Se han casado la Duquesa de Alba y el Funcionario de Trabajo en lo que ha sido una más de las bodas del Milenio, que es que nos pirramos con estas mascaradas. El entusiasmo de la novia contrastaba con la seriedad del novio y el cabreo atenuado de los cinco hijos, apenas medio conformes tras recibir la herencia pactada. Y por pasar el rato les he dedicado, a todos ellos, este sonetillo ducal:
Se nos casó la Duquesa
con su apolineo Doncel,
ella como un cascabel
y él como un ave de presa,
*
y juntitos en la mesa
a ella le arde la piel
pensando en lunas de miel...
y él quiere que salga ilesa,
*
mientras la prole, distante,
toma un anticongelante
que les fuerce unas sonrisas
*
pues parecen disgustados,
como si los desposados
se casaran por las prisas.
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