EL CALOR NO ES LA EXPLICACIÓN (Página nº 1137)

El calor no es la explicación del posible brote de botulismo. Vale que sea el detonante pero no más. Navaseca, lo quieran o no, es un potencial espacio para que cada año asistamos a la aparición de la bacteria que lo provoca y lo es porque las condiciones del agua allí acumulada favorece su aparición y desarrollo en cuanto las temperaturas se disparan. Pero el calor no es un elemento excepcional en Daimiel durante el verano, sino una evidencia año tras año, y por tanto no se puede fiar a que tengamos un verano suave para esperar que no asome el temible brote.

Por lo tanto la posible solución para eliminar, o al menos minimizar, el riesgo de nuevos brotes pasa por un mejor tratamiento de las aguas vertidas a la laguna, la limpieza del vaso u otros procedimientos que pudieran llevarse a término. Es decir, acciones que corresponden a las decisiones de personas, de las administraciones implicadas y no al imperativo climatológico.

La prueba evidente es que Navaseca, en el último lustro, ha vivido cuatro brotes de botulismo (el último por confirmar), algo que no ha sucedido en ninguna otra laguna manchega y está claro que el factor calor no es muy diferente entre todas ellas, lo que desnuda esa circunstancia como causa.

Es tiempo de dejar la espera y la inercia y comenzar a poner los medios reales para que cada verano no ocupemos un titular más sobre lo mismo. Además, por el simple hecho de estar la laguna tan cerca del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel existe la obligación de evitar cualquier riesgo en un espacio protegido y excepcional. Y nuestro Ayuntamiento, en la parte alicuota que le corresponda, debe tomar iniciativa también para blindarnos, en lo posible, contra la bacteria Clostridium Botulinum.