Ya sabemos que no es cada cuatro años sino en cada ocasión que el bipartidismo se alterna en el poder y precisamente porque, desde los tiempos de Felipe los partidos mayoritarios han decidido convertir la educación en una extensión ideológica que intentan perpetuar a golpe de transformarla en el fracaso que hoy es.
Llama la atención que fuera del poder casi todos defiendan un modelo educativo consensuado, de larga proyección, ajeno a los bandazos políticos y con la única intención de salir de ese marasmo incompetente al que le han llevado los constantes cambios sufridos. Es inútil, estos cafres con sigla persisten en ahormar la educación con su cálculo político y una intención proselitista adornándola con esa sempiterna búsqueda de la calidad que es imposible lograr desde esos presupuestos partidistas. Lo hizo Felipe, lo hizo Aznar, lo hizo Zapatero y ha enpezado a esbozarlo Rajoy.
El enésimo incendio ha comenzado, y aunque se cuentan todos por fracasos la caterva política no cesa en sus agresiones a una Educación que malvive de voluntarismo e individualidad porque ha sido enajenada a los profesionales y todo queda a expensas del capricho "cuatrienal" del lider político de turno, el pirómano/bombero que en la Educación nos haya tocado en ese momento en desgracia.
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