Hay cosas que no tienen una explicación razonable. Resulta que de la prohibición de circular a más de 110 km/h que ha regido tres meses hemos sacado un ahorro, dicen ellos, de 450 millones, un descenso de los accidentes y víctimas y, esto no lo cuentan, un incremento de la recaudación por multas, y sin embargo ante esa maravilla contable la medida que se toma es eliminarla. Osea, la quitan por efectiva, sin que hayan variado las condiciones que la impulsaron pues ni ha variado el gasto energético ni la situación de crisis. ¿Entonces?
Que conste que estoy posicionado en contra de la primera medida, la de reducir la velocidad máxima, y que ni los expertos tienen claro que las cifras de ahorro ofrecidas sean ciertas, aludiendo a otros aspectos como la menor capacidad de las familias para viajar para explicar parte del posible ahorro que sus impulsores pretenden monipolizar en su medida. Pero, aún así, tampoco yo creyéndome esas cifras, encuentro inexplicable esa loa a su acierto para, un segundo después, eliminar esa medida triunfante.
Que conste que estoy posicionado en contra de la primera medida, la de reducir la velocidad máxima, y que ni los expertos tienen claro que las cifras de ahorro ofrecidas sean ciertas, aludiendo a otros aspectos como la menor capacidad de las familias para viajar para explicar parte del posible ahorro que sus impulsores pretenden monipolizar en su medida. Pero, aún así, tampoco yo creyéndome esas cifras, encuentro inexplicable esa loa a su acierto para, un segundo después, eliminar esa medida triunfante.
La prensa ha aireado los enfrentamientos entre ministros cuando deliberaban sobre la supresión o no en el Consejo de Ministros del viernes pasado y contaban que Rubalcaba era el más acérrimo defensor de quitarla frente a Miguel Sebastián y Garmendia. ¿Por qué?, ¿a qué esta contradicción?, ¿merecía entonces la pena este parche trimestral que sólo ha conseguido irritar a tantos?, ¿tendremos a vuelta de vacaciones otra marcha atrás, nuevas pegatinas, en cuanto los muertos aumenten, que lo harán si hacemos caso de los datos del periodo a 110 km/h?
No tengo dudas de que las velocidades máximas debieran ajustarse a las características de las vías y mientras elevaría las de aquellas rápidas (autovías y autopistas) reduciría la de ciertas carreteras que no reunen condiciones para circular a las velocidades fijadas. Eso es criterio y no capricho, justo lo que parece este voy-vengo de las pegatinas de quita y pon.
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