LIBROS, EDITORIALES Y COLEGIOS (Página nº 1133)

A mi entender es evidente que los libros escolares han de ser elegidos por quienes los utilizarán como complemento a su labor docente. Creo que eso está medianamente claro, aunque la elección de esos libros deban tener la duración mínima exigida de cuatro años (salvo autorización administrativa por causa justificada) y eso implica que en tal periodo puede que los profesores que hicieron la elección ya no estén en el centro y corresponda a otros utilizarlos.


Los criterios para su elección han de ser pedagógicos y en eso siempre sería conveniente que ni los estímulos editoriales ni los precios debieran terminar por condicionar la decisión. Esto, a veces, no es así y uno ha conocido, en veintiséis años de docencia, bastantes de esas prácticas de las que el responsable último es quien hace la elección del libro final.


En muchos de los casos, desde luego, la prevalencia en la lección de textos era pareja en esos criterios pedagógicos y el estímulo final, en forma de material didáctico para el centro, no suponía, en esencia, alteración real de dichos criterios.


Pero en otros sí, y eso, a mi entender, cuestionaba la decisión y a los que decidían, sucumbiendo a una zanahoria envenenada y dejándolos en mal lugar.

Hace años las editoriales "fichaban" como agentes a maestros y profesores de los centros educativos, a cambio de gratificaciones o comisiones, que tenían el efecto, en bastantes de ellos, de que se pusieran todos los libros de la editorial del fichado. Conocí, incluso, algún centro donde los representantes de otras editoriales eran hasta mal recibidos o filtrados a través de la Jefatura de Estudios que, curiosamente, era el agente de la editorial impuesta. E incluso conocí a maestros de ese colegio que se citaban fuera del centro con los representantes de las otras editoriales para poder conocer los libros ante la imposibilidad de acceder a las muestras que se habían dejado en la Jefatura de Estudios.


Ahora bien, no conviene hacer categoría de la excepción. En la mayoría de los colegios e institutos la elección de libros es un proceso normal donde se analizan los textos, se consensúa cuales de ellos reúnen las mejores condiciones para ser elegidos y se toma la decisión sin ningún tipo de condicionante. Yo, en todos mis años de trabajo, y cuando me ha tocado elegir, lo he hecho con total libertad y sin tener en cuenta más elementos que los pedagógicos, y así lo he visto hacer a la inmensa mayoría de mis compañeros. Porque de otra manera el libro se convertiría en un obstáculo más que en el vehículo del aprendizaje. O así lo entiendo yo.


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