domingo, 22 de enero de 2012

MOTIVOS PARA DESCARTAR UN SUICIDIO (Página nº 672)

Era el 19 de abril de 1958 cuando se produjo uno de esos episodios trágicos en Daimiel. Una mujer había caido en una tinaja llena de agua para así, dice el suelto de Lanza, prepararla previamente al envasado de quinientas arrobas de vino.

La muerte debió causar gran costernación pero traigo el recorte de hemeroteca porque el redactor del suceso, emulando al CSI pero sin ningún tipo de respaldo científico en sus conclusiones, descarta el suicidio atendiendo a una hipótesis cuando menos curiosa:



Efectivamente, como han leido, la clave de la época para descartar el suicidio era "pertenecer a una familia muy cristiana y de buena posición económica", como si sólo se restringiera el suicidio a los descreidos y ateos y a los pobres y desheredados.

Posiblemente aquella mujer sufriera un desgraciado accidente al caer en la tinaja llena de agua, de la que no pudo salir, pero me parece curiosísimo cómo camina el razonamiento de la época para eludir una opción suicida, también algo muy habitual en la pequeña historia daimieleña.

2 comentarios:

  1. Se juntaron los prejuicios con la mentalidad de la época donde el suicidio estaba mal visto y salen con eso de la familia cristiana y la buena posición, como si el suicidio, de haber ocurrido, fuera siempre de locos, maleantes o pobres.

    ResponderEliminar
  2. Pues da la casualidad, que no fue ningún suicidio, ocurrió por una fatalidad, ya que había un serón y tropezó en el, con el resultado que todos sabemos.

    ResponderEliminar