El Alcalde de Villar de Cañas se encomienda a la Virgen de la Cabeza para que les ayude a sacar el "cementerio nuclear" adelante. Como antes la ministra Fátima Bañez invocó la ayuda de la Virgen del Rocío para salir de la crisis o el ministro Fernández Díaz lo hizo esta vez con Santa Teresa para ayudar a que mejore el país. Para mí, al contrario de lo que parece, se trata de una trivialización lamentable de los valores religiosos tratando de plegarlos a los intereses claramente humanos.
Imagínense la situación de que otros alcaldes de pueblos cercanos a Villar del Pozo se encomendasen a sus respectivas patronas para lo contrario, que una instalación como un "cementerio nuclear" cercano a ellos pero que no tendría ni la repercusión económica ni social positiva que para Villar pero que sí podría afectar negativamente su instalación tan cerca de producirse algún error, accidente, fuga, terremoto, etc... podría ser entendida como un riesgo para sus vecinos y, por tanto, les llevara a invocar a las Vírgenes a las que rinden culto que nunca se instalase ese ATC allí. ¿Qué estaríamos, en una especie de liga de Patronas en las que los supuestos logros de unas supusieran las derrotas de otras cuando estamos hablando de decisiones exclusivamente humanas que serán las que den al traste o no con las aspiraciones de sus alcaldes?
No piensen que estoy tratando de ridiculizar la fe de nadie, precisamente lo que trato de hacer ver es esa trivialización de parece pretenderse hacer a propósito de la creencia de las personas, un ámbito totalmente respetable en el que no pretendo inmiscuirme. Solo que me parece que a veces se recurre a esa creencia de los demás con cierta trampa dándole a la Virgen del lugar (todas, bajo sus distintas advocaciones, son la misma Virgen María) un papel decisivo que llega a entrar en contradicción cuando, con intenciones y deseos opuestos, cada parte se encomiendo a ellas, o a los Santos, para lograr sus fines. Uno de los ejemplos más repetidos se da en el deporte, ante finales importantes, donde los equipos que las disputarán corren a realizar ofrendas a la Patrona respectiva que veneran sin entender que las Vírgenes, por su propio sentido, no rivalizarían para otorgar su Gracia para decidir algo tan intrascendente como un resultado positivo.
La fe, el culto, la advocación, tiene un peso social, cultural y religioso importantísimo en nuestra sociedad, un valor respetable que no merece estas tontunas de ministros, alcaldes, deportistas, etc... Las decisiones son humanas, la reflexión e irreflexión también, y los aciertos y errores hay que cargarlos a la espalda de las personas que las toman. Seamos serios y dejemos de hacer tomar partido a la Patrona o Patrón de turno en asuntos tan poco divinos y tan exclusivamente humanos. La religión merece mayor respeto.
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