La verdad es que, al igual que he hecho algún que otro año, me proponía hacer un balance del año en Daimiel pero a la hora de empezar a buscar cosas buenas o malas no he encontrado demasiado que destacar, así que dejaré que los comentarios puedan añadir o corregir lo aquí señalado.
Hoy empezaré por las positivas:
El CXV Aniversario de Daimiel como Ciudad, y entre los actos sobre todo las II Jornadas de Historia y la amplia participación del I Certamen de Cortos.
El Centenario del colegio "Divina Pastora" que, además de la efeméride, ha sabido celebrarlo con un programa de actividades amplio, dilatado en el tiempo, variado, y haciendo partícipe también al resto de la comunidad educativa y a la localidad.
La I Feria del Asociacionismo, gran idea con algún mínimo inconveniente.
El estrellato de Ricardo Fernández del Moral cosechando un éxito sin precedentes en el Festival de las Minas y convirtiéndolo en figura nacional.
El ascenso del equipo de fútbol femenino TNT.
La temporada de Oscar González del Campo, culminada con la participación en el Mundial de Ciclismo, dentro de su categoría, representando a España.
El gran éxito del memorial Galo, con record de participación y una organización muy alabada por los atletas y su iniciativa de organizar una San Silvestre local.
El afloramiento de agua en el Guadiana entre el molino del Nuevo y el de Griñon que alimentan al parque nacional y los afloramientos de Zuacorta y otros cercanos que atrajeron la atención sobre Daimiel.
El anuncio de que la Motilla del Azuer será visitable en unos meses, siempre que se haga bien.
La I edición de "Daimiel, pueblo de brujas", pero mejorando mucho más el aspecto de la ruta del tapeo en días y, sobre todo, existencias.
La iniciativa de recogida de firmas para exigir al ministro Cañete que el P.N. de Las Tablas de Daimiel tenga, después de varias décadas, un Plan de Uso y Gestión como demanda la ley.
La colocación de los contenedores de aceite doméstico, eso sí, con matices.
La Exhibición de Monólogos en Carnaval.
En la parte discutible, al menos para mí:
El Botellódromo, exitoso en verano, inútil el resto del año, y una inversión costosa que no era imprescindible con la situación de las arcas públicas.
La reforma de la Plaza María Cristina, muy necesaria pero creo que algo fallida, como ya expliqué, porque reduce bastante la superficie, sobran algunos de los cuatro accesos y parte será ocupada por una terraza de verano del bar y que será muy demandada con el buen tiempo.
*