SI ES QUE NOS FALTA LO ESENCIAL (Página nº 200)

Hoy, después de colocar el cartelito de "vuelvo enseguida", una gracieta, me he marchado con unos amigos, y dejándome guiar por su conocimiento, a las Lagunas de Ruidera, ya que hacía mucho tiempo que no las visitaba y quería aprovechar los últimos días de vacaciones y las buenas condiciones del parque natural para disfrutar de esos espacios.

Como parece evidente, buenos guías, afortunada meteorología y preciosos lugares como éste han deparado una jornada espléndida para conocer y disfrutar este prodigio natural tan cercano. Ver, nadar, comer, navegar, compartir tertulia y hasta reencontrarse con viejos conocidos suman un lunes para no olvidar.

Y sin embargo, a pesar de todo, y hablando con un guía de la zona, señalaba que este año han notado, significativamente, una oleada de visitantes con poco respeto por el entorno, y aludía, en comparación con otros verano, la cantidad de basuras abandonadas a su suerte, la poca colaboración para mantener ese parque natural en las mejores condiciones, la falta de sensibilidad mediambiental general. Y eso, unido a la propia gestión del parque y al desinterés de la administración regional, al menos aparente o de hecho, habían propiciado que el impacto, negativo, de los numerosos visitantes fuera mucho mayor del deseado.

Y el problema no es que puedan acercarse a las Lagunas de Ruidera veintitantos mil visitantes en cada fin de semana, que eso puede asumirlo el parque natural a pesar de todo, y ya ha conocido años con cifras semejantes o incluso superiores, sino la "calidad" de muchos de estos que, al parecer, y según narraba esta persona, carecían de los mínimos hábitos de respeto y cuidado hacia el espacio que visitaban. Y es que, nuevamente, termina faltando lo esencial, lo que engrandece a las personas y a la sociedad, y que termina repercutiendo lesivamente contra el medio ambiente y la sostenibilidad de estos espacios excepcionales. Educación, que no inteligencia, tan normal esta, tan poco abundante aquella.