Zapatero ha vuelto a ponerse el traje de Aramís Fuster y vaticinar que "nos queda la mitad del camino" y que "la luz aunque sea lejos se ve al final", como ya vaticinó lo de los brotes verdes y otras lindezas nunca cumplidas. Pero ya que se va, que le quedan cinco minutos en el puesto, lo mejor es que se calle y no nos castigue con sus dotes visionarias de chichinabo, a ver si nos podemos olvidar de él lo antes posible, y por eso quiero pedirle, con este sonetillo, que se calle de una puñetera vez:
¡Cállate y, por dios, tu boca clausura!,
¡tente, so infeliz, mas hazlo ya presto
antes que yo suelte tamaño denuesto
encolerizado por tu cara dura!
¡No te cebes siendo tu caricatura
que ya siendo tú eres indigesto!,
¡Anda que ya fuistes todo lo funesto
que se puede ser y causar hartura!
¡Cesa en tus mentiras plenipotenciarias
y en tus torpes dotes nada visionarias
y no nos castigues más con tus presagios!
¡Cierra esa bocaza que siempre habla errada,
tan bobasolemne y desatinada,
que predices calmas y asolan naufragios!
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