Se termina este malhadado 2012, un año para olvidar porque, en líneas generales, sólo ha traído paro, recortes, privatizaciones, pérdidas de derechos, desahucios, más iva, miseria y ruina, y todo eso como aviso de que el que viene es lo mismo hasta mucho peor. Lo único que suben son los impuestos, los precios, el número de parados, de cargos políticos a dedo y la edad de jubilación, mientras que el resto de cosas se desploma, y en esas condiciones sólo queda recriminar a este puñetero 2012 que se vaya cuanto antes y se multiplique por cero ya que lo único que da es asquito.
Pero porque no se vaya en prosa, con un daimieleñísimo "¡vesteporai!, mejor que lo haga en verso con este sonetillo despedidor:
El dos mil doce se acaba
con mucha más pena que gloria
y no pasara a la historia
porque todo en él sobraba
y solo un tonto de baba
lo guardará en su memoria,
un año que es pura escoria,
que no merece ni el cava.
Y ahora que se termina
solo nos queda su ruina
y su aspecto moribundo,
nada de lustre le sale
que por no valer no vale
ni para acabarse el mundo.
* * *
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