domingo, 29 de marzo de 2020

SIN QUE SIRVA DE PRECEDENTE (Página nº 3901)



Con una pandemia sale lo mejor y lo peor de la sociedad, eso está claro, pero hemos necesitado llegar a este escenario para demostrarlo.

Hace unas semanas, acaso un par de meses, solo algunos sanitarios barruntaban que este Covid-19 se nos iría de las manos y para el resto solo era, poco más o menos, que justicia poética contra los chinos por comer cosas tan raras. Pero, curiosamente, ya todos somos expertos, teorizamos sin control como si estuviéramos aspirando a obtener el Nobel de Medicina y nos olvidamos, ¡qué pronto!, de todo lo que decíamos hace apenas un mes.

Creo que hay varias realidades:

La primera, no estamos preparados para nada así, pero hemos elegido, antes que nada, buscar culpables. A los españoles se nos da muy bien esto. Pero la culpabilidad preferimos encontrarla parcialmente, casi siempre en la acera de enfrente y casi nunca entre los afines, algo muy español también.

La segunda, también hemos buscado héroes, los necesitamos, y es fácil encontrarlos aunque simplemente ya deberíamos considerar así a quienes, como mínimo, cumplen las normas personales y colectivas ante una situación de alarma como ésta. Qué no considerar entonces a quienes están poniendo su salud y su vida en juego para sacar esto adelante, para mantener rodando el sistema incluso bajo mínimos, para quienes están aportando poco o mucho, pero siempre algo, para ayudar en estas circunstancias. Sí, son héroes, y aquí parece que, al menos en parte, se diluyen los colores partidistas.

La tercera, que nunca podemos esperar lo mejor de todos y por eso hay otra clase de villanos que siempre asoman: los oportunistas, esa gente que nunca descansa para obtener ganancias económicas y especular, los que pretenden obtener rédito político de la situación hablando con la boca pequeña de lealtad pero siendo unos auténticos hijos de su madre en sus declaraciones, los que han decidido a menor escala asolar las redes sociales con bulos, con noticias parciales y tendenciosas, los que de este mar revuelto solo pretenden proselitismo y niegan en los suyos las acusaciones que hacen contra los demás.

Yo lo veo así: gobernase quienes gobernase se hubieran visto superados por la pandemia. Todos hubieran terminado pareciéndonos incompetentes, porque desde el sillón de casa lo fácil es señalar y etiquetar. Ahora decimos que faltó prospectiva, que nunca se trabaja con visión de futuro y prevención. Olviden los colores, en cualquiera de las comunidades autónomas donde gobiernan y/o han gobernado diversos partidos no existía esa previsión, no existía una política de almacenamiento, de gestión de este tipo de crisis, de equipamientos suficientes, de apuesta por la investigación, en definitiva, por nada que pudiera pillarnos mejor preparados para la irrupción de estas enfermedades. ¿A qué viene acusarse unos a otros si a las espaldas todos llevan la nada en prevención y prospectiva?  Es más, todas las comunidades autónomas realizaron recortes en sanidad y en investigación, favorecieron la fuga de cerebros y, sin saberlo, nos desprotegieron. Y los que no han gobernado hace un mes daban recetas para la pandemia tan ridículas que menos mal que no nos han pillado en sus manos.

Claro que se han hecho mal las cosas, claro que se ha infravalorado previamente incluso por los científicos y los médicos en muchos casos, claro que nos ha superado porque lo que se necesitaba ahora en equipamiento y materiales es lo que está reclamando todos los países y eso complica el abastecimiento, pero la realidad es que ya no nos vale lamentarnos y sobra la mierda política, que lo que deberíamos hacer es sumar, ayudar, apoyar en la medida de nuestras posibilidades para que pronto salga el sol esperanzado, para que la gente vuelva a sus trabajos sin miedo, para que los chavales y chavalas llenen las aulas, para que los enfermos de cualquier enfermedad puedan volver a sus seguimientos que lo necesitan. ¿Y después? Por una vez que los políticos no sean políticos, es decir cortoplacistas y miope, y empiecen a no estar tan pendientes de las medallas personales, las encuestas y las urnas, y comiencen a mirar a lo lejos, preparando a este país, al mundo, para que la próxima (porque habrá próximas) nos pille en mejores condiciones de afrontarlas.

Y sin que sirva de precedente rompo mi silencio en este blog con esta entrada y vuelvo, de inmediato, a callarme y quedarme en casa trabajando, que posiblemente sea mi mejor y única heroicidad vital.

6 comentarios:

  1. Genial Javi,esa es la realidad de lo que está pasando en España.
    P. Madrid

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tus palabras un poco de cordura siempre viene bien.

    ResponderEliminar
  3. Totalmente de acuerdo contigo en todo

    ResponderEliminar
  4. Hay que bien habla este chico siempre.

    ResponderEliminar
  5. Genial. No se puede explicar mejor

    ResponderEliminar
  6. Hoy, te vi pasar por delante de mi casa y me acordé del blog,y el bien que nos haría tus entradas en estos días de espera, lo busque para recordar entradas y sorpresa,me encontré esta nueva entrada. Voy a ser algo egoísta, no lo hagas por, ti hazlo por la gente que estamos cansados de buscar cosas interesantes o que podamos hacer nuestras.me acuerdo un compañero de trabajo que conversábamos sobre tus entradas y lo que daban de si(verdad Miguel). Como tú bien has dicho, en estos tiempos lo importante es SUMAR. Ya están otros con la tarea de DIVIDIR y ENFRENTAR. GRacias por la entrada(el tema es lo de menos) y tu tiempo.

    ResponderEliminar