Juan de la Mancha, cronista daimieleño de la época, escribía sobre los "pulmones" de las ciudades y hace balance de los que dispone Daimiel en febrero de 1965. Curiosamente se detiene en el Parque del Carmen con mayor extensión para alabar ese espacio pero a la vez para enumerar algunos de los problemas que aquejaban al nuevo lugar de esparcimiento daimieleño.
Como conocen de un tiempo a esta parte este Parque, desde prácticamente su remozamiento, ha generado una serie de problemas que ha provocado hasta recogidas de firmas por parte de los vecinos por el elevado número de quejas que provocan algunos comportamientos y el aumento de robos en la zona, y que lo han convertido en un espacio evitable por los antes habituales a partir de ciertas horas.
Me ha parecido pues curioso mostrar esa visión que el cronista ofrecía hace casi medio siglo, las soluciones que aportaba y esa sensación reinante de que nunca se acaban de tomar las decisiones necesarias al sentir de las gentes. Eso sí, para leer la croniquilla se debe pinchar en la imagen y verla a tamaño mayor:
Ahora bien, para ser justos con el Parque del Carmen debo decir que he pasado allí mucho tiempo, al vivir en "los Hotelitos", y tengo un feliz recuerdo de mi infancia y adolescencia vinculada a ese lugar. También que años después, finales de los 60 y todos los 70, yo fui uno de esos muchos chavales que jugaban allí al futbol o incluso al frontón en la fachada de la Plaza de Toros, y que quizá no siempre fue el lugar problemático que describe Juan de la Mancha ni el que es para parte del vecindario en estos últimos años.
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Muy gracioso eso de "lugar de refugio de enamorados vergonzantes". El Parque del Carmen fue un paraiso para los novietes a ciertas horas.
ResponderEliminarMejor era "el castillo", je je je
ResponderEliminarGuarrones.
ResponderEliminarjajaja buenísima lo crroniquilla ¿Quien era este Juan de la Mancha?
ResponderEliminarNo dista mucho de la actualidad... Me quedo con la plaza como"mentidero". Total!!!
ResponderEliminarBuen día,leído esto por un casual (no se quien pudiera ser ese Juan de la Mancha,) pero yo con mis 80 abriles a mis espaladas, no estoy de acuerdo con parte de lo que dice, yo disfruté poco de ese parque, entre otras cosas porque yo entonces era un trabajador de la rama agrícola y como quiera que parecía ser que los trabajadores de esta rama tenían menos derechos que los "chupatintas" y obreros de la RENFE, de la Olivinicola Centro España, de los de la industria de Don Ferderico Pinilla y don Vicente Rodríguez, por ejemplo, pues no nos llegaba el tiempo para el disfrute en ese parque ni en ningún otro sitio, luego ya como a partir del cincuenta y nueve que me fui al servicio militar, ya tomé otro rumbo y eso y el pueblo quedó atrás, por lo que los que hayan disfrutado de ese PARQUE en el cuerpo lo tienen.
ResponderEliminarPOR ELLO
Aquel que haya disfrutado
de ese parque daimieleño,
yo lo aplaudo por su empeño
si muy bien lo hubo pasado.
Los que no hubimos logrado
tener ese beneficio,
bien por causa del oficio
o por otros menesteres,
nos perdimos los placeres
del juego y del ejercicio.
Manuel Mejía Snachez-Cambronero.