jueves, 19 de julio de 2012

CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE DE TELEFÓNICA POR LA RENOVACIÓN DEL CONTRATO A URDANGARÍN (Página nº 1173)

A don Cesar Alierta, Presidente de Telefónica:
Enterado como estoy de que su empresa va a renovar contrato a don Inaki Urdandarín, Duque de Palma, cuyo mérito profesional y académico es tan irrelevante que su presencia en el organigrama de la empresa que preside no solo es digno de investigarse como uno de los grandes misterios de la Humanidad sino que únicamente puede explicarse por intereses más bien espúreos, le hago saber que aunque soy abonado de Telefónica desde 1991, ininterrumpidamente, a través de una línea fija, y de su servicio adsl -en sus sucesivos incrementos de megas -, desde hace más de una década, además de otros servicios de internet y telefonía móvil hasta donde ya ni recuerdo, estoy dispuesto a darme de baja en todos ellos, y de inmediato, si no rectifican en su decisión.
Lo hago así, públicamente, porque me siento muy incómodo, además de indignado, sabiendo que parte del dinero que cada mes, y sin ningún retraso, les transfiero para pagar los servicios contratados puedan servir para pagar la millonaria nómina de semejante personaje. Y no es que el malestar pueda considerarse leve y afectado por ramalazos prorrepublicanos, no se engañe, es que me tiene verdaderamente alterado u fuera de mí convencido de que puedo estar financiando a semejante individuo mientras millones de personas honestas se van al paro y se enfrentan a un porvenir terriblemente preocupante.
Uno tiene una serie de principios, que no estoy dispuesto a cambiar, y creo que sus servicios prestados durante estos años no son suficientes para tener que soportar esa renovación contractual del yerno real cuya trayectoria no parece ni puede ser ejemplar. Y además, se lo voy a confesar, es tal la grima que me produce la noticia recién conocida que animo desde aquí a todos los clientes con escrúpulos para que se unan a esa petición de baja inmediata de los servicios prestados por su compañía en tanto mantengan en nómina a ese señor y envíen sms a Telefónica pidiendo que, de inmediato, se anule el contrato renovado a esta persona a la que sólo su condición familiar parece salvar de una acción de la justicia más determinante.
Puede que perder un modesto cliente con 21 años de fidelidad a Telefónica, a pesar de la insistencia de las empresas rivales, le parezca poca cosa. A mí pertenecer como abonado a una compañía que tiene entre su personal a semejante empleado si que me parece suficientemente importante como para dar el paso de irme. Es un problema de dignidad y vergüenza, algo que parece no compartimos.
Atentamente.
Daimiel, a 19 de julio de 2012

2 comentarios:

  1. Me parece impresionante el caciquismo español y más a estas alturas.

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  2. totalmente de acuerdo contigo,yo ya lo hice cuando me enteré, pero claro uno solo no hace nada

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