La verdad es que me ha sorprendido la petición de Izquierda Unida de crear una comisión de investigación en el ámbito municipal. No sabía siquiera si esa figura legal era contemplada en el reglamento que establece el funcionamiento de los consistorios aunque en esto hay que reconocer que el grupo municipal de IU le tiene bien dada la vuelta a las posibilidades y ya consiguió una comparecencia de un concejal socialista en la anterior legislatura, algo inédito hasta entonces. Eso sí, tras mirar en Google he podido comprobar que se trata de algo no tan excepcional.
Me da la sensación de que IU ha lanzado un reto astuto pero tramposillo. La pretensión de que unos y otros se retraten. El PP para que deje de administrar una información que ha sacado en momentos muy puntuales, collejas perfectamente planificadas en plenos y ruedas de prensa, quizá con un sentido e interés político superior al del propio descubrimiento de aparentes irregularidades de los anteriores equipos de gobierno. Y si no es así lo parece. El PSOE para que, del mismo modo, tenga que ofrecer la cara, hasta ahora evasiva, ante las informaciones que se han ido deslizando hasta el momento.
Creo poco en las comisiones de investigación políticas, no porque esté contra el espíritu que las debiera mover sino por el resultado de las que ya han funcionado y en las que termina diluyéndose todo gracias a la ventajosa distribución de componentes, al secretismo en el que se desenvuelve todo y en un cierto corporativismo que trata de evitar revanchismos postreros. Lo que ocurre es que en esta ocasión se investigaría a quienes ya no gobiernan, algo poco habitual, y las barreras de contención para evitar una investigación fructífera son mucho menores y endebles.
De constituirse, ¿llegaría la información nítida, íntegra, probada, a los ciudadanos, en suficiente cantidad y calidad como para ser conocedores de todo lo sucedido en determinados casos que ahora, por lo sabido, tienen mala pinta? De otro modo no sé si merecería la pena cuando, de haber indicios claros de irregularidad o delito, debiera recurrirse ya a la vía judicial y que cada palo aguante su vela.
Entiendo que al único que le interesa esta comisión es a IU, por lo que no saldrá, puesto que para el Equipo de gobierno es más cómodo este ariete puntual y prolongado en el tiempo para sacudir al grupo mayoritario de oposición en cuanto les intenten poner en un brete, y para el PSOE parece claro que también puesto que si no ha salido en tromba a desmentir y descalificar las acusaciones es que prefiere que el silencio se extienda lo más posible para que el efecto sea el menor posible.
Ahora bien, ambos, si no aceptan, y de ahí que diga que la propuesta de IU me parece astuta y tramposilla, quedarán en evidencia. El PP porque parecerá que sus acusaciones no son tan sólidas como para fundamentar una comisión y que sólo pretende tener la maza dialéctica para su interés, escapando de la supuesta transparencia real que pretende dar a entender lanzando esos datos de irrregularidad. El PSOE porque dara la sensación de que tiene mucho que esconder si se deja tirar de la hebra y parecerá tratar de obstaculizar cualquier revisión de decisiones huyendo de la transparencia de la que presumía.
IU, claro, tiene la ventaja de que nada pierde. No ha gobernado, no parece que aspire a gobernar, y es esa posición ventajosa la que le permite proponer sin complejos algo que si puede acomplejar a los otros. Yo no doy ni un chavo porque se constituya esa comisión pero parece claro que Galo y su grupo ya han rentabilizado el anuncio ante la opinión pública. Los derrotados seremos, finalmente, los ciudadanos si no podemos enterarnos del detalle de todas esas operaciones que comprometen a políticos y hasta a funcionarios por el indicio de lo breve que hemos sabido.
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