sábado, 7 de noviembre de 2015

PALABRA DE POLÍTICO (Página nº 3331)



¿Cuántas veces ha afirmado, públicamente, que su sitio estaba en la región, que lideraría la oposición en las Cortes Regionales de Castilla-La Mancha, que su compromiso estaba con la gente de esta tierra?

María Dolores de Cospedal se ha hartado de repetirlo, quizá porque nadie la creía y pensaban que a la menor oportunidad se largaría con viento fresco.

Le han bastado unos meses, pero en el fondo solo ha esperado al primer tren para darse el piro de una región en la que estar en la oposición carece de relevancia suficiente y lleva aparejada que desde el poder le den un montón de palos, de los merecidos y de los que no tanto. Así, que pensándolo bien, se apunta al Congreso de los Diputados, un lugar seguro desde la cabeza de lista de una provincia conservadora como es Toledo. Un lugar que ahora le servirá para justificar que no se va del todo, que desde su puesto velará por los intereses castellano-manchegos y, en especial, los toledanos, aunque ya sabemos, y la historia lo respalda, que los intereses que defenderá serán los de su partido, como todos, aunque entrasen en colisión con los verdaderos intereses y aspiraciones de esta tierra.

Se va por interés, por cobardía, por carencia de lealtad, por falta de compromiso, como se ve en todos los políticos de todos los partidos. Porque cuando se presentan y salen adquieren un compromiso con los votantes pero, queda claro, eso les termina por importar una mierda, que los votantes tienen fácil tragadera y propensión a perdonar cualquier traición y afrenta. Si nos representasen no harían esto pero como nos utilizan pueden y lo hacen, y es larga la lista, por cientos, de alcaldes, diputados regionales, parlamentarios nacionales, eurodiputados, que pasan de unas listas a otras como cabezas de cartel o en puestos destacados en listas electorales, sin terminar las legislaturas en los puestos para los que salieron elegidos.

¿Por qué, entonces, debemos creer en sus palabras, en sus promesas, en sus compromisos?

¿Por qué la ambiciosa Cospedal iba a ser distinta y nos iba a hacer creer lo que en estos meses, reiteradamente, se ha empeñado en decirnos sobre su identificación y compromiso con esta tierra castellano-manchega?

Ya lo sabíamos, a la primera iba a salir por patas. Para ella, como para tantos, solo somos un instrumento para su ambición. Ya sabemos, "palabra de político", no encontrarás algo de menor valor.

Recuerdo a Cospedal diciendo que cuando los dioses quieren castigar a los pueblos les envían reyes jóvenes, para referirse al lider de Ciudadanos. No, el verdadero castigo proviene de los políticos como ella, los que son ajenos al pueblo pero instrumentalizan a estos para sus propios intereses y cuando no les servimos los dejan tirados. Y no hacen faltas dioses que los envíen, ya se bastan ellos solitos.

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viernes, 6 de noviembre de 2015

CURIOSA CUESTIÓN (Página nº 3330)

El Gobierno ve con naturalidad que el Presidente del Tribunal Supremo pueda ser militante del partido político que lo promovió al cargo y que puede tener que decidir sobre temas planteados por ese mismo Gobierno pero ve intolerable que un militar, que ha solicitado su cese, a petición propia, para alistarse con Podemos, pueda hacerlo porque rompe el principio de neutralidad política.

A mí me gustaría que el principio de neutralidad política afectase por igual a jueces que a militares, que los partidos políticos y gobiernos no jugaran a promover a jueces y militares de confianza a puestos destacados, pero si no es así avergüenza la hipocresía, la doble vara de medir y el descaro de los políticos.

Es más, veo más relevante y grave que el Presidente del Tribunal Supremo sea o haya sido militante del partido cuando se le ha aupado a ese cargo que lo pueda ser un militar que ha sido relevante pero que ya ha pasado a la reserva.. No gustándome ninguna de las dos situaciones me parece que parece más grave la primera que la segunda.

Como siempre prefieren tratarnos como imbéciles en vez de comportarse como gente sería, honesta y de fiar.


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jueves, 5 de noviembre de 2015

NO HAY VERDAD MÁS ABRUMADORA QUE LA MENTIRA (Página nº 3329)

En nuestra sociedad cuestionamos desde el primer segundo la verdad. "Será tu verdad", "es que depende del punto de vista", "la verdad no es siempre lo que parece", "eso es una verdad relativa", "no sé hasta que punto será verdad".

Seguramente porque es más fácil la mentira, incluso cuando tratamos de decir la verdad, de ser sinceros. Como la verdad nos desnuda ante los demás, para bien o para mal, nos hemos acostumbrado a adornarla, a disfrazarla, para protegernos, pero también para adularnos, atacar, presumir, para no hacer daño o consolar. Y cuando matizamos la verdad lo hacemos a través de pequeñas, quizá inocuas mentiras, pero mentiras al fin y al cabo.

Decía George Orwell que "en una época de engaño universal decir la verdad es un acto revolucionario" y la frase sigue siendo absolutamente vigente, porque nos guste o no es más rentable la mentira porque podemos adecuarla mejor a nuestros intereses, nos incomoda menos y traslada la duda a los demás. Por eso uno de los actos más difíciles es admitir la verdad cuando nos afecta o nos obliga.

Estos días vemos el bochornoso espectáculo de Rossi y Márquez, de los intereses empresariales de Dorna, Yamaha y Honda, del patético patriotismo de Rajoy y Renzzi y aún más de los medios informativos españoles e italianos, capaces de ignorar imágenes y envolverse en las mentiras, acogidas con entusiasmo por los fans de unos y otros. ¿De veras importa la verdad, alguno de los aludidos iba a ser capaz de ser sinceros al cien por cien? Es evidente que no.

Pero no me llevaba a la reflexión este lance sino la película que vi ayer, aprovechando la Fiesta del Cine: "La verdad", sobre el affaire "Rathergate", una estupenda historia donde la verdad va quedando diluida ante la mentira, donde lo importante termina por sucumbir y no dilucidarse porque ya todo queda perdido entre tanta trampa y mentira, entre tanto silencio (otra forma de mentira como es callar la verdad) y confusión intencionada.

No hay que irse muy lejos, cada escándalo político español sigue esas mismas pautas, pero se extiende a todos los campos. Combatimos la verdad con mentiras porque dicha verdad no se desea, no resulta cómoda o no conviene, y por eso es evidente que no hay verdad más abrumadora que la mentira, aunque entre tanta mentira aún conservemos la esperanza de encontrar un poco de verdad.


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miércoles, 4 de noviembre de 2015

EL INDEPENDENTISMO MANCHEGO (Página nº 3328)

¡TENEMOS DE TÓ!




¡Por pedir!

CONTESTANDO SOBRE EL GRUPO MUNICIPAL SOCIALISTA (Página nº 3327)

Contesto al siguiente comentario:

Toten en el pleno se pudo ver a un grupo PSOE en su horas más bajas, crees que después de la imagen que dieron tiene solución?"

Sí, claro, creo que tienen solución, y esta puede llegar a corto, medio o largo plazo.

A corto parece más complicado porque es gente que llega nueva a la política de primera línea y les pueden más las ganas que el oficio. Incluso el más veterano, Díaz del Campo, en sus tres años de concejal no parece haber evolucionado ni podría así servir como guía inicial de sus compañeros. Están verdes, muy verdes, verdísimos, y tener ilusión no basta. Tendrán que ir cogiendo experiencia, asomar colmillo, echar horas de trabajo, para ir ganando en capacidad, en esgrima política, en generación de propuestas, y en el caso de la que fue candidata en liderazgo, y eso lleva su tiempo.

Llama la atención que nos hemos pasado legislaturas oyendo a los dos alcaldes socialistas y sus portavoces echar en cara al PP que no proponían, que no trabajaban, que no hacían los deberes, y ahora, en estos años, al alcalde popular y sus portavoces achacando lo mismo al grupo municipal socialista. Y en ambos casos con bastante razón. Eso es lo primero que tienen que hacer los concejales del PSOE, evitar esa sensación de ir de vacío y no aportar y eso se consigue trabajando.

A medio plazo cabe pensar que irán tomando experiencia, mañas, para sacudirse ese aspecto de pardillos políticos, confiados, con todo escrito, como sin querer molestar demasiado. Yo creo que es una evolución que se da en casi todos con cierta naturalidad y que puede descubrirnos políticos que ahora no se ven, con mayor garra, más combativos en la argumentación y más fiscalizadores.

A largo plazo, desde luego, la solución pasaría porque en las próximas elecciones el PSOE consiguiera presentar una lista mucho más sólida, ilusionante, atractiva, y no me cabe duda de que hay personas que pueden liderar con mayor peso la candidatura socialista tanto para gobernar como para hacer una oposición más valorable.

Eso sí, creo que también hay que tener en cuenta que haber dado el paso de presentarse en una lista y tratar de hacer desde la oposición ya es meritorio porque en ese acusar de "no trabajar" no es que no haya trabajo real invertido sino que, a pesar de todo, no se generan propuestas o no se transmiten adecuadamente para demostrar que de verdad los temas han sido trabajados entre pleno y pleno.

Como siempre ésta es mi opinión y en cualquier caso no tengo otra distinta.


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martes, 3 de noviembre de 2015

CRASO ERROR (Página nº 3326)

El ministro Méndez de Vigo admitió que, cuando hace escasos meses fue nombrado para dirigir la Educación, que no era su campo pero que se esforzaría en aprender. Desde ese momento ha hecho afirmaciones que demuestran que no hace bien la tarea de estudiar, que solo se trata de un político que podía estar en cualquier otro puesto con idéntica sapiencia, y entre las últimas perlas ha soltado la de la posibilidad de vincular parte del sueldo de los docentes a los resultados de sus alumnos, una muestra más de su desconocimiento.

Llevo trabajando treinta cursos, he pasado por colegios de tres unidades, incompletos, de una, dos y hasta tres líneas, he dado todos los niveles desde E. Infantil de 3 Años hasta Octavo de E.G.B., he impartido casi todas las especialidades excepto Inglés y Ed. Especial, he estado en colegios rurales y en colegios de ciudad todos ellos públicos, y por tanto conozco muchas realidades distintas que me permiten valorar como un error la vinculación de parte del salario a los resultados obtenidos porque sería un acto de injusticia comparar resultados sin tener en cuenta en qué condiciones se realiza el trabajo y que, demostrado está, influyen en esos resultados objetivables pero no objetivos comparativamente.

Vale que es necesario mejorar, y mucho, la formación del profesorado, algo que nunca se ha tomado en serio por las administraciones, pero no aceptaré nunca que se culpe a los docentes del fracaso escolar cuando la formación recibida no ha sido la deseada por ellos y son las primeras víctimas de la falta de planificación formativa, de las leyes y de las condiciones en las que deben realizar su trabajo. Y esto no significa que seamos inocentes de los males, que nos creamos ajenos al problema, pero una cosa es sentirse parte del problema, con muchos otros factores y algunos más importantes, y otra querer focalizar injustamente al profesorado de un sistema que les ha excluido siempre en la participación en alguna etapa de la elaboración de las muchas leyes que llevamos padeciendo.

Pero volvamos al tema poniendo un ejemplo. En mi colegio se realizan estudios estadísticos sobre los resultados desde hace muchos años. En algunos de ellos, recuerdo ahora un grupo de Primer Ciclo y otro de Segundo Ciclo, ambos de Ed. Primaria, en la que los alumnos de mi tutoría obtenían los mejores resultados de todo el colegio. También otros grupos que he tenido, en esos mismos niveles, donde los resultados no eran de los destacados. ¿Acaso es que unos años trabajaban yo fenomenal y otros pasaba de mis tareas? Evidentemente no. ¿Acaso me he considerado mejor que mis compañeros por ello o peor cuando los resultados han sido inferiores? Claro que no, porque conocía las condiciones en las que trabajaba cada cual y entendía que los resultados se explicaban en función del propio grupo de alumnos, la presencia de chavales con necesidades educativas especiales, alumnos que venían de repetir y terminaban repitiendo al final del ciclo, los alumnos con una realidad familiar compleja, el acierto de los agrupamientos, la respuesta de los padres a las demandas de los profesores, el absentismo, la problemática disciplinaria, el número de alumnos por aula y otros muchos aspectos que deben ser considerados y que el ministro parece ignorar igualándonos y no teniéndolos en cuenta.

No crean que temo a las pruebas objetivas externas, incluso por fortuna las realizadas hasta el momento por la Junta desde hace casi una década han deparado buenos resultados, siempre significativamente por encima de la media regional, pero creer que eso significa que somos mejores es estúpido e injusto cuando no queremos entender que los resultados no solo están condicionados al trabajo del docente concreto sino que intervienen muchos más elementos para explicar el rendimiento y los resultados.

Es más, si yo valorara que los ministros cobraran una parte del sueldo en función de sus resultados algunos lo pasarían canino, y no solo por su capacidad y eficiencia, sino porque hay ministerios que tienen más fácil lograr buenos resultados aunque esté al cargo un membrillo que otros en los que la situación económica hace muy complicado lograr buenos resultados aunque al frente haya un ministro competente y brillante. Y no entender esto es no estar a la altura de la realidad.

En definitiva, apostar por este sistema de vinculación a los resultados es un craso error, Apuesten, si quieren, por mejorar el sistema de estudios de la formación del profesorado, que se reclama desde hace décadas, pero no nos simplifiquen estadísticamente para cometer otro más de los dislates a los que nos tienen acostumbrados.

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LEOPOLDO O EL SÍNDROME DE CENICIENTA (Página nº 3325)


Fue lo que pensé cuando nuestro alcalde, tan obsesionado con el cronometro, en el punto de Urgencias, Ruegos y Preguntas, dijo eso de "Ustedes hagan todas las preguntas que quieran, que cuando sean las doce yo corto el Pleno". ¿Acaso, como Cenicienta, ha de salir pitando del salón de Plenos como si fuera a perder un zapato de cristal?

Conste de lo digo en broma pero, pensándolo bien, no entiendo que si en alguna ocasión, por circunstancias, se llegase a las doce de la noche sin haber terminado la sesión plenaria, y aunque el reglamento fije que ha de terminar abruptamente dicho Pleno, y tal como se ha hecho en otras legislaturas, yo preferiría que los temas fueran tratados a que se quedaran colgados hasta el siguiente mes. Es decir, aunque los reglamentos están para cumplirse también están para ser modificados cuando se trata de responder a las necesidades reales y si estuvieran los grupos de acuerdo no entiendo que no pudiera prolongarse el Pleno quince o veinte minutos después de las doce de la noche, o mejor, modificar dicho reglamento para empezar a las seis o siete de la tarde, porque sería menos entendible que el reloj impidiese cumplir el Orden del Día y obligar a posponerse puntos que pueden ser relevantes para los intereses de Daimiel.

Me parece que en el fondo se concibe el Pleno Municipal como un trámite necesario, pero trámite al fin, porque si no someter un órgano colegiado fundamental a la dictadura del cronometro parece un disparate. Y no me refiero a la duración de las intervenciones, que puede ser aceptable y más con un Galo que consumiría todo el tiempo del mundo si le dejaran, sino a esa hora en la que Cenicienta queda en perder zapatos y ver romper hechizos, la hora en la que Leopoldo se apremia a cortar por lo sano se pregunte lo que se pregunte y aunque pueda quedar todo sin contestar.

¡Semos serios, lo primero es el Pleno y lo secundario la hora de terminar!

Y aquí corto por lo sano, que ya es la hora.


lunes, 2 de noviembre de 2015

"¡NO HAY FORMA DE PARAR ESTO!" (Página nº 3324)

Ricardo Sáez, concejal, entre otras cosas, de Parques y Jardines dice, a cuenta del vandalismo, que "¡no hay forma de parar esto!".

Supongo que es muy complicado pero me llama la atención lo entregado de la frase, esa declaración casi de rendición que no puede admitirse porque sería reconocer que o no se hace todo lo posible o que los vándalos tienen ya ganada la impunidad.

Izquierda Unida propone campañas de concienciación, algo que puede ser eficaz a medio y, sobre todo, largo plazo, pero que parece que servirá de poco a corto plazo.

¿Entonces? Conociendo que los actos vandálicos se producen en horarios que generalmente no son de ocupación natural de los usuarios, sino durante la madrugada, caben varias soluciones: zonas de juegos con cerramientos, cuando se pueda 8ya sabemos que sería costoso), cámaras de seguridad en las zonas más conflictivas, mayor frecuencia de paso de las patrullas de policía local y guardia civil, que por experiencia conocen bien la "fauna nocturna" que busca esas zonas y que luego tienen cierto correlato con destrozos que se aprecian a la mañana siguiente, la disuasión de los minibotellones que en esas zonas prohibe la ordenanza daimieleña, la colaboración ciudadana que, aunque no frecuente, deberían velar por la buena conservación de los equipamientos en sus barrios.

También veo en el alcalde esa actitud de derrota, de renuncia a frenar el vandalismo. Y creo que lo último es asumir que esa guerra está perdida porque entonces sí que tiraríamos la toalla ante el hijoputismo local, esos pequeños grupos de vándalos crecidos al calor de la noche, la impotencia y la impunidad.

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domingo, 1 de noviembre de 2015

¡CARAMBA CON LA MOCIÓN! (Página nº 3323)

El Partido Popular daimieleño presenta una moción en el Pleno que se celebrará mañana. Se trata de un texto de apoyo a los trabajadores de Tragsa en los parques nacionales de Las Tablas de Daimiel, de Cabañeros, y los que trabajan en los Quintos de Mora. El motivo, colijo, es que, al parecer, el Organismo Autónomo de Parques Nacionales se plantea traspasar la gestión de los existentes en Castilla-La Mancha a la comunidad autónoma y los sindicatos temen que eso repercuta en el personal contratado por Tragsa, actual adjudicataria del servicio de bomberos forestales, y que los ochenta trabajadores puedan ver en peligro sus puestos de trabajo. Hasta aquí, claro, cualquiera valoraría como positiva la moción de apoyo que se presentará en la sesión plenaria del Ayuntamiento de Daimiel, incluso aunque tenga ese carácter preventivo y no se sepa con seguridad nada al respecto.

Pero claro, mirando el detalle resulta que la decisión queda en manos del Gobierno de Castilla-La Mancha que, por supuesto ya no rige Cospedal sino Page, y eso nos lleva a pensar en el oportunismo tramposillo de la moción que, seguramente, persigue dos cuestiones, una dar la sensación de volcarse con esos trabajadores, algunos de ellos paisanos nuestros, y obligar a retratarse a los otros dos grupos municipales.

Me dirán que pienso mal, que solo están haciendo lo que deben hacer, aunque sea lo que otras veces criticaron en los demás, y que parecería mezquino discutir la pertinencia de la moción, que yo desde luego apoyo, pero me gustaría señalar que este verano las brigadas de bomberos forestales han estado en huelga indefinida a nivel nacional, incluidos los de Castilla-La Mancha y entre ellos los que ahora son defendidos y que desarrollaban su trabajo en las Tablas de Daimiel, Cabañeros y Quintos de Mora. Pueden leerse las crónicas de las manifestaciones, de los plantes ante el Ministerio de, entre otras cosas, Medio Ambiente y las reclamaciones a la ministra ante las condiciones laborales que los trabajadores estimaban lesivas para sus intereses. Curioso, aquello no mereció moción alguna de los populares daimieleños, aunque afectaba a los mismos retenes a los que ahora pretende ayudar. Lo mismo es que el hecho de que a quienes responsabilizasen de su situación y reclamasen medidas, aparte de la empresa Tragsa, fuese a la misma ministra, perteneciente al Gobierno de la Nación formado por el propio Partido Popular. ¡Vaya!, déjenme pensar mal, pero lo mismo las mociones no buscan hacer justicia con los trabajadores en cualquier circunstancia sino solo cuando a quienes cabe culpar no son los suyos sino los de los partidos rivales. 

¡Caramba con la moción! Lo mismo hay motivos sobrados para pensar "mal" y hasta creer que de haber seguido gobernando Cospedal ni de coña el PP daimieleño hubiera presentado esta moción.


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FRANCO MURIÓ HACE CUARENTA AÑOS Y NO HEMOS SIDO CAPACES DE ENTERRARLO (Página nº 3322)

Esa es la sensación que tengo. Vi morir a Franco cuando era un chaval, alumno de Octavo de E.G.B., postrado en cama con reposo absoluto por un problema de hígado. A falta de otro entretenimiento me tragué todo lo televisado en aquellos días, las largas colas ante el féretro, las exequias, dejando claro que aquel hombrecillo omnipresente y temido había terminado por ceder a la muerte. A mi alrededor vi alegría y tristeza, esperanza y temor, sobre todo incertidumbre. Eso era el futuro, incertidumbre.

Cuarenta años después el país caminó hacia la democracia y pasadas casi cuatro décadas da la sensación de que no hemos terminado de enterrar al dictador. Unos porque pelean por borrar todo rastro franquista, otros porque alegando que es una página pasada se emperran en no dar los pasos necesarios para que eso sea cierto, otros, los menos, porque siguen creyendo que aquello era mejor que esto.

Sinceramente, cuando la democracia empezó a consolidarse jamás pensé que a estas alturas seguiríamos resucitando debates sobre la condena o no del franquismo, sobre la necesidad o no de recuperar los restos diseminados en las cunetas, sobre eliminar en los callejeros la huella de aquellos tiempos, sobre retirar medallas al dictador. Creo que todo esto debiera haber sido resuelto y que desde una democracia, todo lo contrario de lo que representaba aquel individuo, la condena debiera haber sido natural y unánime, que recuperar los restos de cualquiera de las víctimas de una guerra civil tendría que haber sido una asignatura obligada, pero que, al mismo tiempo, reconociendo que la dictadura ya es parte de la historia de España, nos guste o no, debíamos habernos dedicado a enterrar ese "muerto" estéril cuyo recuerdo solo debía servir para no repetirse de nuevo, y concentrarnos en darle fortaleza, valor, calidad, a una democracia que sí debía ser el futuro mejor.

Cuarenta años después sigue Franco asomando cada dos por tres, seguimos mirando demasiado hacia atrás sin haber resuelto casi nada, seguimos menudeando sobre un legado que tenía que estar ampliamente superado, y seguimos perdiendo oportunidades de dejarlo enterrado y bien enterrado y volcarnos con un presente democrático que necesita arrimar el hombro para detener su descomposición tras décadas de corrupciones, intervencionismos, conchabeos y enfrentamientos. Porque el presente, y debiera ser el futuro, es una democracia. Eso sí, una democracia plural, donde los poderes estuvieran claramente diferenciados e independientes, donde la legislación fuera durísima con la corrupción (no solo política), donde de verdad se gobernara con todos y para todos, una democracia ejemplar donde no tuviera cabida ni el menor rastro y recuerdo de ese Franco que, todavía en 2015, no enterramos de una puñetera vez por no querer resolver lo que hace décadas tenía que haber sido resuelto. Pero ahí estamos todavía, a medio camino, mostrando la torpeza e incompetencia que mantiene al muerto vivo porque ni resuelve eso ni es capaz de resolver los verdaderos e importantes problemas de la España del siglo XXI, los problemas que afectan e interesan a la mayor parte de la población, esa que afortunadamente ya no vivió el franquismo pero que quiere trabajo, comida, servicios públicos eficientes, honestidad política, y al que la suerte de aquel cadáver concreto, una rémora para la democracia, le importa una...


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