DE EFECTOS Y DESAFECTOS (Página nº 225)

En ese cruce de acusaciones o intrigas, de hipótesis y barruntos, ha aparecido en el Foro de Daimiel algo así como una autoinculpación por quien inició el hilo que alertaba de lo que pasaba en la web del PSOE, algo necesario porque dada su mínima actualización pocos serían los que observaran el acto de sabotaje sin poner en aviso a los internautas, y el Foro, como este blog al hacerme eco del asunto, han conseguido el efecto multiplicador deseado por los impulsores del hackeo. Una autoinculpación que, si concedemos crédito a su autor, perseguía un efecto apaciguador que desde luego no han conseguido ni de lejos y que debido a no medir el alcance, no calcular las formas, carecer quizá de la reflexión oportuna para elegir y desarrollar el método con el que conseguir el fin perseguido, les ha explotado en las manos y ha provocado varios efectos no deseados. Por ejemplo, un efecto rebote que ha conseguido exacerbar más las posiciones, lo que en principioquerían amortiguar según dice "villagewatcher". O un efecto sospecha que ha determinado ciertas acusaiones subrepticias inoculando supuestas intencionalidades bastante retorcidas. O un efecto rechazo hacia la forma de irrumpir y el método escogido. ¿Y un efecto retardo? Puede que también porque habrá que ver como incide hoy en el Pleno Municipal y en los días posteriores.

Como puede verse los efectos no deseados, a tenor de lo que dice el autoinculpado autor de la picia y/o delito, son mucho mayores y de más impacto que lo perseguido y no conseguido. Y además existe un efecto boomerang en forma de denuncia que, de prosperar, puede, y debe, acarrearles consecuencias al autor o autores. Yo, como siempre defiendo el cumplimiento de las leyes, mantengo que cada cual asuma su responsabilidad si incurre en una acción delectiva, por nimia o localista que sea.

Y luego están los desafectos, algo que cada vez aumenta en el foro, una forma casi enfermiza y visceral de frentismo que da pábulo a aceptar con vehemencia la posesión de la verdad y la concepción de dos bloques entre un bien militante y un mal atribuible al contrario y que empuña la descalificación inmediata de quienes no piensan como ellos, y donde a los no adscritos se nos trata de etiquetar o, en el peor de los casos, se nos considera bronquistas e inconformistas.