LA CARPA (Página nº 220)

Definitivamente habrá que admitir que la instalación de la carpa en la Plaza de España ha sido un acierto. Lo ha sido, desde luego, desde el punto de vista de los participantes. También, según algunos de los dueños de bares y terrazas, para los negocios de hostelería, que dicen haber notado muy positivamente el reclamo de ese espacio para llenar sus sillas cada jornada y aumentar elvolumen de sus ventas considerablemente. Supongo, claro, aunque lo desconozco, para el propio empresario que ha gestionado las barras del propio recinto. Y hasta he escuchado a algunos críticos iniciales aceptar que aquel mormel invasivo que se comía gran parte del espacio había conseguido convertirse en un punto de encuentro y participación que dinamizaba el mediodía y principio de la tarde ferial en el centro de Daimiel.

Otra cosa es que, para muchos, estéticamente no gustase. Es claro que una plaza tiene, suee tener, el atractivo de ser abierta, pero estos días propiciaban, dado el uso pretendido, aceptar aquella inmensa jaima.

También hay quien me decía, y lo comparto, que ya instalada quizá estaba siendo infrautilizada para cuatro o cinco horas de uso y que podía haber albergado algún tipo de actividad alternativa para rentabilizar la inversión. No sé la viabilidad real pero cabría pensar que podrían plantearse algo en esa línea para el futuro.

En cuanto al nombre, el Baile del Vermut, antiguo como el hilo negro, han sido muchas las personas a las que he escuchado en desacuerdo. Es un nombre, claro, incluso, si me apuran, una "denominación de origen" a este tipo de bailes de mediodía sin ninguna trascendencia, aunque la bebida en cuestión sea, seguramente, de escaso consumo ya, aunque curiosamente en Daimiel se elaboró uno de los primeros vermuts nacionales, como ya escribí en el Diario Improbable esta primavera pasada en mi visita a las hemerotecas digitales.

En todo caso, si gusta a la gente, si es capaz de dar dinamismo a ese ágora público de la Plaza de España y satisfacer a los que participan de ese espacio y a los empresarios que aprovechan ese tirón popular, pues habrá que concluir que ha sido un acierto su instalación. ¡Pues enhorabuena!