domingo, 30 de diciembre de 2012

EL ARGUMENTO FALAZ Y TRAMPOSO DEL GOBIERNO (Página nº 1539)

El Gobierno de España ha respondido de una manera tramposa y retorcida a una pregunta de UPyD, teniendo, además, la desfachatez de plantear la respuesta victimizando a los agraciados con la regalía. Así, para responder al por qué del nombramiento de diversos familiares de ministros y altos cargos del gobierno para puestos en algunos ministerios como los que encabezan Cañete y Soria, la justificación gubernamental no ha sido otra que "vetar a personas que cumplan los requisitos para un puesto solo por tener parentesco con alguien que ocupe un cargo de responsabilidad en el sector público puede ser discriminatorio". Osea, que se hace para no discriminarlos y para demostrar la igualdad de oportunidades, ¡manda güevos!, como si de verdad hubiera que creer que lo están. Pero no, si analizamos con calma veremos que las oposiciones están ahí para todos y que nadie discutiría que todos los hijos, hermanos, sobrinos, tíos, cuñados, nueras, suegros, etc..., en unas pruebas objetivas, libres, iguales para todos, adquirieran la propiedad de una plaza de funcionarios si fueran mejores que el resto, pero aquí no hablamos de eso, hablamos de nombramientos discreccionales, a dedo, y no sirve decir que "la designación de altos cargos se realiza de acuerdo con criterios de idoneidad y de los principios de mérito y capacidad" porque eso, visto la gran cantidad de parentela designada viene a demostrar que es una falacia y que los discriminados son la gran cantidad de personas de alto mérito, cualificación y capacidad que ni pueden competir contra una miltancia o un padre o madre alto cargo que ampara a esa prole enchufada y tragaldabas. Eso sí es discriminación, la verdadera, la excluyente, porque esa designación discrecional sólo garantiza que se busca entre los propios y no la excelencia.

El problema real es ese, que no se busca la excelencia sino el acomodo familiar, la endogamia, la promoción parental. Se busca un licenciado en económicas, claro, y les vale el primero que tienen a mano, al que conocen de toda la vida, al criado entre sus faldas ideológicas y proselitistas. Hay miles de licenciados en económicas, gente con currículos impresionantes, verdaderos profesionales competentes, pero ni siquiera son estimados, ¿para qué?, teniendo al recomendado de turno, dócil, agradecido, de la casa, preparándolo para dar el futuro saltito que garantice la continuidad familiar en la sopa boba del poder.

¿Quiénes son, en serio, los discriminados? Al Gobierno, éste, o el anterior, o los que les precedieron, no se les cae la cara de vergüenza porque no la tienen y son capaces de afirmar cosas de este tipo. Por eso todos ellos dan el resultado que dan, producto de la mediocridad endogámica que se perpetúa en ese afán patrimonialista del poder que tienen los partidos y que les hace multiplicar los puestos de confianza y los asesores para lograr acomodar a la prole. ¡Discriminados!, hay que ser hipócritas y fulleros para defender eso, porque si de verdad se valorase idoneidad, capacidad y mérito no dudo de que algunos de los hijos, sobrinos y demás camada tendrían su hueco ahí pero muchos otros, la mayoría, ni de lejos podría aspirar al puesto que tuvieron o que ahora ocupan.

Es evidente por qué no podemos esperar nada bueno de estos políticos y por qué, cada vez más, tienen el rechazo mayor de los ciudadanos. Es que son, básicamente, despreciables y hay corrupciones que andan en la raíz de los partidos que difícilmente están dispuestos a extirpar. 

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