¡VENGA, A VOTAR! (Página nº 3140)

Muchas veces he pensado que una abstención superior al 60% sería conveniente para que, por fin, los partidos políticos se dieran cuenta del rechazo social que tiene la forma actual de hacer política., que solo así sería posible la regeneración y se sentiría la obligación de introducir esos cambios de una vez. Pero, sin embargo, creyendo firmemente y durante años en esta teoría siempre he ido a votar, excepto en las Municipales y Autonómicas del 91 en el que una pierna escayolada y mi residencia, fuera de Daimiel por motivos laborales, me hicieron quedarme en casa.

Esta aparente contradicción, o no tan aparente, se deba quizá al convencimiento de que votar es una obligación moral, que aunque sea nulo, en blanco o con cualquiera de las opciones, uno está haciendo lo que debe hacerse en una democracia: respaldarla, como sistema. Y eso admitiendo que este modo de democracia partitocrática y excluyente del ciudadano, salvo para depósito de papeleta un día cada cuatro años, ni me gusta ni lo quiero, porque uno aspira a una democracia real, digna, limpia, participada por los ciudadanos y de poderes claramente diferenciados, donde la corrupción sea una extrañísima excepción y por donde transiten los políticos solo temporalmente y no se instalen durante décadas.

Por eso desde aquí animo a votar a todo el mundo, a no renunciar a esta obligación moral, y de la misma forma que siempre acepto el resultado, me guste o no, yo voto aunque consolidando la democracia algunos crean que estoy respaldando un sistema ya pervertido por los propios partidos y donde los valores que yo busco han ido desapareciendo y acaso otros ni tan siquiera se llegaron a contemplar. La democracia por encima de todo, sin negar, eso sí, sin callarme la desafección que me produce la forma de actuar de las fuerzas políticas que han consentido o facilitado la corrupción del sistema no legislando adecuadamente, cobijando sinvergüenzas, maniatando a los órganos de control, mangoneando la justicia y aprovechándose de todo ello para su propia financiación ilegal y que han dado lugar a esta democracia de medio pelo que tanto les contenta pero que termina siendo un insulto a la inteligencia de cualquier demócrata con sentido común y dignidad.

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