TURNO DE PREGUNTAS (Página nº 729)

Otra cosa que me llama la atención de los plenos es todo lo que se circunscribe al turno de preguntas. Por ejemplo:

¿Se han fijado que la formulación de las preguntas ocupa mucho más tiempo que las respuestas?

Me parece llamativo y poco lógico. Esto, claro, se debe a la argumentación previa de la pregunta que se formula pero, en ocasiones, también a lo escueta de la respuesta, que en algunos casos, ni siquiera cabe entender que dé respuesta a lo preguntado.

Yo soy partidario de que se argumenten las preguntas pero también las respuestas porque estamos muchas personas, unos presentes en sala y otros siguiendo la retransmisión de televisión o radio, y a veces no es fácil entender el contenido de lo preguntado o de lo respondido.

Además, cuando la fundamentación de la pregunta se prolonga en demasía es complicado seguir el discurso de quienes la formulan. Y en esto es el rey Galo, que a veces utiliza este previo para regresar a una réplica de algún punto anterior, y que se recrea en los circunloquios, en ese cansinismo tan habitual que logra perderte de vez en cuando con lo prolijo de sus introducciones. Creo que ese recurso a utilizar una argumentación para meter la cuña de algo ya tratado está de más y es tramposo.

Luego está la actitud defensiva de algunos miembros del Equipo de Gobierno y ese aparente malestar que demuestra Leopoldo en ese turno exigiendo concreción y limitando el derecho a la exposición, como si estuviera realmente incómodo en esa fase del Pleno Municipal. Mientras al PSOE, en la legislatura anterior, le fastidiaba no conocer las preguntas con antelación, al PP parece fastidiarles aguantar la argumentación de esas preguntas y mete prisa como para liquidarlas cuanto antes.

Quizá todos debieran reconsiderar estos aspectos. Preguntas argumentadas pero sin alargarse innecesariamente, respuestas a lo que se pregunta y sin irse por los cerros de Úbeda, asunción de que ese punto concreto del Orden del Día es algo más que un relleno y que, al contrario, a veces es la parte más interesante y por lo tanto ha de acogerse sin tanto malestar, no aprovechamiento del turno para regresar a lo ya expuesto y tratado y cierto orden para contestar según se formularon y así facilitar el seguimiento de lo tratado. Con todo ello me parece que los plenos y los ciudadanos saldríamos ganando.

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