Tal vez porque no estábamos muy acostumbrados uno de los aspectos que más me está llamando la atención y hasta gustándome es que en los grupos de oposición se está dando participación a todos sus componentes. Esto, sin duda, rompe con la anterior tendencia a que los portavoces de cada grupo capitalizasen casi todas las intervenciones. En el caso de Galo no cabía otra pues estaba solo pero en el PP, fuera de las escasas mociones y el turno de ruegos y preguntas era Leopoldo quien asumía la función de defender la posición de su grupo.
Como digo esta división de tareas ha ido siendo desplazada en las recientes sesiones plenarias favoreciendo la participación de todos los concejales presentes en los grupos del PSOE e IU, y eso, independientemente de que sus posiciones, argumentaciones y réplicas hayan sido más brillantes o torpes nos permite ir conociendo mejor a quienes nos representan.
No trato aquí de juzgar si las mociones eran adecuadas o irrelevantes, si tenían calado o resultaban triviales, si aportaban o no, pues eso ya lo he tratado parcialmente en otras entradas. Tampoco entraré en la capacidad de cada uno de ellos, la soltura o el agarrotamiento de unos u otros, que dará para otro momento. Sólo trato de reflejar una realidad constatada en los últimos plenos celebrados y en la satisfacción que me produce que los grupos de la oposición no escondan a sus nuevos ediles y, aunque arropados por los más veteranos, les dejen conducirse en el debate y defensa de las posiciones de los partidos que representan, y como digo, así, ir conociendo su manera de desenvolverse, de actuar, de expresarse, de mostrar su convicción en lo que dice fuera de convertirse en simples bustos silenciosos.
El el Pleno Municipal Ordinario de Noviembre intervinieron todos. Y en el Equipo de Gobierno, como es lógico, todos aquellos que fueron requeridos. Y ese es un buen planteamiento, la verdad, para mí, y mejora la dinámica del acto público.
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