jueves, 14 de marzo de 2013

VEINTE AÑOS DE RETRASO (Página nº 1722)

Resulta que había una normativa europea que evitaba la imposición de claúsulas abusivas en la contratación de hipotecas y en este tiempo nadie, absolutamente nadie, se había percatado de que la legislación española entraba en conflicto con ella. Y ha tenido que ser la consulta de un juez quien deje a las claras, nuevamente, la inutilidad de legislar si no somos capaces de conseguir que una norma que protegía esencialmente a los usuarios haya sido ignorada dos décadas y permitido que se ejecuten miles de desahucios evitables, suicidios evitables y situaciones claras de desprotección social evitables.

Y cabe preguntarse qué hacían los servicios jurídicos del Estado, cómo es posible que desde nuestra pertenencia a Europa no se haya analizado cada una de las normativas comunitarias para ver si nuestra legislación entraba en conflicto con ellas y corregirlas, o cómo es posible que si lo hacían se les haya colado semejante gol que beneficiaba, por supuesto, a las empresas financieras y castigaba a mucha gente que por la crisis se veía, no por mala fe sino por necesidad, a retrasar pagos o no poder afrontarlos, quedando al albur de esas condiciones abusivas que terminaban llevándoles a una situación irresoluble.

Son veinte años, los veinte años de esplendor de la firma de hipotecas, el periodo en la que más se han firmado, con cantidades de dinero que, en conjunto, superaban lo imaginable, y que llegado el momento de depresión económica ha conducido a cientos de miles de personas a un pozo sin fondo.

Pero es que, en el fondo, el tocomocho de la claúsula abusiva no es ya revisable sobre los casos cerrados y nadie se rasgará las vestiduras, entre los responsables, por haber permitido, en su ignorancia e incompetencia, que todas las familias actuantes de buena fe hayan sido víctimas de esa indefensión. No habrá asunción de responsabilidades, los bancos se habrán cebado y la gente de a pie se habrá quedado con una cara de gilipollas por la que nadie les compensará.

Veinte años de retraso, de infamia, de incompetencia. Nos molesta que nos lo digan pero a veces este país hace méritos para que lo tomen por africano.

1 comentario: