UNA BUENA IDEA PERO... ¡CON MUCHO CUIDADO! (Página nº 1138)

Hoy, tras un día bastante ajetreado en Madrid, llego a casa y leo en daimiel.es que el Ayuntamiento negocia con la Dirección General de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha la cesión del uso cultural y turístico de la Motilla del Azuer, y que incluso hablan de "vientos favorables" para conseguir finalmente el objetivo.


La idea, por supuesto, me parece bien. Incluso ya escribí en su momento, hablando del turismo en Daimiel, que un verdadero reclamo, junto al P.N. de Las Tablas, sería la posibilidad de visitar, con guías, esa auténtica joya de la Edad del Bronce que tenemos la suerte de encontrar en nuestro término municipal y cuyo estado avanzado de las excavaciones permite tomar conciencia y aportar conocimientos de cómo se desarrollaba en ella la vida de sus pobladores.


Sin embargo me gustaría prevenir de algo. Ese espacio arqueológico, en condiciones ya de recibir visitas, es de un valor incalculable, el fruto de un esfuerzo continuado y serio con décadas a sus espaldas, un patrimonio que excede el ámbito local y constituye un hito por el nivel de conocimientos que ha permitido obtenerse sobre los primeros poblamientos existentes en nuestra zona. Por tanto cualquier iniciativa de hacerlo visitable debe garantizar, ante todo, su adecuado uso y eso supone una infraestructura básica de vigilancia y seguridad, personal cualificado para guiarnos en ese espacio, limitación de visitas sometidas a un cupo razonable, la mejora de los accesos y, a corto o medio plazo, un centro de interpretación aledaño que pueda y deba servir para hacer más didáctica y completa la visita.


Quiero decir con esto que no basta la idea sino que se ha de ser serios, comprometidos, responsables y capaces de convertir la Motilla del Azuer en un reclamo turístico de primer orden sin riesgo alguno patrimonial y en condiciones tan exquisitas que quienes lo visiten sean capaces de convertirse en los mejores propagandistas de ese espacio singular y capaces de atraer, por el boca a boca, a otros muchos potenciales visitantes. Creerme que he visitado muchos lugares y sé de lo que estoy hablando, y una mala organización, una pésima gestión, termina incidiendo negativamente en la joya patrimonial y creando malestar entre quienes accedemos a esos lugares donde las cosas no se hacen de forma adecuada. Y es que de no ser así, de no apostar por la excelencia, mejor será que dejemos estar la Motilla del Azuer como hasta ahora, aunque perdamos la magnífica oportunidad de ofertar semejante maravilla a quienes elijan Daimiel para visitarnos.


Por cierto, esta foto, que publiqué en el Diario Improbable el 18 de febrero de 2010, me encanta, a pesar de su incidencia sobre el yacimiento, porque explica, también, el vínculo de la motilla con el aprendiz de río que siempre fue el Azuer y la razón de su enclave allí:

Y no olvidemos que en el haber de nuestra localidad, lamentablemente, está la destrucción de otra motilla con una excavadora y que quedó impune, creo, porque a nadie se le había ocurrido darle el status de protección que debía tener para que eso jamás ocurriese. Y eso debe servir para que seamos capaces de exigir mucho antes de poner en riesgo cualquier patrimonio de valor, y no son muchos,  con los que nuestra localidad cuenta.


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