martes, 21 de febrero de 2012

UNA JORNADA ENCANTADORA (Página nº 762)



No era fácil arrancarme del sillón. Sin plan previo, ya demasiado tarde para casi cualquier cosa, jamás hubiera imaginado una jornada tan encantadora como la del pasado domingo. Posiblemente porque no me gusta estar sometido a la improvisación y me pierdo, con ello, la seducción de lo imprevisto, su innegable atractivo. O quizá porque, además, una buena compañía convierte lo demás en algo relativamente secundario y uno se entrega a ese disfrute de la conversación relegando casi todo lo demás.

Lo cierto es que acercarnos a Puente Navarro y luego adentrarnos hacia Las Tablas pudiera tener poco de novedoso, un regreso más, el enésimo, a un espacio propio que promete emociones sensoriales pero, crees, que ninguna sorpresa. Puede que por eso uno vaya desarmado de expectativas y nada presto a la novedad de modo que, sólo así, será más fácil sucumbir a ella.

La mía fue conocer, ¡por fin!, a Julio Escuderos, al que he traído varias veces al Diario Improbable pero con quien nunca había coincidido, un hombre sencillo al que pillamos comiendo y a quien no quisimos, por ello, molestar demasiado. Allí andaba su barca, sus perchas, ese espacio singular ahora que fue toda su vida, su única vida quizá.



O detenerme a sentir la quietud, la honda serenidad de un horizonte donde la mirada apenas se detiene para terminar perdida en un punto cualquiera mientras te sientes especial espectador de ese embelesador paisaje.



Pero no sé por qué siento sobre todo el placer de mirar en compañía, de encontrarme tan cómodo y a gusto con quienes me rodeaban en esa jornada tan cordial como amena que estoy convencido de que fue sobre todo eso lo que la hizo cautivadora, inolvidable, sencillamente perfecta.

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2 comentarios:

  1. ¡Cómo me alegro que lo pasaras tan bien!

    Y lo cuentas de una forma, que parece

    que lo estoy viviendo yo también

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  2. Ciertamente que disfrutamos de unos paisajes de naturaleza y humanos que son para nota. Y es que como comentamos en algún momento de la jornada: !vaya suerte que tenemos con tener una maravilla como Las Tablas, aquí al lado!.

    Yo aún no he sacado las fotos que hice, y es que en estos días carnavaleros hay muchos motivos fotogénicos, y no doy abasto, pero ya veo que las tuyas son geniales.

    Y ya sabes, que los artistas vivimos de la improvisación, a veces sale bien y a veces no, pero como tú dices, lo impórtate es disfrutar de la buena compañía.

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