El Pleno Extraordinario no lo fue, extraordinario digo, pero, al menos, y como era de esperar, se vieron algunos detalles de lo que serán estos cuatro años, tensión y acritud.
Sí, esa fue la sensación que percibí, cuentas pendientes y actitud beligerante poco constructiva, olvidándose de nuevo de que el fin primordial de estar ahí es gobernar unos y colaborar, fiscalizar y proponer otros. Poca esperanza y demasiada rabia a ambos lados, gobierno y oposición.
De los intervinientes me dio la sensación de un Leo superado todavía por el cargo, inexperto en el manejo de la situación, verde, aunque tratara de argumentar las cosas y hasta soltara alguna andanada final esbozando aspectos económicos de los gestores anteriores. También vi un poco abrumada a Lola, intentando dar la réplica, agarrada a esa coletilla de "pueden estar ustedes seguros" y poco contenida en sus gestualizaciones.
De Cristina, muy suelta, la que más, me molestó su recurrencia a expresiones y alusiones efectistas o poco precisas, según le conviniese, y el uso tramposo de algunos datos que le fueron desmontados. Ha cogido muchas tablas pero tiene el lastre de su peso en la gestión anterior y oirla decir que no permitirán que se malgaste el dinero de todos después de acumular cinco millones de euros de deuda en el último ejercicio y otros tantos con Emumasa suena delirante.
De Galo me sorprendió cierta mesura, una actitud más suave que de costumbre, una contención formal no reconocible, aunque, como siempre, fue rápido y agudo en ciertas réplicas y algo confuso en parte de la exposición. De Juan Julián percibí cierto nerviosismo en esa puesta de largo, una tono de voz algo flojo y monótono y, eso sí, una exposición clara y sensata, demostrando que conocía el tema.
En definitiva una mayoría absoluta contra una oposición bicéfala, con guiños de Cristina a IU que no sé si prosperará, un querer y no poder de todos en busca de otra dinámica porque la artillería mutua está plagada de munición recordatoria, y un salón con bastante aforo que parece señalar mayor expectación aunque no sabemos lo que durará. Ah, y en el aire muchas dudas todavía y una situación económica preocupante.
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