miércoles, 21 de septiembre de 2011

ESCALA DE GRISES (Página nº 273)

Antes de nada y para evitar que vuelvan a acusarme de perfecto quiero advertir que no me postulo como modelo de nada ni referencia moral de lo que digo, que soy consciente de mis errores y limitaciones tanto o mucho más que de las de los demás. Dicho esto... vayamos a la escala de grises.

Leo muchas cosas sobre los profesionales de la enseñanza y la sensación que tengo es que los defensores y detractores sucumben al blanco y el negro y desdeñan toda esa escala de grises necesarios para entender las cosas. Y algo peor, existe poca autocrítica por unos y el recurso de hacer generalización de lo excepcional, y lo explicaré con puntos concretos por mi experiencia laboral de 26 años, incluidos 5 de interino.

Por ejemplo, hay quien para descalificar a los interinos dicen que no quieren aprobar para no tener que irse a destinos más alejados. Efectivamente, este tipo de interinos existe porque superponen ese aspecto a otros, pero lo dicen como si la mayoría de ellos actuasen así y eso no es cierto. Por lo que conozco muchísimos de ellos, la gran mayoría, tienen entre ceja y ceja aprobar la oposición y resulta lamentable que la postura de los menos se aplique a los más.

Por ejemplo, yo tambien conozco profesores que trabajan poco más de las horas lectivas y de permanencia obligada en el centro. Los hay, pero son muchísimos más los que acumulan un bagaje horario cercano o superior a esas 37 horas y no parece justo que exhibamos un mal ejemplo para aplicarlo como regla general.

Por ejemplo, tengo constancia de que hay profesores que supeditan la formación a cumplir las horas mínimas para garantizarse el sexenio. Sin embargo estoy acostumbrado a compulsar la documentación de formación de mis compañeros y la mayor parte de ellos superan ampliamente las cien horas por sexenio y corresponden a cursos vinculados estrechamente a su especialidad y labor cotidiana. Coger interesadamente el caso que favorece nuestra postura negando que es residual en el conjunto no es muy honesto.

Por ejemplo, conozco profesores que compatibilizan su trabajo docente con otras actividades que, posiblemente, resten tiempo a su dedicación. Existen, pero puedo decir, después de muchísimos años, que la inmensa mayoría tienen una dedicación exclusiva a su trabajo. Tirar de un docente-constructor o comerciante o abogado o agentes de seguros, que son los menos, para criticar a la totalidad es recurso artero y mendaz.

Podría poner más ejemplos, igual que podría decir que tampoco es cierto ese otro recurso de los criticados de ensalzar sin excepción la profesionalidad, el esfuerzo, el sacrificio, la preparación y entrega de todos los docentes. Hay de todo, de todo, porque la escala de grises es superior a ese cortomirismo simplista del blanco y negro. Pero tengo claro de que agarrarse a la excepción no es válido y aunque los docentes poco ejemplares hacen un mal favor a los demás y ponen en bandeja la crítica fácil, la mayoría es gente que con mayor o menor acierto tratan de mejorar, a pesar de todo, la educación que reciben sus alumnos.

3 comentarios:

  1. En los últimos años.los profesores,que -como los padres-son modelos para los adolescentes en edades cruciales,han dado,algunos de ellos, un ejemplo deplorable.No solo los madrileños , también los catalanes.Les hemos visto en manifestaciones,con tremendos silbatos;les hemos visto chillando,profiriendo toda clase de insultos y evacuando ideas demenciales.Les hemos visto amotinados en los pasillos como okupas e indignados,¿Esto es un modelo?¡Esto es una estafa!
    Espero que sus alumnos no vieran ni hayan visto la deplorables imágenes televisivas que han dado a conocer estos sucesos.Porque si en lo mas minimo estos profesores hubieran conseguido tener la menor influencia sobre ellos, esta seria lamentable.
    ¿Que se puede esperar de un maestro que se sienta en un pasillo cuando le dicen que de dos horas mas de clase? ¿Que tipo de sentido de la disciplina,del esfuerzo y del necesario sacrificio podemos esperar que les transmita a los chicos? ¿Que abnegación,tan fundamental en un profesor,de muestran estos señores encerrándose como vándalos en lugar de ponerse a trabajar por el bien de los futuros ciudadanos de España? ¿Con que entereza van a educar a sus alumnos,con que tensión les van a enseñar a afrontar los tiempos difíciles? ¿Que concepto de solidaridad y de arrimar el hombro van a inculcarles si solo son capaces de pensar en lo suyo? ¿Que deseo de mundo mejor?.
    Un profesor es un modelo,y lo es dentro y fuera del aula.El comportamiento que algunos están teniendo esta en las antípodas de lo que esperamos de ellos.

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  2. Contesto en una nueva entrada del blog, por extensión.

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