martes, 17 de enero de 2012

SORPRESA LECTORA (Página nº 653)

Cuando ayer encontré este recorte en la hemeroteca de Lanza me sorprendió agradablemente los datos que el cronista daimieleño Juan de la Mancha ofrecía sobre las estadísticas de lectores que había registrado la poco antes inaugurada Biblioteca Municipal y que ocupaba un espacio independiente en el edificio del Mercado. Incluso con el margen de estadística interesada las cifras me parecen excepcionales para una biblioteca con apenas tres años de vida, ¡ y en 1964!, que es el año al que se refiere el balance de la crónica, firmada en enero del 65, cuando todavía el analfabetismo funcional era significativo.




(Pinchar para leer el contenido de la imagen)



Durante muchos años acudí a esa biblioteca a leer las aventuras gráficas de Asterix y Obelix, Tintín, Mortadelo, Lucky Luke y aquellos libros de cantos rotos y reparados de Enid Bliton o los Blok de Montserrat del Amo, todos aquellos libros de Julio Verne que devoraba con pasión y en general cuanta literatura infantil y juvenil caía en mis manos hasta que allá por los catorce sucumbí a Baroja o Unamuno. Y nunca tuve la sensación de que fueramos tantos, ya en los setenta, quienes acudiéramos a aquellas instalaciones donde pasábamos mucho tiempo y de donde hasta en un par de ocasiones me echaron por hacer unas risas impropias.

La Biblioteca Municipal, junto a la escolarización obligatoria, democratizó el acceso a la lectura y posiblemente por eso hay que entender la gran acogida que tuvo su creación tras la inauguración del edificio del Mercado en diciembre del 1960 y considerarlo uno de los hitos culturales de nuestra ciudad.

De lo que no estoy tan seguro es de que la foto corresponda a la Biblioteca Municipal pues esa cristalera, a la izquierda, me recuerda más la biblioteca del Instituto Laboral antiguo y hoy Centro del Agua. Y en esto si alguien puede añadir algo le estaría agradecido.


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11 comentarios:

  1. No, no parece que sea la biblioteca municipal.

    En una época de mi vida fué tan importante ese lugar que cada vez que paso por la puerta no puedo evitar un escalofrío de emoción.

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  2. Si Juan de la Mancha nos lo pudiera contar...

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  3. La crónica tiene párrafos maravillosos como este:
    "son los mismos chicuelos que antes hacían travesuras sin cuento por calles y plazyuelas; los mismos mozalbetes que se arracimaban en los antros sin higiene de los "futbolines", aunque todavía queda bastante de esa lacra..."
    Acudir a la hemeroteca también nos lleva a esa forma peculiar de describir la realidad.

    En cuanto a la foto dudo pero está claro que los datos sí se refieren a la Biblioteca Municipal que estuvo en el actual Archivo Municipal.

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  4. Yo tambien guardo gratos recuerdos de aquella biblioteca.
    El maravilloso momento de abrir aquellas puertas de madera, de encontrar de frente aquellas dos señoras bibliotecarias que nada mas entrar me miraban y sin palabras transmitian que aquel era un lugar de silencio y respeto hacía los demás. El momento de acercarme a las librerías y escoger un libro. El momento de acercarme a la mesa de las señoras y en sus fichas poner el titulo del libro escogido y mi firma, de sentarme en aquellas mesitas y evadirme de la realidad fantaseando con aquellas lecturas que me hacían soñar en mundos desconocidos.
    Ya de más edad, acceder a la zona de estudio, en aquellas largas mesas con posibilidad de encendido, que tanta curiosidad habían despertado en mis años infantiles. El olor tan caracteristico de los libros añejos olvidados en las estanterías y el olor de los nuevos que me gustaba ojear y tocar. Las risitas y los murmullos cuando iba acompañada de mis amigas, las miradas de reojo al chico que me gustaba, el enfado de la señora María, el dedo en su boca diciendo Chisss(silencio).
    !Que gratos, y ya, que lejanos recuerdos!
    Gracías por evocarlos esta noche.

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  5. Se me ha olvidado comentar que yo tampoco recuerdo esas cristaleras. Esa fotografia no corresponde a la biblioteca, yo no la recuerdo así.

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  6. Fue tan importante la biblioteca en para mi, que dividió mi vida en un antes y un después. De familia muy humilde, con unos padres con "las cuatro reglas", la biblioteca me abrió a un mundo que de ninguna otra manera podría haber accedido. Me enseñó sobre todo que hay muchas posibilidades en la vida y que yo podría acceder a la que quisiera.

    El olor, las dos mujeres, y la satisfacción que me produjo que me dejaran, un buen día, acceder a la zona de adultos para leer mi primera poesía, es lo que más recuerdo.

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  7. Para mí la Biblioteca Municipal siempre tendrá un nombre, Fernando Aguirre. Gracias allá donde estés por todo lo que me ayudaste a encontrar, siempre solícito, el libro que me convenía.

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  8. Si, a mi ya me pilló tarde, los últimos años, pero tienes razón, Fernando hizo una estupenda labor de orientación.

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  9. Fernando Aguirre fue la primera persona capaz de gestionar como se debía la Biblioteca Municipal y es cierto que podía orientar mucho a las gentes que acudíamos tratando de buscar información y datos para trabajos.

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  10. Soy el primero que ha hablado de Fernando Aguirre, y estoy de acuerdo en lo dicho. Fernando ayudó a mucha gente a prepararse oposiciones, trabajos de todo tipo, incluidos por supuesto los universitarios, e incluso a personas que se sacaban el graduado. Orientándoles en los temnas y consiguiendo bibliografía o simplemente, echando un capote a los menos avezados. Si Fraga tenía "el estado en la cabeza" Fernando tenía "la Biblioteca en la cabeza", pero al dedillo. Mil gracias, Fernando.

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  11. Estoy muy de acuerdo con lo de Fernando. Yo charlaba habitualmente con él. Era para mí, otro de los alicientes de ir a la biblioteca, y en alguna ocasión me ha recomendado libros interesantísimos, que me han influido en gran manera, y que sin él, creo que no hubiera conocido, pues no eran precisamente best seller.

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