Visto lo visto, oido lo oido, tengo la sensación de que más que en Daimiel hemos estado viviendo en Babia la última década, ese territorio leonés que ha quedado para describir a quien no se entera de nada.
Sí, porque en Daimiel, al cabo, parecería que durante los últimos años hayamos estado viviendo allí, sin enterarnos de todo lo que pasaba alrededor. ¿O no es esa la sensación que obtenemos cuando nos hablan de tantas y tantas irregularidades de la que nos da cuenta el equipo de gobierno entrante y que van desde los planes de empleo, adjudicaciones de campos de futbol, parcelas sin pago de reserva para los exmiembros del partido socialista, jamones, facturas telefónicas y todas esos temas que ahora van saliendo a la luz?
Esto, en el fondo, demuestra que lo que conocemos y lo que desconocemos en cada momento se debe a una voluntad política que unas veces trata de ocultarnos cosas y otras, o a la vez, nos participa de aquellas que puede convenirles, mientras que en lo esencial pretenden que sigamos en nuestra Babia particular haciéndonos creer que todo va de maravilla y no hace ninguna falta que los fiscalicemos.
Eso sí, los cambios de gobierno, al menos, permiten vislumbrar parte de lo que no querían que conociésemos unos y otros, y aunque poco...¡algo es algo!
¡Bienvenidos a Babia!( que así es como nos estamos sintiendo con las revelaciones, de ser ciertas)
Que pasa, no contesta ningún socialisto o sociata.
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