a parar el ladrillo visto y los productos Hacendado con un viejo cementerio musulmán que solo olía a muerto, ¡a la mierda historia y patrimonio!,¡viva la especulación y la burbuja inmobiliaria! (Véase ironía para los lectores inadvertidos)

Una de las tumbas del cementerio.

Enlace:


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"SOMOS SENTIMIENTOS Y TENEMOS SERES HUMANOS" (Página nº 3502)

¡Y hasta ahí puedo leer!



Y ya se sabe, "a quien buen árbol cobija, buena sombra se le arrima" y "no por mucho amanecer se madruga más temprano" y "ande yo riente y que se caliente la gente" y "a diente regalado no le mires el caballo" y "caminito somos y nos encontraremos con el arriero" y "el que esté libre de piedras que tire el primer pecado" y "cría ojos y te sacarán los cuervos" y "el que quiera culos que moje los peces" y ...  

jueves, 25 de febrero de 2016

LO DICEN LAS CONCLUSIONES, LO HABÍAMOS ESCUCHADO ANTES (Página nº 3501)

Leo en daimiel.es las conclusiones del trabajo realizado sobre la escasez de avifauna en Las Tablas de Daimiel, especialmente de algunas especies de aves antes más abundantes en el humedal daimieleño, y sin ser yo científico ni aprendiz de ello me he encontrado con lo que ya habíamos oído hace tiempo y es que las condiciones de la pradera sub-acuática, debido a episodios de vertidos contaminantes, y la abundancia de carpas están en el origen de esa situación tan llamativa que es la disminución de ejemplares de ciertas aves en ese espacio natural donde abundaban.

Cierto es que lo de los vertidos ya era una cuestión recurrente y se nos ha dicho reiteradamente que la calidad de esa pradera bajo el agua era un  indicador preciso de las condiciones del agua. Pero además que se había observado un aumento sustancial de carpas que tenían incidencia también sobre dicha pradera de modo que se estaba convirtiendo su presencia, en tales cantidades, en un problema grave para el parque. Y ahora este estudio no hace sino confirmar lo que ya habíamos escuchado antes.

Cuando el pasado diez de junio pude dar un paseo en barca por el interior de Las Tablas y así cumplir uno de esos sueños que uno albergar durante mucho tiempo, nuestros acompañantes en las barcas, que perchaba para introducirnos en el inmenso tablazo, nos comentaban que en los últimos años era complicado ver aves, algo muy distinto a esos años previos en los que a la sorpresa del paisaje se añadía una gran abundancia de vida fácilmente apreciable. Ya nos contaron el asunto de los vertidos pero también de la superpoblación de carpas que estaban causando estragos en la pradera sub-acuática. Es más, nos comentaron que esa misma mañana de junio se habían capturado tres mil kilos de carpas, en ese proceso de reducción de este tipo de pez para buscar un cierto equilibrio que devolviera las aves, como principal referente de los visitantes, a un espacio que habían hecho suyo durante siglos y del que ahora parecían huir por la competencia de esos peces y las condiciones de la propia pradera.

Las conclusiones se presenta ahora pero el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel ya lleva tiempo trabajando en esa línea de devolver el equilibrio a este espacio singular tratando de controlar la calidad del agua, la población de carpas y posibilitando el regreso a ese hábitat de un mayor número de aves, justo aquellas que necesitan alimentarse de esa vegetación sumergida.

Solo cabe esperar que esto pueda conseguirse en el menor plazo, que de nuevo volvamos a niveles de precipitaciones suficientes para mantener el parque inundado y que no volvamos a tener noticias de vertidos para que Las Tablas de Daimiel sigan siendo la auténtica maravilla natural que casi siempre fue.


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miércoles, 24 de febrero de 2016

NUEVA OLA DE ROBOS EN DAIMIEL (Página nº 3500)



(Foto tomada de Maytt Cabrera en el grupo "Me GuStA DAIMIEL" de  facebook)

Lo siento, toca decirlo porque aunque los medios oficiales o no se coscan o se callan lo cierto es que llevamos "la semana fantástica" del robo en Daimiel y si el fin de semana desvalijaron las estanterías repletas de televisores de un céntrico comercio, además de otros sitios, esta madrugada tocaba a los colegios y tanto en Pósito como en Calatrava han tenido, con mayor o menor fortuna, visita de los cacos. Y digo mayor o menor fortuna, claro, en función de que los objetivos de los ladrones se hayan conseguido o visto frustrados en función de un mayor o un exiguo botín.

Hace unos meses, cuando hice la entrada "Ola de robos en Daimiel", en algún comentario se me acusó de crear alarma social, ¡ya ves!, mientras que otros comentarios corroboraban lo que venía sucediendo durante aquellos días. Y es que, al parecer, siempre sucede lo mismo, hay quien prefiere el silencio, negar la evidencia y conformarse con que no le ocurra a ellos, y por otro lado quienes preferimos que se sepa para que las personas sean conscientes de la situación, arbitren medidas efectivas para protegerse de posibles robos, se muestren más vigilantes y, de paso, reclamen mayor vigilancia.

Nunca he pensado que Daimiel sea un lugar más propenso al robo, es más, desgraciadamente proliferan por todos sitios tanto los robos en los campos como en las naves industriales, comercios y casas particulares, pero no podemos vivir otorgando normalidad a lo que no lo es y tratar de ignorar que en ciertos momentos, como en estos días, los amigos de lo ajeno han elegido Daimiel como un objetivo habitual de sus delitos. No creo que el silencio sea bueno, no creo que ayude, y por tanto es necesario contar las cosas, convencer a la gente de que debe tomar medidas, dificultar la acción de estos delincuentes. Y como saben no me dedico a instalar alarmas, rejas, cerraduras reforzadas, puertas blindadas ni nada que en mi entrada sirviera para estimular una demanda que me beneficiara económicamente y solo me guía reducir en número de desinformados, ingenuos, distraídos, incautos y desprevenidos, de modo que la gente sepa que en estos días se han producido algunos hechos no habituales.

Entiendo que es difícil prever estas circunstancias, incluso para las fuerzas del orden, y que podemos hacer mucho más desde la acción individual de tomar medidas con lo nuestro siendo más celosos en echar la llave, dificultar el acceso alternativo, tener seguros, etc..., pero lo que no entiendo es que neguemos la realidad de esta frecuencia de robos en los últimos días porque no tengo dudas de que habrá más intentos en colegios, comercios o viviendas y menos si parece que a nuestro alrededor no ha pasado nada.


martes, 23 de febrero de 2016

TODOS LOS QUE FUERON...(Página nº 3499)

El otro día, mientras esperaba los resultados de una prueba médica, me encontré con una antigua compañera que iba acompañada de su madre. Al saber que éramos de Daimiel la mujer nos contó que hacía cincuenta y dos años había estado como maestra en nuestra localidad, en unas aulas que había junto al instituto y que recordaba vinculadas a algún tipo de obra social o algo parecido, aulas que estaban en bastante mal estado y en el que había compartido trabajo con algunas compañeras de las que no recordaba bien los nombres pero de las que, en algún caso, rememoraba detalles que me permitieron después, tras consultar con mi madre y su excepcional capacidad para recordar detalles, identificar a la persona de quien hablaba y saber que su relato era bastante próximo a la realidad. Apenas estuvo un año pero la vida te va dejando retazos a los que te agarras desde la memoria porque fueron importantes entonces. Aquellas aulas de Auxilio Social hoy son instalaciones municipales cedidas al asociacionismo, tal que Fedada o la Asociación Local de Astronomía  y ella mostró mucho interés en poder acercarse algún día a ver el sitio y su entorno para conciliarlo con aquel recuerdo feliz anclado en la memoria.

Eso también me hizo pensar a mí sobre todas esas personas y lugares que han pasado por mi vida, especialmente por todos aquellos que tuvieron que ver conmigo en algún momento y dejaron suficiente huella para que no pueda olvidarlos aunque sean siquiera ligados a mínimos detalles y recuerdos. De muchos de ellos he seguido sabiendo pero muchos otros desaparecieron y no he vuelto a saber de ellos aunque no me resigno al olvido, desde aquel hijo del juez al que le dio por meterse vestido en una caldereta llena de agua y no tuvimos otra que verterle una caja de azulina que le tiñó de azul intenso cuando apenas teníamos cinco años, o aquella vecina Mayte que tenía "sed de gaseosa" y con la que jugábamos a médicos con seis o siete años, o Martín, aquel chaval que antes de ir al colegio trabajaba en la tahona y llegaba a clase extenuado para llevarse más palmetazos que nadie aunque la letra jamás entrara con la sangre, cuando teníamos ocho o nueve años, o aquel chaval que siempre se excusaba para no hacer la tarea con que se iba a vivir a Alicante aunque no se fue en todo el año y nos familiarizamos con ese diario ¡Manolito estudia! del maestro que hizo que siempre que hablamos de él Manolito y estudia parezcan aparecer nombre y apellido.

A lo largo de mi vida me he encontrado con compañeros de aula, de juego, de trabajo, alumnos, gentes de los pueblos donde he trabajado y vivido temporalmente y que están vinculados a anécdotas, recuerdos, momentos vividos que de alguna forma han quedado en ti y de los que quisieras volver a saber aunque, seguramente, nada sabrás ya.

Puede ser que uno, por edad, va teniendo ya más por recordar que por conocer, aunque no me resigno, pero me agrada regresar al recuerdo, pensar en todas aquellas personas que dejaron rastro en mi memoria, que pueden explicar mi vida o hacerme entenderla mejor, que quizá también conserven un poco de mí en sus memorias. Y regresar a los sitios, algunos ya muy transformados o incluso desaparecidos, pero suficientes para refrescar esos recuerdos, igual que la madre de mi antigua compañera, aquella que vino a trabajar un año a Daimiel, en sus inicios como maestra, y que entonces jamás imaginó que, tras irse a Castilla-León, una de sus hijas terminaría trabajando en esa misma ciudad donde quedaron algunos de sus buenos recuerdos.

Desde luego la vida es eso, lo que vivimos, la memoria que nos va dejando las relaciones con otras personas, las vivencias que acumulamos y nos hacen crecer, el anclaje de lugares que alguna vez significaron. Y puede que por eso sea bueno rendir recuerdo y no dejar que el olvido vaya asolando nuestro botín de evocaciones.



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23-F, CUANDO NUNCA SUPIMOS LA VERDAD (Página nº 3498)


Hoy se cumplen 35 años de aquel intento de golpe de estado que hubiera podido devolvernos a las cavernas. En siete lustros nunca ha salido a relucir la verdad, quizá porque no nos hubiera gustado, pero llama la atención que en el siglo de la información todo quedara sepultado bajo el polvo de los silencios y las medias verdades.

Lo que más recuerdo fue el miedo, pero no un miedo individual que en mi caso no tenía porque a mis dieciocho años aún no me había significado políticamente sino un miedo colectivo, la inquietud, tal vez desolación, que se percibía en mucha gente. El miedo de sentir como unos pocos, con las armas, pueden revertir un proceso democrático aprobado en las urnas por la mayoría de ciudadanos.

De aquello me ha quedado una desconfianza hacia el ejército que aún no he podido sacudirme, hacia una institución endogámica que no ha sido capaz de generarme la confianza suficiente para sentirla leal al mandato constitucional por más que haya pasado un tercio de siglo. Lo siento, no sé si será merecido o no ese desapego, esa desconfianza, pero no puedo evitar sentir que la lealtad no está blindada.

Pero peor es esa otra sensación de que no se nos ha contado la verdad jamás, de que no se ha hecho el esfuerzo real de mostrarnos lo que sucedió antes, durante y después de aquel lamentable episodio y que solo habría camino a la especulación y la desconfianza. Esa impotencia de observar que no se ha querido desentrañar la verdad que lleva al objetivo natural de querer su ocultamiento.

Sí, ha habido mucha literatura sobre el tema, e incluso una "verdad oficial" con demasiados agujeros para creerla, pero ha faltado la voluntad sincera de revelar todo, todo, todo lo que sucedió, y aunque haya pasado mucho tiempo no es irrelevante pensar que todo lo ocultado se debe a una decisión tomada así que lejos de protegernos como sociedad nos expuso para proteger a unos pocos pues durante mucho tiempo después la viabilidad de otros intentos nos parecían posibles al no creer que todos los responsables hubieran sido castigados adecuadamente.

Estamos en 2016 y creo que nuestra integración en la Unión Europea hace imposible otra intentona o, al menos, su éxito, pero recuerdo aquel día con especial tristeza porque el miedo se adueño de las calles y pudo haber quedado allí para siempre, sepultando el deseo de casi todos por un tiempo nuevo de futuro y esperanza.


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lunes, 22 de febrero de 2016

HIJOS-REHENES (Página nº 3497)


A veces los hijos se convierten en rehenes de los padres, sirven de elemento de disputa o simplemente de víctima de las disensiones de la pareja rota. Lo que se supone debiera tener como prioridad la salvaguarda de los intereses del niño se convierte en la forma incruenta de machacarlo.

Cada vez son más las parejas que deciden separarse, en muchas ocasiones para quedarse enganchados en una confrontación insensata donde uno o los dos apenas buscan otra cosa que el daño o la venganza, y en medio hijos de cortísima edad sujetos directa o indirectamente a la virulencia de la refriega.

En algunas ocasiones los separados, o alguno de ellos, buscan poner distancia. Eso conlleva la escolarización de los hijos mediante un traslado pero el desacuerdo de los padres puede hacer que esos hijos, sobre todo en edad de escolarización no obligatoria, terminen por no asistir al colegio hasta que un juez, y eso puede tardar una eternidad, no determine cómo ha de procederse por encima de la patria potestad y custodia compartidas para garantizar los derechos del propio niño. Pero, claro, la justicia es de tal lentitud que pueden pasar meses, años, antes de que esto suceda y en términos de aprendizaje, convivencia entre iguales, hábitos, podemos estar perdiendo un tiempo maravilloso que termine incidiendo en el propio niño.

Yo he conocido casos así, situaciones enquistadas donde los progenitores se encastillan en su orgullo, su rabia, su rencor, convirtiendo a quienes supuestamente más quieren en víctimas de esos sentimientos egoístas, ignorando que han tomado por rehenes al eslabón más débil y desprotegido y que, además, recibe ese doble castigo que supone la ralentización de los jueces para abordar estos asuntos y poner un poco de juicio en la situación creada.

Me es difícil entender que dos personas que en un momento se han podido querer tanto lleguen a odiarse así pero más que lleguen a odiar tanto a sus hijos como para convertirlo en el centro de la disputa y no en el elemento vertebrador de un mínimo acuerdo que los proteja. Pero dado que ocurre aún comprendo menos que la Justicia dé largas para tomar el problema de inmediato y amparar al menor de decisiones que solo terminan por perjudicarle y ante quienes se encuentra en total indefensión. Y es que la Justicia, creo yo, debe llegar donde no llega el sentido común de los padres y donde el verdadero amor, que no es expresarlo sino manifestarlo, debe brillar por su ausencia cuando se condena a un hijo a no poder ir al colegio con sus iguales o se le pone en la diana de unas decisiones en las que no ha intervenido ni tiene culpa alguna.


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domingo, 21 de febrero de 2016

DAIMIEL, LA CIUDAD/EL PUEBLO DONDE NUNCA PASA NADA (Página nº 3496)

En Daimiel nunca pasa nada, al menos malo. Como contaba antaño nunca había noticias de robos pero luego sí de las detenciones, lo que resultaba muy curioso. Y cuando te cuenta la gente los distintos robos en diversas zonas de la localidad luego se permite el Equipo de Gobierno decir que según la Policía Local no ha habido incremento respecto a meses anteriores, como si los testimonios de los que han sido víctimas de esos robos o los de sus vecinos o allegados fueran pura invención.

Pero sucede con todo, cuando hablas de las bicicletas a toda velocidad por calles peatonales o espacios como la Plaza o el Parterre no existe alarma, son casos aislados, se está exagerando. Cuando hablas, como hoy, de los chavales con los patines que obstruyen la circulación, se apropian de la calzada y retan a los conductores no existe tal y son cosas puntuales que no ocuparan a la Policía Local que tiene cosas más importantes. Cuando hablas de puntos negros de tráfico todo son elucubraciones y exageraciones sin fundamento aunque a ti te lleven los demonios los atascos de la Sacristía de la Paz, la calle Misionero Eusebio Ortega, la calle Arenas frente a Cruz Roja, etc...

En Daimiel nunca pasa nada, todo es perfecto, ideal, en blanco y negro, como aquel Pleasantville de la película que Tobey McGuire y Reese Whiterspoon volvieron patas arriba. Nunca pasa nada según la oficialidad, claro, porque las cosas tienen la puñetera costumbre de suceder y hay olas de robos, problemas de tráfico, etc... que no digo que sean más o menos que en otros lugares pero que se producen sin aparente deseo de darle solución o, en el peor de los casos, por incapacidad para hacerlo.

Por eso, quienes lean las noticias sobre Daimiel deben estar contentísimos creyendo que viven en el paraíso porque todo es bonito, perfecto, encantador y no parece gustar que la realidad estropee esa bonita estampa.



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UNA NUEVA LACRA PARA EL TRÁFICO EN DAIMIEL (Página nº 3495)



En semanas anteriores ya me había pasado algunas veces pero, en esta última, que me he tenido que mover bastante en coche, ya ha sido tan reiterado que no cabe tomarlo como puntual o accidental. Y es que hay un grupo de chavales que han decidido tomar la calzada como lugar para sus piruetas con los patines obligando a que los vehículos que circulamos por ahí tengamos que detenernos porque, al parecer, la prioridad es copar la vía pública como zona de juego y poco menos que no dejan que el tráfico interrumpa sus habilidades. No hablo de circular, hablo de dificultar o interrumpir la circulación porque ellos no se mueven de la zona y ocupan como espacio de juego una vía para el tránsito de vehículos.

Me ha pasado esta semana en el entorno de Hospitalillo, La Fragua y San Pedro, frente a Lady Gema, y no a mí, claro, sino a los vehículos que me precedían o seguían según ese momento, y en dos de las ocasiones ya de noche, con menor visibilidad y sin ningún tipo de elementos reflectantes.

No se explica que habiendo no ya solo un espacio específico para ellos sino otros muchos lugares peatonales como parques se vayan adueñando de la calzada, retando a los conductores, molestando y dificultando la circulación y con la posibilidad de que en algún momento se pueda producir un accidente.

No sé que pasa en Daimiel pero a veces da la sensación de que pasan las cosas por absoluta dejadez, por inhibición, por falta de control, y ahora que proliferan los patines, que me parece una actividad estupenda en un sitio adecuado, comienza a asomar este problema que aquí cuento y que empieza a ser fácil de encontrar para quienes circulen habitualmente por nuestras calles.

Las cosas suelen tener remedios cuando se ofrecen soluciones, cuando se quiere actuar. Si no se conoce el problema, que me extraña, es que se circula poco por nuestras calles o no se quiere ver, pero para los no enterados ya aviso yo de que es el nuevo problema de tráfico en Daimiel, la nueva lacra, y da miedo pensar que pueda ocurrir alguna desgracia para tener que actuar.

No pongo imágenes al tratarse de menores pero seguro que muchos lectores del blog ya se han encontrado con esta situación.


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